Al día siguiente: 9 de agostoLa anoche de anoche fue un tanto fatídica, Haizea apenas me ha dejado abrazarla, pero no la culpo, yo también estaría enfadado con solo pensar que alguien más la hubiese tocado. A pesar de esto, me siento triste porque es difícil aceptar su rechazo.—Buenos días —le digo al oído para que despierte.—Hola —saluda un poco fría y se gira en la cama para verme de frente y acaricia mi rostro.—¿Sigues molesta? —me atrevo a cuestionar y es que en verdad no quiero que ella este triste.—No estaba molesta, pero entiéndeme, ¿sí? —me pide y se acomoda en mi pecho tal y como si fuese una niña pequeña.—Te entiendo, yo también me sentiría así —confieso y acaricio su cabello—. Lo que tienes que comprender es que era la única manera de poder llevar a cabo el plan, ¿sí? Creerme que todo lo que hice, y lo que hago es por ti y por el bebé —digo con toda seguridad y esboza una leve sonrisa.—Eso lo sé, y el día de mañana, cuando tengamos a nuestro bebé con nosotros le cont
No sé si hay un enemigo más grande que la curiosidad, pero es con lo que he tenido que luchar durante todo el día, y es que solo a mí se me ocurre decirle a ella que en la cena hablaríamos de algunas cosas con sus padres. Ha sido toda una odisea poder salir de la casa sin ser víctima de un extenso interrogatorio, pero lo conseguí.—Señor Danek —me saluda Catalina al verme entrar a su atelier y sonrió.—Señorita Fernández, que gusto verla nuevamente —digo divertido y me acerco a ella para abrazarla como la amiga que es.—Lo mismo digo Danek, hace mucho que no venias a visitarme —se queja cuando nos vamos soltando.—Lo siento amiga, pero si yo te contara de todo lo que ha pasado en mi vida últimamente, no lo creerías —comento y sonríe.—No sé si quiero saberlo, lo que si quisiera saber es que haces en mi atelier —menciona y ahora soy yo quien esboza una media sonrisa.—Te mentiría y diría que he venido a visitarte como el buen amigo que soy, pero la realidad es que necesito de tu ayuda
Creo que ni ella ni yo podíamos espera a estar solos en nuestro cuarto, y es que, si bien la cena con sus padres ha sido increíble, yo solo quería poder besarla como lo estoy haciendo ahora en nuestro cuarto. Caemos en nuestra cama en medio de nuestra guerra de besos y caricias, cuando de pronto caigo en cuenta de que tal vez esto no sea lo correcto.—Espera —le pido separándonos un poco y acaricio su rostro con ternura.—¿Qué ocurre? ¿Por qué te detienes? ¿Por mis padres? —me pregunta frustrada y sonrió.—No, es decir… si es un tema que estén en la misma casa y que puedan llegar a escucharnos, pero me detengo porque no sé si podemos —digo como un tonto.—¿Cómo que no sabes si no podemos? —pregunta entrecerrando sus ojos tal y como si no pudiese creer lo que le acabo de decir.—Es que tu salud… el bebé… ¿y si le pasa algo? —expongo nervioso y por alguna razón Haizea comienza a reír—. ¿Qué pasa? No te burles de mí, ¿sí? —le pido como niño pequeño.Ella de repente se levanta de la cama
Al día siguiente: 10 de agostoDespertarte con el molesto sonido de tu celular cuando estas tan a gusto durmiendo, puede ser de lo más fastidioso. Suelto a mi prometida con cuidado para no despertarla y manoteo la mesita de noche para inmediatamente contestar la llamada entre dormido.—Hola —digo escuchando lo ronca que esta mi voz.—Aren, soy Miguel —escucho.Creo que tengo tantas ganas de terminar con todo esto, que, con solo oír su voz, me levanto de la cama y salgo de la habitación para que ella no se despierte.—Miguel, hola… perdón, estaba durmiendo —explico y voy hacia mi oficina para que nadie nos interrumpa.—Lo siento Aren, sé que es muy temprano, pero lo que tengo que decirte es muy importante —me informa obteniendo toda mi atención mientras que me siento en la silla detrás de mi escritorio.—Solo dime que son buenas noticias, ¿sí? —le pido casi como si fuera una súplica.—Son buenas noticias, y todo gracias al trabajo que hiciste —me cuenta y a pesar de no sé exactamente d
Apenas terminé de hablar con Miguel, lo siguiente que hice fue abrir mi correo electrónico y tal y como lo anticipo, allí estaba la invitación. Sinceramente creí que tendría más tiempo para organizarlo todo, pero el supuesto evento es pasado mañana, lo que significa que deberíamos irnos mañana a Catar.La pregunta que me hago una y otra vez es si ella estará de acuerdo con todo esto. Tampoco sé como le diremos a sus padres que debemos irnos, y es que en el fondo temo que crea que los hemos dejado solos por descortesía. De pronto la puerta de mi oficina se abre, y allí aparece ella quien me mira un poco confundida.—Mi amor, ¿Qué ocurre? ¿Por qué me has dejado sola en la cama? —me cuestiona mientras entra a la oficina y luego cierra la puerta detrás de ella.—Alma mía, lo siento no fue mi intención dejarte sola —me disculpo con pena.—Tranquilo, sé que si me dejas durmiendo sola es porque tienes que solucionar algo —explica tranquilizándome.—Así es —murmuro y solo observo como ella se
Al día siguiente: 11 de agostoTenía la sensación de que sus padres nos harían un gran interrogatorio después de decirles que teníamos que irnos a Catar el día de hoy. Eso sin contar que los hemos tenido que volver nuestros cómplices en caso de que alguien preguntara donde estaba Haizea. Creo que en el fondo ellos saben que algo no está bien, pero por respeto a la privacidad de su hija y yo, no están comentando nada.A veces creo que me tienen mucha confianza, y teniendo en cuenta de que apenas nos hemos conocido, lo aprecio muchísimo. Verla feliz a ella es lo que posiblemente haga que las cosas marchen de esta manera tan armoniosa entre su familia y yo, pero es que nada de lo que decimos o hacemos con ella es fingido. De verdad nos amamos, y de verdad somos capaces de muchas cosas buenas con tal de que el otro este feliz.Después de preparar el equipaje con algo de prisa y de pedir que tuvieran el avión preparado, aquí estamos juntos una vez más emprendiendo un nuevo viaje, uno que s
Las vistas de Catar son muy hermosas desde el auto que nos está llevando al hotel, pero la verdad es que no consigo concentrarme en nada cuando la tengo a mi lado y lo único que puedo hacer es besar su cuello. Ella lleva una de sus manos a mi cabello y trata de detenerme.—Aren, no estamos solos —me dice agitada y de inmediato cierro la división que hay entre la cabina del conductor y nosotros.—Ahora si —le digo al oído y rozo su brazo con la punta de mis dedos.—¿Por qué no esperamos a llegar al hotel? Estamos en un país bastante conservador y no quiero que termines en la cárcel —sugiere haciéndome sonreír.—Tengo la sensación de que falta una eternidad —me quejo y sonríe sobre mi boca.—Yo también, pero mejor comportémonos bien —insiste y de a poco voy separándome de ella para evitar que la tentación sea aún peor.[…]Creo que ambos estábamos locos por llegar al hotel, y mucho más para que la registración no tardara una eternidad. Parecemos dos locos que apenas entran a la suite de
Regresar a la empresa después de que ella me dejara plantado en el altar, se ha convertido en toda una pesadilla. Los empleados no dejan de murmurar a mi paso, y las miradas repletas de lastima se han convertido en algo común. “El perdedor”, esas son las dos palabras que me persiguen desde hace un mes, pero ¿qué más se puede esperar cuando la boda estaba catalogada como la boda del año? 500 invitados, la iglesia más grande e importante de Miami, y por supuesto el servicio de planeación de bodas más costoso de todos.No hago más que entrar mi oficina, y cerrar la puerta de un portazo para luego comenzar a quitar los portarretratos que enmarcan nuestras fotos juntos al igual que los regalos que ella me dio y yo, con mucho amor atesoraba en esta oficina.—No puedo creer lo que me has hecho —le hablo a su foto y sin más rodeos, tiro todo al cesto de basura.Una vez que hago mi intento por acabar con el pasado, me siento en mi silla y observo todos los papeles y periódicos que se han acumu