El ambiente en la sala de estar de la mansión Altamirano, era demasiado incómodo, Sofía, estaba furiosa con el resultado del robo de los diseños a Alina, eso no era lo que había planeado, ahora hasta la estaban desheredado, eso no lo iba a permitir

— ¡No puedes sacarme del testamento y dejarle todo a Alina, abuelo! ¡yo también soy parte importante de la familia, las empresas Altamirano, deben ser mías, yo tengo más derecho que ésta arrimada! — Sofía, gritaba histérica

— Por supuesto que sé que eres mi nieta, pero no eres más importante ni tienes más derecho que mi otra nieta, además, pronto vas a casarte, vivirás en adelante con la familia Fernández, no te va a faltar nada allá, no seas tan ambiciosa Sofía — el viejo amo Altamirano, por fin defendía a Alina, de su cruel familia

— ¡No, no estoy de acuerdo, papá, dile, dile al abuelo que no puede desheredarme, así como así!

— Cálmate, hijita, le puede hacer daño a la criatura, este bebé es muy importante para la familia Fernández, tu ab