Bajo las escaleras, Rachel me guía a la mesa, donde me acerco notando a seis personas sentadas que no reconozco.
Tengo tanto miedo porque no quiero mas malos tratos, suficiente con las palabras llenas de desagrado por parte de Greco hace minutos.
—Buenas noches.
Hablo llamando la atención y mi estomago se contrae cuando una rubia y una chica de cabello castaño se cubren la nariz con mi llegada, haciéndome sentir mal.
Las risitas de las chicas me hacen sentir pequeña. Sin embargo, en medio del momento donde tengo las mejillas calientes llena de vergüenza, un señor se pone de pie.
—Niñas, por favor no sean tan groseras—dice el hombre de edad, muy parecido a Greco que esta en la cabecera de la mesa mirándome como cucaracha.
No se como voy a seguir aquí, siento que no tengo la fuerza suficiente.
—Nina, soy Gastón, padre de Greco—me ofrece la mano y me sorprendo porque parece no desagradarle que sea una omega—padre de Greco tu futuro esposo—apenas si miro a ese hombre, siento su mirada en mi cuello y me hago la tonta.
—Ya conoces a mi hermosa luna y esposa—miro a la señora Gina que apenas si me mira por encima de los hombros—conoce a mi otro hijo, Gamal.
Si, es el chico que vi a través de la ventana y se parece mucho al señor Gastón. El chico apenas si me mira, pero no me mira como si yo fuera su enemiga.
Mas bien le soy indiferente y no se si es malo o bueno.
—Mi hija Giordiña, Melliza de Gamal.
Miro a la chica que se cubrió la nariz que me mira sonriendo, pero no es una risa amable, es burlona.
No me siento bien estando aquí, es peor que en mi casa y quiero salir corriendo, quiero llorar, pero no puedo hacer nada.
—Y ella es…
—Hola—interrumpe la chica. El señor Gaston está frente a mi y veo la mala cara que hace cuando la chica lo interrumpe—me llamo Alyona.
—Hola.
Es lo que puedo decir. Ya que me mira como poca cosa. Respiro profundo cuando el señor me amablemente me guía a la silla quedando a mano derecha de Greco y al lado de Gamal.
—Gracias—le agradezco al señor que me acerca la silla antes de volver a su asiento.
—Entonces eres una omega—habla Alyona.
—Eso a ti que te importa—es Gamal.
—No seas grosero, además que hace defendiendo a una inferior como ella.
Dice la rubia incomodándome.
—Inferior, pero no la hace menos hermosa—dice Gamal—porque es mucho más preciosa que tú.
Me quedo sin respiración con las palabras del chico. Miro de reojo a Greco, pero no dice nada, esta mas serio dandome panico.
—Basta Gamal—me estremece la voz de Greco—no es momento.
—Entonces calla a tu puta.
¿Son amantes? ¿Greco y Alyona son Amantes?
Siento como mi corazón se encoje y rompe al mismo tiempo.
—No me trates así—se queja la rubia.
—Por favor no es momento—dice Gastón—estamos aquí reunidos para conocer a la que va a ser la nueva integrante de la familia.
El señor Gastón por ahora es el que mejor me cae y se ve tan cálido que me gustaría que fuera mi papa.
Le sonrió, pero mis labios se vuelven una línea cuando noto la mirada de Greco en mi y me mira muy mal. Igual que su madre, su hermana y su amante.
—Que de bueno podría contarnos una loba tan insignificante como ella—se burla Giordiña y Alyona.
—Basta las dos—estipula Greco de una manera tan mordaz que las dos se quedan calladas.
—Cuéntanos entonces Nina, tú que haces—me pregunta Gina, la mama.
—Estudio medicina—respondo cohibida mientras veo que las empleadas traen la cena.
—Que interesante—dice el señor Gastón.
—Al menos una mujer aparte de mama en esta casa que tiene cerebro—comenta Gamal ganándose un codazo de su hermana mientras el chico ríe.
—Soy modelo y es una profesión como cualquier otra.
—Si tu lo dices—le dice Gaston.
—La lasaña es de tu agrado Nina—pregunta el señor Gaston.
—Me encanta, es mi comida preferida.
—Oh mira—dice el señor—el de mi hijo también.
Me quedo sorprendida y miro a Greco que se mantiene mirando al frente como si no quisiera mirarme.
«Se esta resistiendo, sabe que somos mate, sabe que su lobo me quiere, clama mi nombre, lo estoy sintiendo Nina, lo escucho y está aullando por mi»
Mi loba, la ignoro, porque no quiero crearme falsas expectativas porque de nada sirve que el lobo te quiera, cuando el alfa te odia y te desprecia por ser inferior.
La cena continua, la lasaña está muy rica pero no veo a Greco comer.
—¿No quieres? —le pregunto logrando que me mire—está muy delicioso.
No dejo de mover mi pie con esta situación que me tiene muy estresada y es que no me siento bien para nada.
—No quiero—responde seco disminuyendo mi voluntad.
—¿Es verdad que eres adoptada Nina? —me ataca nuevamente Alyona.
Estoy tan nerviosa que mi pie comienza a moverse de arriba abajo, en un tic nervioso.
—Si—no me avergüenza decirlo—y soy omega también.
—Si, no tienes que decirlo porque tu olor inferior te delata.
La rubia tiene ojos verdes muy hermosos, ella es una mujer muy hermosa, pero es obvio que me odia sin yo saber. La hermana de Greco sonríe y al parecer ella y la rubia son muy buenas amigas.
—El fin de semana, se hará una fiesta con las familias licántropos mas prestigiosas de la ciudad—habla la mama—mi hijo se casará con una loba que no esta a su altura, aun así, es un acontecimiento que no debe pasar por alto, por eso te presentaremos antes de que te cases con uno de los lobos más poderosos del mundo.
Solo asiento, no tengo nada mas que decir cuando he escucho sobre el hombre que tengo a mi lado.
Alzo a mirarlo, no parece estar cómodo con la situación, con lo que acaba de decir su madre, sin embargo, se mantiene callado, apretando la mandíbula con fuerza.
Se ve enojado y el olor de su esencia se mezcla con un aura que me tiene temblando mas de lo que estaba. Termino de comer, ellos se enfrascan en una conversación mientras mi pie se mueve sin yo poderlo evitar. Lo siento mucho, pero estoy muy nerviosa.
Respiro profundo, quiero ponerme de pie, ir a mi recamara, pero me quedo quieta y mi mundo se detiene cuando….
Una mano grande queda contra mi pierna inmovilizándola, tocando mi piel desnuda paralizándome, se quien me toca y volteo a mirarlo al mismo tiempo que sus ojos se centran en los míos.
—Quédate quieta—demanda y su mano aprieta mi carne dándome un paro cardiaco.
Solo asiento, sus ojos azules se tornan turbios por un momento antes de soltarme.
Aire llega a mis pulmones cuando me suelta volviendo a su posición inicial.
No se como se dio cuenta que estaba así, pero desde que me toco, su calor queda en mi piel y no vuelvo a mover un musculo. Nos podemos de pie, cada que Alyona me mira, se rie con Giordiña cohibiéndome.
Tengo ganas de llorar, en la sala están reunidos y busco un poco de aire fresco saliendo al pasillo de la mansión. Sonrió porque hay una linda vista, el verde del laberinto es una distracción y la luna llena es otra maravilla de la que sinceramente me hace sentir muy bien.
Me abrazo a mi misma, hace frio, la amenaza de papa se me viene a la cabeza, me siento tan sola, tan sola que la vista se me empaña con ganas de llorar.
Es triste saber que tus padres, las personas que te criaron no te quieren y mi corazon se me acelera cuando recuerdo lo que me pidieron que hiciera, tengo que matar a Greco y no quiero.
No puedo hacerlo.
No quiero hacerlo.
—Así que aquí estas—volteo a mirar quien me habla—maldita poca cosa.
Es Alyona.
Solo asiento, sus ojos azules se tornan turbios por un momento antes de soltarme.
Aire llega a mis pulmones cuando me suelta volviendo a su posición inicial.
No se como se dio cuenta que estaba así, pero desde que me toco, su calor queda en mi piel y no vuelvo a mover un musculo. Nos podemos de pie, cada que Alyona me mira, se rie con Giordiña cohibiéndome.
Tengo ganas de llorar, en la sala están reunidos y busco un poco de aire fresco saliendo al pasillo de la mansión. Sonrió porque hay una linda vista, el verde del laberinto es una distracción y la luna llena es otra maravilla de la que sinceramente me hace sentir muy bien.
Me abrazo a mi misma, hace frio, la amenaza de papa se me viene a la cabeza, me siento tan sola, tan sola que la vista se me empaña con ganas de llorar.
Es triste saber que tus padres, las personas que te criaron no te quieren y mi corazon se me acelera cuando recuerdo lo que me pidieron que hiciera, tengo que matar a Greco y no quiero.
No puedo hacerlo.
No quiero hacerlo.
—Así que aquí estas—volteo a mirar quien me habla—maldita poca cosa.
Es Alyona.
Busco irme por otro lado, porque no quiero problemas, ya suficiente con todos en la familia odiarme y tratarme mal, por ser una omega ahora para soportar a esta mujer.—Voy hablar contigo—se me interpone en el camino.—Por favor déjame pasar—me empuja con fuerza y me sostengo del borde para no caerme.—¿Qué le pasa? —casi pierdo el equilibrio, pero logro enderezarme.—Pasa que tengo que hablar contigo seriamente.—Yo no quiero—trato de irme por la derecha, pero no me deja.Es mas alta que yo, y es una Beta, se le nota, por el aire que destila.—Pues muy mal por ti omega de porquería—alza el mentón y me quedo parada, no me queda de otra mas que escucharla—porque te voy a hablar claro, por muy esposa que vayas hacer de Greco ese hombre es mío.Viene a marcar territorio.—Yo solo voy a cumplir con un acuerdo que hay entre las familias, no pienso quitarle nada a nadie.—Mantete alejada de Greco, porque amo a ese hombre.Me trago todo lo que se me atora en la garganta.—Tu loba también—me
NINA —¿Te hice una pregunta Nina? —se me atora la saliva en la garganta cuando queda a centímetros de mi cuerpo—contestas. Parpadeo varias veces, se ve mas enojado que nunca y su aroma a cambiado a una acida y pesada. Su aura es oscura intimidándome de tal manera que no soy capaz de hablar. —Tu loba te comió la lengua—ironiza y niego—entonces dime con quien rayos estás hablando. —No, yo—su aroma me aturde mucho—Matthias es solo un amigo mío con el cual estudio. —Y también quieres mucho—me recuerda lo que le dije—eso escuché que le dijiste. No se porque se ve tan enojado. —Si, yo lo quiero mucho, es una persona muy importante para mí, ha estado en mis peores momentos. Eleva una ceja reparando mi rostro y quiero bajar la cabeza, no mirarlo más, pero sus ojos me capturan mientras en mi interior mi loba mueve la cola emocionada. —Mañana vamos a cenar tu y yo—me dice rompiendo el momento con su tono de voz recio—tenemos algunas cosas que poner en orden antes de presentarte como tu
—Giordiña—vuelvo a hablarle—¿Qué pasa?—Necesitaba ver que tan poca cosa eres—me arden los ojos—y si, no vales nada. —No me conoces para que digas eso sobre mi—se ríe y en verdad me desagrada mucho que lo haga de esa manera- —No necesito conocer saber de ti o ser grandes amigas para saber qué eres una poca cosa que no vales absolutamente nada. Respiro profundo, y aunque no quiero llorar, no puedo evitar que mis fosas nasales me ardan. —Si no vas a decirme nada más, te agradecería que por favor me dejes sola, tengo que estudiar. —Si tengo mucho más que decirte. —No quiero escucharte—me doy la vuelta para irme, pero me toma de la mano. Ella es una loba beta, todos en esta familia lo son, muy fuertes, y por eso me ven como menos. —Pues estas en mi casa—me deja en el mismo lugar—y aquí hago lo que se me da la gana. —¿Qué quieres? —le digo para que termine esto rápido. —Vengo a decirte que voy a hacerte la vida imposible—habla y no tenía que decirlo—no estoy de acuerdo con ese ma
Miro en el espejo mi reflejo. Luzco un vestido de tirantes, ajustando a mi cuerpo y que hace destacar mis pechos. Tengo senos muy grandes, mas de los que quisiera tener. Es una parte de mi anotomía que no me gusta para nada, porque me hace ver muy voluptuosa. Por eso busco un abrigo, es de noche, hace frio en esta temporada, y aunque no lamentamos eso porque podemos soportar altas temperaturas, no quiero que note mis senos. Lista salgo de la casa, encontrándome con Giordiña que me mira mal. —Con esa forma de vestir le harás pasar vergüenza a mi hermano—me dice cuando llego al final de las escaleras—no te has visto en un espejo, con ese cabello suelto pareces un espantapájaros. No quiero que sus palabras me afecten, pero es difícil porque en este mundo lleno de oscuridad al cual pertenezco lo único que puedo es hundirme en mi propia miseria. —Hija, deja a Nina tranquila—aparece el señor Gastón—y no te preocupes, estas muy linda chica. —Gracias—le sonrió y la hija rueda los ojos.
Me atraganto con mi propia saliva porque me siento contra la espada y la pared. —No se de que estas hablando Greco—le hablo despacio. —Hablemos claro Nina, porque luces inocente, tímida y vulnerable, pero se muy bien que no eres le haces creer al todo. —Estas equivocado Greco—intento explicarle, pero su mirada me cohíbe demasiado. —Podrás engañar a todos, menos a mí—dice y sus palabras me lastiman—no me creo tu carita de niña buena. —Entonces para que quieraes casarte conmigo—le digo cansada de todo—déjame a un lado y ya, como lo hace todo el mundo. —Soy un hombre de palabra. —Y yo no soy una mentirosa—le digo—no se que pretendes, pero no tengo nada en contra tuya, solo estoy aquí, frente a ti, aguantándome tus insultos solo por cumplir con un acuerdo. Le digo con ganas de llorar. Pero contengo todo lo que quiere emerger, El dolor que siento en este momento no se lo deseo a nadie. Duele hasta respirar. Lo quiero, desde ya, asi como es, pero yo para el no soy suficiente. —No
—Rompieron toda mi ropa—le digo limpiándome las lágrimas—no se que hacer, no tengo nada que ponerme y mucho menos se quien lo hizo.—Voy a decirte algo, pero no le digas a nadie—asiento—ayer, cuanto de fuiste, Alyona y Giodiña estaban juntas y sinceramente creo que son las únicas que pueden hacerte ese tipo de cosas. —No me quieren—me limpio las lágrimas con el dorso de la mano. —Eso no importa, desde que el alfa lo haga, todo está bien. —El tampoco me—la miro por un momento recordando las palabras del alfa ayer—ayúdame con ropa, no sé qué hacer. —Bien espérame aquí. No demora en traerme un vestido sencillo de flores y vuelve a perderse, tengo hambre, pero estoy acostumbrada a soportar hambre por eso me quedo en la habitación así crean que soy una grosera y mal educada. —Que pasa contigo—la voz de Greco me estremece—no te enseñaron modales. Que severo es siempre, pensé que al menos en las horas de la mañana su mala actitud no estaba en nivel Dios. —Greco lo siento mucho. —Dej
GRECO Entro a mi oficina, mi amigo Paul me espera con información y muevo mi cuello exasperado. Nina me tiene así, exasperado. —Sabes algo de los movimientos de la otra manada—entro queriendo sacarme de la cabeza lo que sucede con ella. Mi lobo, se me hace imposible ya controlarlo, esta desesperado por sentir el calor de su mate. No la quiero, como mi pareja destinada y mucho menos como mi luna. Ya había escogido una pareja para ser mi luna, pensaba que en un futuro lejano encontraría mi mate, pero ya no se, mi lobo no quiere a Alyona, nunca tuvimos problemas, pero ahora no la soporta y más con lo sucedido. —Te vez de mal humor—dice mi amigo al verme. —Un poco, mejor dime que esta pasando con la manada cercana. No me fio de esos desgraciados. De la manada sol naciente. Siempre han querido derrotarnos, no olvido que la manada de Nina y ellos tuvieron una pequeña alianza para derrotarnos y tener nuestro territorio. —Han tenido mucho movimientos, el padre Nikolay de Nina, tu fu
NINA—No te metas en esto Gamal—exclama Alyona.—Me meto donde quiera, porque esta es mi casa—le dice el—así que no te tomes atribuciones que no te corresponden porque aquí no eres mas que la puta de mi hermano. —Respétame que ser su luna—dice ella levantando el mentón —Eso esta por verse, mi hermano está contigo porque eres carne fácil, así que lárgate de esta habitación y no te atrevas a molestar más a Nina. Esta recostado contra el umbral de la puerta, hablando calmado, pero sus palabras son fuertes. —Eres insoportable Gamal—le dice la hermana. —Y tu una tonta. Alyona cuando pasa por el lado de Gamal, lo choca con el hombro en un gesto que hace que el chico tuerza los ojos. Paso saliva con lo que se me atora debido a sus continuos ataques. —Si continuas así, te van hacer la vida imposible—me dice Gamal—tienes que ser mas agresiva, hacerte respetar, porque esas dos, cuando quieren son muy pesadas. —No le he hecho nada a ninguna para que tengan esa actitud conmigo, —Eres he