El ambiente en el auto era pesado e incómodo, Rodrigo no podía evitar sentir celos, el odiaba a Alina, por qué ella jugo con él, se veía con hombres mientras él regreso a Estados Unidos a hacerse cargo de las empresas de su familia, él anhelaba que el tiempo pasara pronto y poder tenerla de nuevo junto a él, fue la más grande de las desilusiones cuando Sofía, le dijo que el investigador privado que contrató le dijo que Alina se divertía sin medida sin respetar el noviazgo que tenían

— Fue Sofía, la que le ayudo mientras él estaba deprimido, era ella quien con su cariño y ternura logro sacarlo de su tristeza, pero por más que quería quererla sobre todo ahora que llevaba a su hijo en su vientre, no podía olvidarse por completo de Alina

— ¡Déjalo, Alina, es por todo sabido que ese hombre poderoso, ha tenido a docenas de mujeres de amantes, solo va a destruirte, no vuelvas a verlo! — aunque no debía preocuparse por ella, no quería que terminara mal por culpa de Dorían Montana, el no era b