Si hay algo que he aprendido en mi tiempo colaborando con la DEA, es que no hay lugar para la improvisación. En todas las ocasiones que he sido parte de una misión, siempre ha habido un plan B, e incluso C, y esta no es la excepción.—¿Qué es este lugar? —me pregunta cuando ya estamos en el estacionamiento subterráneo del edificio.—Es un sitio muy discreto al que suelo venir, ya sabes que la prensa suele hacerse un festín de mis descuidos —menciono continuando con mi papel.—No sabía que tenías un sitio así —dice y se acerca a mi para darme un beso que no genera nada en mí.—Cuando no encuentras lo que necesitas en tu casa, debes buscarlo en otro sitio —miento y hago un gran esfuerzo para volver a besarla y convencerla de que hoy pasara todo entre nosotros dos.—Entremos por favor, me muero por quitarte la ropa y recorrerte entero como solía hacerlo en nuestros mejores días —dice y sé que con esto la tengo en mis brazos.—Vamos —concuerdo.[…]No tengo idea si Haizea me perdonara por
Entro a la casa casi como si fuese un ladrón dadas las horas que son, y con mucho cuidado para no despertar a los padres de Haizea, voy a mi cuarto. Al entrar, la veo a ella abrazada a la almohada completamente dormida. No pudo evitarlo y me acerco a ella para después agacharme y acariciar su rostro.—Te amo alma mía, y te prometo que todo lo que hago es por ti y por nuestro bebé —expreso bajito, pero al parecer no lo suficiente para que ella no se despierte.—Regresaste —susurra y acaricia mi rostro.Al parecer esta tan dormida que apenas abre sus ojos un poco confundida y sonríe levente.—Aquí estoy preciosa, tu descansa ahora —sugiero, pero al parecer ella finalmente despierta del todo y se reincorpora sentándose en la cama.—Regresaste —reafirma como si lo de recién hubiese sido mentira—. ¿Cómo te fue? ¿Conseguiste el objetivo? —averigua sin pausa.—Todo ha salido tal y como lo planeamos, aunque bueno… tuvimos que optar por el plan B —resumo y es que no quiero darle detalles.—¿Ha
Al día siguiente: 9 de agostoLa anoche de anoche fue un tanto fatídica, Haizea apenas me ha dejado abrazarla, pero no la culpo, yo también estaría enfadado con solo pensar que alguien más la hubiese tocado. A pesar de esto, me siento triste porque es difícil aceptar su rechazo.—Buenos días —le digo al oído para que despierte.—Hola —saluda un poco fría y se gira en la cama para verme de frente y acaricia mi rostro.—¿Sigues molesta? —me atrevo a cuestionar y es que en verdad no quiero que ella este triste.—No estaba molesta, pero entiéndeme, ¿sí? —me pide y se acomoda en mi pecho tal y como si fuese una niña pequeña.—Te entiendo, yo también me sentiría así —confieso y acaricio su cabello—. Lo que tienes que comprender es que era la única manera de poder llevar a cabo el plan, ¿sí? Creerme que todo lo que hice, y lo que hago es por ti y por el bebé —digo con toda seguridad y esboza una leve sonrisa.—Eso lo sé, y el día de mañana, cuando tengamos a nuestro bebé con nosotros le cont
No sé si hay un enemigo más grande que la curiosidad, pero es con lo que he tenido que luchar durante todo el día, y es que solo a mí se me ocurre decirle a ella que en la cena hablaríamos de algunas cosas con sus padres. Ha sido toda una odisea poder salir de la casa sin ser víctima de un extenso interrogatorio, pero lo conseguí.—Señor Danek —me saluda Catalina al verme entrar a su atelier y sonrió.—Señorita Fernández, que gusto verla nuevamente —digo divertido y me acerco a ella para abrazarla como la amiga que es.—Lo mismo digo Danek, hace mucho que no venias a visitarme —se queja cuando nos vamos soltando.—Lo siento amiga, pero si yo te contara de todo lo que ha pasado en mi vida últimamente, no lo creerías —comento y sonríe.—No sé si quiero saberlo, lo que si quisiera saber es que haces en mi atelier —menciona y ahora soy yo quien esboza una media sonrisa.—Te mentiría y diría que he venido a visitarte como el buen amigo que soy, pero la realidad es que necesito de tu ayuda
Creo que ni ella ni yo podíamos espera a estar solos en nuestro cuarto, y es que, si bien la cena con sus padres ha sido increíble, yo solo quería poder besarla como lo estoy haciendo ahora en nuestro cuarto. Caemos en nuestra cama en medio de nuestra guerra de besos y caricias, cuando de pronto caigo en cuenta de que tal vez esto no sea lo correcto.—Espera —le pido separándonos un poco y acaricio su rostro con ternura.—¿Qué ocurre? ¿Por qué te detienes? ¿Por mis padres? —me pregunta frustrada y sonrió.—No, es decir… si es un tema que estén en la misma casa y que puedan llegar a escucharnos, pero me detengo porque no sé si podemos —digo como un tonto.—¿Cómo que no sabes si no podemos? —pregunta entrecerrando sus ojos tal y como si no pudiese creer lo que le acabo de decir.—Es que tu salud… el bebé… ¿y si le pasa algo? —expongo nervioso y por alguna razón Haizea comienza a reír—. ¿Qué pasa? No te burles de mí, ¿sí? —le pido como niño pequeño.Ella de repente se levanta de la cama
Al día siguiente: 10 de agostoDespertarte con el molesto sonido de tu celular cuando estas tan a gusto durmiendo, puede ser de lo más fastidioso. Suelto a mi prometida con cuidado para no despertarla y manoteo la mesita de noche para inmediatamente contestar la llamada entre dormido.—Hola —digo escuchando lo ronca que esta mi voz.—Aren, soy Miguel —escucho.Creo que tengo tantas ganas de terminar con todo esto, que, con solo oír su voz, me levanto de la cama y salgo de la habitación para que ella no se despierte.—Miguel, hola… perdón, estaba durmiendo —explico y voy hacia mi oficina para que nadie nos interrumpa.—Lo siento Aren, sé que es muy temprano, pero lo que tengo que decirte es muy importante —me informa obteniendo toda mi atención mientras que me siento en la silla detrás de mi escritorio.—Solo dime que son buenas noticias, ¿sí? —le pido casi como si fuera una súplica.—Son buenas noticias, y todo gracias al trabajo que hiciste —me cuenta y a pesar de no sé exactamente d
Regresar a la empresa después de que ella me dejara plantado en el altar, se ha convertido en toda una pesadilla. Los empleados no dejan de murmurar a mi paso, y las miradas repletas de lastima se han convertido en algo común. “El perdedor”, esas son las dos palabras que me persiguen desde hace un mes, pero ¿qué más se puede esperar cuando la boda estaba catalogada como la boda del año? 500 invitados, la iglesia más grande e importante de Miami, y por supuesto el servicio de planeación de bodas más costoso de todos.No hago más que entrar mi oficina, y cerrar la puerta de un portazo para luego comenzar a quitar los portarretratos que enmarcan nuestras fotos juntos al igual que los regalos que ella me dio y yo, con mucho amor atesoraba en esta oficina.—No puedo creer lo que me has hecho —le hablo a su foto y sin más rodeos, tiro todo al cesto de basura.Una vez que hago mi intento por acabar con el pasado, me siento en mi silla y observo todos los papeles y periódicos que se han acumu
Haizea y yo estamos sentados frente a frente alrededor de una de las mesas más alejadas de todas, una que esta de manera paralela a los enormes cristales de este lugar. La vista de la bahía y los rascacielos nos hace compañía, y la luz del sol hace que sus ojos azules cambien a una tonalidad parecida a la que lo hacen los ojos de los siberianos.—Usted dirá, ¿de qué negocios quiere hablarme? —cuestiono rompiendo finalmente el silencio que se hizo presente entre los dos.Ella termina de beber un sorbo de la copa de vino que recogimos de camino aquí, y la apoya sobre la mesa.—¿Sabe realmente quien soy yo? ¿a qué me dedico? ¿o es que solo ha escuchado lo que todos dicen de mí? —pregunta con autoridad y su carácter me agrada.—¿Y qué es lo que dice la gente de usted? —rebato con interés.—Que soy una joven ilusa que tiene la intención de meterse en un mundo que no encajo, que solo busco una fortuna para que la gente me tome en serio —señala haciéndome sonreír ampliamente.—¿Y no es eso l