Los guardaespaldas, al igual que el asistente Aníbal, permanecían junto a su jefe, habían presenciado la intensa pelea y sabían del por qué de la reacción de la bella diseñadora, a ninguna mujer le gusta que le paseen a otra bella mujer por enfrente, pero ellos no sabían que pretendía su Ceo al haberlo hecho

— Alina había llegado muy afectada a su departamento, apenas entró se dejó caer junto a la puerta a llorar, parecía que la vida siempre sería así para ella, infeliz y oscura, definitivamente el amor no se había hecho para ella, la traición de su amado novio, el odio de su familia y ese hombre controlador que unas veces le ponía el mundo a sus pies y otras las destruía sin contemplaciones

No supo cuánto tiempo permaneció así, tomó su teléfono y le envío un mensaje a su amigo, ese que siempre la había salvado y la había protegido de todo, pero que no respondía más sus mensajes

— Amigo, ¿dónde estás? ¿te has olvidado de mí? ¿sabes? estoy tan sola, quiero verte, déjame verte

Más tarde