— Señor, ¿quiere que le demos una lección a ese engreído Ceo que se a atrevido a agredirlo? — los guardias del poderoso petrolero árabe, le preguntaban, Dorian, había ofendido a su jeque, merecía sufrir y ellos estaban dispuestos a hacer que respetara a su gran señor

— No, no es necesario, está vez me he ganado yo mismo, la furia de tan poderoso emperador, además aunque había nacido con enormes riquezas heredadas de sus antepasados, en el mundo de la élite, Dorian Montana, estaba muy por encima de él, el Ceo demonio, cómo era conocido, poseía una fortuna incalculable, era grotescamente millonario, era definitivamente un hombre al que nadie quería de enemigo

— Mientras tanto, Dorian buscaba por todas partes a Alina, el lugar era enorme, bien podían amanecer ahí buscándola y no encontrarla nunca, Dorian, tuvo que llamar a su asistente Aníbal

¡Aníbal, localiza a Alina, de inmediato! ¡ella salió corriendo de uno de los salones, llevó casi tres horas buscándola y no puedo encontrarla, llám