PARTE 3

Bajo las escaleras, Rachel me guía a la mesa, donde me acerco notando a seis personas sentadas que no reconozco.

Tengo tanto miedo porque no quiero mas malos tratos, suficiente con las palabras llenas de desagrado por parte de Greco hace minutos.

—Buenas noches.

Hablo llamando la atención y mi estomago se contrae cuando una rubia y una chica de cabello castaño se cubren la nariz con mi llegada, haciéndome sentir mal.

Las risitas de las chicas me hacen sentir pequeña. Sin embargo, en medio del momento donde tengo las mejillas calientes llena de vergüenza, un señor se pone de pie.

—Niñas, por favor no sean tan groseras—dice el hombre de edad, muy parecido a Greco que esta en la cabecera de la mesa mirándome como cucaracha.

No se como voy a seguir aquí, siento que no tengo la fuerza suficiente.

—Nina, soy Gastón, padre de Greco—me ofrece la mano y me sorprendo porque parece no desagradarle que sea una omega—padre de Greco tu futuro esposo—apenas si miro a ese hombre, siento su mirada en mi cuello y me hago la tonta.

—Ya conoces a mi hermosa luna y esposa—miro a la señora Gina que apenas si me mira por encima de los hombros—conoce a mi otro hijo, Gamal.

Si, es el chico que vi a través de la ventana y se parece mucho al señor Gastón. El chico apenas si me mira, pero no me mira como si yo fuera su enemiga.

Mas bien le soy indiferente y no se si es malo o bueno.

—Mi hija Giordiña, Melliza de Gamal.

Miro a la chica que se cubrió la nariz que me mira sonriendo, pero no es una risa amable, es burlona.

No me siento bien estando aquí, es peor que en mi casa y quiero salir corriendo, quiero llorar, pero no puedo hacer nada.

—Y ella es…

—Hola—interrumpe la chica. El señor Gaston está frente a mi y veo la mala cara que hace cuando la chica lo interrumpe—me llamo Alyona.

—Hola.

Es lo que puedo decir. Ya que me mira como poca cosa. Respiro profundo cuando el señor me amablemente me guía a la silla quedando a mano derecha de Greco y al lado de Gamal.

—Gracias—le agradezco al señor que me acerca la silla antes de volver a su asiento.

—Entonces eres una omega—habla Alyona.

—Eso a ti que te importa—es Gamal.

—No seas grosero, además que hace defendiendo a una inferior como ella.

Dice la rubia incomodándome.

—Inferior, pero no la hace menos hermosa—dice Gamal—porque es mucho más preciosa que tú.

Me quedo sin respiración con las palabras del chico. Miro de reojo a Greco, pero no dice nada, esta mas serio dandome panico.

—Basta Gamal—me estremece la voz de Greco—no es momento.

—Entonces calla a tu puta.

¿Son amantes? ¿Greco y Alyona son Amantes?

Siento como mi corazón se encoje y rompe al mismo tiempo.

—No me trates así—se queja la rubia.

—Por favor no es momento—dice Gastón—estamos aquí reunidos para conocer a la que va a ser la nueva integrante de la familia.

El señor Gastón por ahora es el que mejor me cae y se ve tan cálido que me gustaría que fuera mi papa.

Le sonrió, pero mis labios se vuelven una línea cuando noto la mirada de Greco en mi y me mira muy mal. Igual que su madre, su hermana y su amante.

—Que de bueno podría contarnos una loba tan insignificante como ella—se burla Giordiña y Alyona.

—Basta las dos—estipula Greco de una manera tan mordaz que las dos se quedan calladas.

—Cuéntanos entonces Nina, tú que haces—me pregunta Gina, la mama.

—Estudio medicina—respondo cohibida mientras veo que las empleadas traen la cena.

—Que interesante—dice el señor Gastón.

—Al menos una mujer aparte de mama en esta casa que tiene cerebro—comenta Gamal ganándose un codazo de su hermana mientras el chico ríe.

—Soy modelo y es una profesión como cualquier otra.

—Si tu lo dices—le dice Gaston.

—La lasaña es de tu agrado Nina—pregunta el señor Gaston.

—Me encanta, es mi comida preferida.

—Oh mira—dice el señor—el de mi hijo también.

Me quedo sorprendida y miro a Greco que se mantiene mirando al frente como si no quisiera mirarme.

«Se esta resistiendo, sabe que somos mate, sabe que su lobo me quiere, clama mi nombre, lo estoy sintiendo Nina, lo escucho y está aullando por mi»

Mi loba, la ignoro, porque no quiero crearme falsas expectativas porque de nada sirve que el lobo te quiera, cuando el alfa te odia y te desprecia por ser inferior.

La cena continua, la lasaña está muy rica pero no veo a Greco comer.

—¿No quieres? —le pregunto logrando que me mire—está muy delicioso.

No dejo de mover mi pie con esta situación que me tiene muy estresada y es que no me siento bien para nada.

—No quiero—responde seco disminuyendo mi voluntad.

—¿Es verdad que eres adoptada Nina? —me ataca nuevamente Alyona.

Estoy tan nerviosa que mi pie comienza a moverse de arriba abajo, en un tic nervioso.

—Si—no me avergüenza decirlo—y soy omega también.

—Si, no tienes que decirlo porque tu olor inferior te delata.

La rubia tiene ojos verdes muy hermosos, ella es una mujer muy hermosa, pero es obvio que me odia sin yo saber. La hermana de Greco sonríe y al parecer ella y la rubia son muy buenas amigas.

—El fin de semana, se hará una fiesta con las familias licántropos mas prestigiosas de la ciudad—habla la mama—mi hijo se casará con una loba que no esta a su altura, aun así, es un acontecimiento que no debe pasar por alto, por eso te presentaremos antes de que te cases con uno de los lobos más poderosos del mundo.

Solo asiento, no tengo nada mas que decir cuando he escucho sobre el hombre que tengo a mi lado.

Alzo a mirarlo, no parece estar cómodo con la situación, con lo que acaba de decir su madre, sin embargo, se mantiene callado, apretando la mandíbula con fuerza.

Se ve enojado y el olor de su esencia se mezcla con un aura que me tiene temblando mas de lo que estaba. Termino de comer, ellos se enfrascan en una conversación mientras mi pie se mueve sin yo poderlo evitar. Lo siento mucho, pero estoy muy nerviosa.

Respiro profundo, quiero ponerme de pie, ir a mi recamara, pero me quedo quieta y mi mundo se detiene cuando….

Una mano grande queda contra mi pierna inmovilizándola, tocando mi piel desnuda paralizándome, se quien me toca y volteo a mirarlo al mismo tiempo que sus ojos se centran en los míos.

—Quédate quieta—demanda y su mano aprieta mi carne dándome un paro cardiaco.

Solo asiento, sus ojos azules se tornan turbios por un momento antes de soltarme.

Aire llega a mis pulmones cuando me suelta volviendo a su posición inicial.

No se como se dio cuenta que estaba así, pero desde que me toco, su calor queda en mi piel y no vuelvo a mover un musculo. Nos podemos de pie, cada que Alyona me mira, se rie con Giordiña cohibiéndome.

Tengo ganas de llorar, en la sala están reunidos y busco un poco de aire fresco saliendo al pasillo de la mansión. Sonrió porque hay una linda vista, el verde del laberinto es una distracción y la luna llena es otra maravilla de la que sinceramente me hace sentir muy bien.

Me abrazo a mi misma, hace frio, la amenaza de papa se me viene a la cabeza, me siento tan sola, tan sola que la vista se me empaña con ganas de llorar.

Es triste saber que tus padres, las personas que te criaron no te quieren y mi corazon se me acelera cuando recuerdo lo que me pidieron que hiciera, tengo que matar a Greco y no quiero.

No puedo hacerlo.

No quiero hacerlo.

—Así que aquí estas—volteo a mirar quien me habla—maldita poca cosa.

Es Alyona.

Solo asiento, sus ojos azules se tornan turbios por un momento antes de soltarme.

Aire llega a mis pulmones cuando me suelta volviendo a su posición inicial.

No se como se dio cuenta que estaba así, pero desde que me toco, su calor queda en mi piel y no vuelvo a mover un musculo. Nos podemos de pie, cada que Alyona me mira, se rie con Giordiña cohibiéndome.

Tengo ganas de llorar, en la sala están reunidos y busco un poco de aire fresco saliendo al pasillo de la mansión. Sonrió porque hay una linda vista, el verde del laberinto es una distracción y la luna llena es otra maravilla de la que sinceramente me hace sentir muy bien.

Me abrazo a mi misma, hace frio, la amenaza de papa se me viene a la cabeza, me siento tan sola, tan sola que la vista se me empaña con ganas de llorar.

Es triste saber que tus padres, las personas que te criaron no te quieren y mi corazon se me acelera cuando recuerdo lo que me pidieron que hiciera, tengo que matar a Greco y no quiero.

No puedo hacerlo.

No quiero hacerlo.

—Así que aquí estas—volteo a mirar quien me habla—maldita poca cosa.

Es Alyona.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo