A Ivanko, le había caído como patada en los huevos que Nathanael Castrioli, lo estuviera cuestionando por su plática con la bella joven Diamantis, aclararía las cosas con él de una vez por todas

— Vamos a aclarar ésto de una buena vez, ¿con que derecho te crees tú para prohibirme algo? no deberías ser tan arrogante, ni decidir por Rocío, que falta de respeto hacia ella es esa

— A tí que no te importe nada más que lo que te estoy diciendo, ella va a ser mi novia, pronto voy a declararme, no quiero que te entrometas

— Jajajaja, no me hagas reír, es muy bien sabido por todos lados la pésima reputación que tienes, ¿de verdad creés que el Hades, dará su consentimiento para que te pongas de novio con su hija? ¿lo creés idiota?!

— Tú tampoco eres una santa paloma, se sabe de tus fiestas de tres días que ofreces a tus hombres con mujeres y hombres, Sodoma y Gomorra, se te queda corto, yo por lo menos lo hago solo y discretamente, de mis cosas nadie se entera

— ¿Qué nadie se entera