AurenLa torre se alza ante mí, majestuosa y fría, como una prisión de lujo, un mausoleo de piedras grises que reflejan el sol de la tarde. Mi corazón palpita con fuerza en mi pecho, pero no por la belleza del lugar, sino por el peso del destino que me aguarda dentro. Me han dicho que este castillo es un símbolo de poder, que su grandeza es incomparable, pero lo único que veo es una jaula dorada, una que me atrapará sin remedio.Cuando mi carruaje se detuvo frente a las puertas de hierro, me di cuenta de que todo había cambiado, que ya no era la hija del rey, que ya no tenía el mismo poder sobre mi futuro. Mi padre, el rey, ni siquiera se ha dignado a acompañarme. Me dejó sola, con un contrato entre mis manos y un futuro que no elegí. ¿Qué soy para él, sino una herramienta más en su juego político?Un sirviente vestido con los colores del reino me ayuda a bajar del carruaje. Mi vestido, aunque hecho de seda fina, me pesa más que cualquier armadura. Cada paso que doy parece retumbar en
KaelSer el comandante de la guardia no es un trabajo fácil. El deber de proteger al reino y sus miembros es una responsabilidad que llevo sobre mis hombros como una segunda piel. Mi vida ha sido todo disciplina y control. No hay espacio para debilidades, ni para las tentaciones que surgen en los rincones más oscuros del castillo. Sin embargo, ella llegó, como una tormenta silenciosa, arrastrando algo dentro de mí que no puedo ni quiero comprender.Auren. La hija del rey. Una pieza más en este juego de poder y política. Según las órdenes del rey, debo vigilarla. Ella no es una amenaza directa, al menos no de inmediato, pero sus ojos, su forma de moverse, la manera en que desafía a todos con cada palabra que dice, me perturba. Nunca me había visto afectado por alguien de esta manera, pero ella... ella es diferente.No es solo su belleza lo que me desarma, aunque la tiene. Es algo más profundo, algo que no puedo identificar fácilmente. Su fuerza oculta, la manera en que mantiene su cab
AurenLa opulencia del castillo me resulta más asfixiante con cada día que pasa. La fachada de lujo, la brillantez de los candelabros dorados, las risas calculadas de los nobles... todo es tan frívolo y vacío que no puedo dejar de preguntarme cuántas mentiras se ocultan detrás de esas sonrisas falsas. Me encuentro atrapada en un juego de poder, una pieza en un tablero del que no tengo control, y aunque intento mantenerme serena, el peso de la situación es más grande de lo que puedo soportar.Mi futuro está decidido, una esposa que no tiene voz, una princesa que será utilizada como un simple peón en una guerra que no entiende por completo. El matrimonio con un hombre que ni siquiera conozco, y cuyo nombre solo me ha sido susurrado en los pasillos de este castillo, parece ser solo una fachada para algo mucho más siniestro entre los reinos. Mi vida, mis decisiones, mis sueños… todo se desvanece bajo la sombra de una política de la que no soy más que un instrumento.Pero incluso en medio
KaelNo sé cómo he llegado a este punto. Un punto en el que cada paso que doy dentro de este castillo parece más pesado que el anterior. Las paredes de piedra, tan frías y opresivas, parecen cerrarse alrededor de mí. Las intrigas que me rodean me mantienen alerta, pero es ella... Auren, la princesa, la pieza en este juego, la que más me desconcierta.La he observado durante días, y lo que más me sorprende no es su belleza, que es innegable, ni su título, que está tatuado en su piel como una marca indeleble. No. Lo que realmente me sorprende es su astucia. No es la princesa sumisa que esperaba. No es la mujer que, como todos los demás, se sometería a la voluntad de aquellos que la rodean. Auren juega el mismo juego político que yo, pero con un propósito diferente: supervivencia. Esa es la clave. Sobrevivir en un mundo donde no hay reglas. Donde el poder se obtiene y se pierde con una sola palabra.A lo largo de los días, nuestras interacciones han sido fugaces, cortantes, pero cada una