Siento como si no la hubiese besado en siglos. Mi boca se apodera de la suya con urgencia, con desesperación, y mi cuerpo no tarda en reaccionar. La deseo, me muero por estar con ella, pero al parecer Haizea tiene otros planes. Ella coloca sus manos sobre mi pecho para así frenarme, y entendiendo que las cosas no están bien, doy dos pasos hacia atrás. Su respiración esta igual de agitada que la mía, sus ojos brillan con fuerza, pero así todo, puedo notar que algo no anda bien. Ella agacha su mirada, respira de forma exagerada y niega con la cabeza.—Tú no estás enamorado de mi —habla finalmente y no doy crédito a sus palabras.—¿Qué? —inquiero sin entender nada.—Es por el bebé, no lo quieres perder y lo entiendo —continua y de la nada me esquiva para luego salir de la cocina—. No te preocupes, mientras que mi familia este a salvo, yo mantendré mi palabra y me quedare aquí —sentencia como si nada y yo tan solo puedo comenzar a caminar detrás suyo.—Haizea, ¿te has vuelto loca? ¿Cómo
Mi voluntad desaparece ante su manera de besarme. Mi mente no consigue dar una orden clara a mi ser y ella se aprovecha de este instante separándose de mí. Da dos pasos hacia atrás y me mira como si estuviese intentando recuperarse de lo que acaba de ocurrir, pero es justo en ese instante que mi cabeza tiene una ráfaga de lucidez. Sonrió como si estuviese intentando conquistarla con este simple gesto y luego me acerco a ella para tomarla con fuerza por esa cintura que es mi perdición. No le doy tiempo a rebatir cuando la tomo en el aire y hago que enrede sus piernas en mí. Estoy loco por ella y lo sabe, su forma de enredar sus manos en mi cabello y sujetarme mientras que nuestras bocas se vuelven a encontrar la delatan.Contenerme ya no es una opción y es por eso por lo que la llevo a esta cama que temporalmente pretendía ser suya. Lentamente la recuesto y me ubico encima suyo demostrándole que mis ganas están a mil. Ella me sonríe con picardía mientras que me mira a lo ojos y en un
Afuera de estas cuatro paredes es de día. La gente está de camino a sus trabajos y muchos otros ya han comenzado su día laboral hace horas. La empresa es víctima de una investigación, y por consecuencia la gente que trabaja conmigo seguramente está disfrutando de su día libre. Sin embargo, para Haizea y yo el tiempo se ha detenido. Ella esta acostada boca abajo abrazada a la almohada mirándome mientras que yo aprecio su delicada piel completamente expuesta para mí. Por mi parte, estoy acostado de lado sin importarme nada de lo que esté pasando allí fuera. Me pierdo en sus gestos, y luego me pone nervioso cuando se muerde los labios y los suelta lentamente para sonreír.—¿Qué ocurre? —me atrevo a cuestionarle.Un suspiro la delata y me contagia.—Eres perfecto. Jamás había visto a un hombre tan guapo como tu —explica y noto como recorre mi cuerpo con su mirada. —Y yo jamás había visto a una mujer tan preciosa y exquisita como tú. Tengo mucha suerte de tenerte en mi vida y que vayas a
Hay momentos de la vida donde me gustaría poder tener el poder de detener las agujas del reloj para lograr que algo sea eterno. Sin embargo, tan solo soy un humano y con eso cargo mis limitaciones. No pude evitar que ella se levantara de aquella cama, y mucho menos que yo tuviese que estar en esta oficina esperando a que llegue el agente Valencia para darme el informe de la requisa que se llevó a cabo en la empresa el día de hoy.Honestamente, creí que todo se resolvería con una llamada de teléfono y que pasaríamos la página, o al menos se haría el intento. Las cosas definitivamente no salieron como yo esperaba, pero aquí estoy todavía soñando con los momentos que viví con ella.De repente, alguien llama a la puerta regresándome a la realidad y yo simplemente indico que puede pasar. Al abrirse, veo a Valencia quien claramente se ve preocupado.—Tu esposa me dijo que podía pasar —anticipa.—Si tranquilo Miguel, te estaba esperando —respondo mientras le hago un ademan para ofrecerle que
Tendría que estar saltando de felicidad por poder estar una vez más al lado de Haizea, por estar formando esa familia que tanto soñé, pero en cambio estoy sentando en una de las reposeras del jardín completamente agobiado. De no encontrar al infiltrado en la empresa, podría terminar en la cárcel y con ello terminarían todos mis sueños.No entiendo como pude llegar a esto, «¿Por qué alguien querría hacerme daño?» me cuestiono por dentro, pero la respuesta es muy sencilla. «Yo colabore para que Cortez terminara en la cárcel.»Ya ni siquiera el intenso calor de esta ciudad me agobia tanto como lo hacen mis pensamientos, y es que cuanto más analizo la situación, peor veo mi panorama. Con solo pensar que todo puede acabar, mi mente se nubla y solo me entran estas ganas intensas de golpearlo todo hasta descargar mi rabia.La violencia solo empeorara la cosas, eso lo sé, pero antes de entrar a la casa necesito sacar todo esto de adentro y la única manera que se me ocurre es nadando. Me levan
Al día siguiente: 21 de julioSe suponía que anoche hablaría con Miguel para contarle del plan que Haizea y yo habíamos hecho, pero la vida de un agente de la DEA es impredecible y una misión hizo que todo se retrasara. Mis ansias no han ayudado a que la noche fuese amena y a pesar del gran esfuerzo de Haizea por tranquilizarme, no he podido dormir casi nada. Es difícil seguir con tu vida como si nada cuando se encuentra droga y dinero en tu empresa. Mucho más cuando eso puede hacerte terminar en la cárcel injustamente. La taza de café en mi mano aun está caliente a pesar de que me he quedado en blanco mirando hacia el jardín. Mi cuerpo está aquí, pero mi mente hace viajes sin regreso a los diferentes escenarios posibles provocando que un leve toque en mi hombro me sobresalte.—Soy yo amor, no te asustes —escucho su voz y solo ella puede hacerme sonreír.Volteo para verla y me encanta como se ve con ese camisón de seda color rosa pálido.—¿Cómo me has llamado? —pregunto con picardía
Una semana después: 28 de julioMantener la situación bajo control ha sido un verdadero reto. El tiempo es un aliado en esta fachada y por ende disimular es primordial. A pesar de mis dudas he accedido a que haya un falso guardaespaldas para ella, y en cuanto a nuestro plan, recién hoy lo podremos comenzar a poner en marcha.Es difícil decir que la calma ha vuelto a mi vida cuando ni siquiera sé quién es el infiltrado. Sin embargo, hago mi mejor esfuerzo para hacer como si nada estuviese pasando. Abrocho mi camisa, ajusto los gemelos, y por último me coloco la americana que hace juego con mi pantalón azul Francia.—Uhmmm, pero que guapo te ves —me dice y de pronto sus brazos me rodean desde atrás.Sonrió gracias a ella y rápidamente tomo sus manos para que se ubique frente a mí y ahora soy yo quien la rodea con sus brazos.—Te ves divina —le susurro al oído mientras observo la forma que le queda esa falda hasta la rodilla y una blusa que dibuja sus atributos.—Gracias, ya sabes, debo
El silencio es tan profundo en esta oficina que incluso puedo escuchar mi propia respiración. Los documentos frente a mi parecieran ser los más complejos del mundo cuando en realidad tan solo son los planos de la empresa, la lista de empleados, sus fichas, y por su puesto los documentos de las verificaciones de antecedentes.La necesidad de encontrar al infiltrado me ha traído a este punto donde me encuentro jugando a ser detective. Normalmente diría que lo hago por mí, por salvarme de todo esto, pero la realidad es que lo que más quiero es que Haizea no deba involucrarse tanto en todo esto.De pronto, el silencio se rompe cuando alguien llama a la puerta y a pesar de no querer interrupciones, doy el visto bueno para que pase mientras que levanto la mirada. Me sorprendo al ver a un mensajero entrando a mi oficina, pero sobre todo me llama la atención de que no es de la empresa.—Para usted señor —indica para luego darme un sobre.—¿Quién lo envía? Usted no trabaja aquí —inquiero firme