Cuando me lo dijo, la que se quedó perpleja fui yo, Erik y yo hacíamos el amor con condón, o sea que era imposible, empecé a pensar cómo podía haber sucedido, acordándome de las noches que pasamos juntos Mark y yo sin tomar ninguna precaución, pero sabía que Erik no se podía enterar por nadie si no era por mi. — Hola cariño, doctora ¿Cómo está mi mujercita? ¿ya te ha puesto el DIU, la doctora? — me preguntó Erik — No puede Erik, estoy embarazada — le dije sin rodeos — ¿Cómo?, si tomamos precauciones — me dijo Erik — Puede ser Erik, un condón roto que no os hayáis dado cuenta, juegos eróticos, infinidad de cosas que pasan y no os habéis dado cuenta. Felicidades pareja, un hijo siempre es una bendición. — nos dijo Nos casamos dos días después como Erik deseaba, una boda privada solamente con Liam y Mery como padrinos. El viaje de novios fue a las bellas islas de Cancún acompañándonos los padrinos, visitamos parte de las Islas, nos bañamos en sus magníficas playas, paseamos Erik y
— Es mi mujer Liam y con contrato o sin él, me tiene que hacer caso, será mejor que no te entrometas en esto — contestó ErikCuando vi entrar a la mujer de la playa en la habitación,intente marcharme del dormitorio, pero Erik rodeo mi cintura con su brazo, sentándome en uno de los sillones que había en la pequeña terraza, acercando su cara a la mía con el semblante muy serio— Es mejor, si quieres ser su sumisa que admitas su mundo, tu marido te quiere muchísimo — me dijo LiamCuando terminaron de follar mi marido con la mujer en nuestra cama, la mujer se marchó del dormitorio, mientras mi marido se quedó mirándome muy serio poniéndose de rodillas delante de mí, — Te amo, esto ha sido un pasatiempo, o aceptas mi mundo o lo pasarás muy mal, yo soy lo que ves, nunca querré a una mujer como te amo a ti celosa, ahora te haré el amor a ti. Los dos días que nos quedaban, no salimos de la habitación, hicimos el amor hasta caer agotados, me amo mi marido con deseo y con la pasión de un re
Cuando salimos del baño, Erik me dio una fuerte palmada en el culo, viendo como Mark se levantó rápidamente de la silla para decirle algo a Erik por haberme hecho daño cuando me dio la palmada— ¿Bueno Katia y Erik, estáis bien para irnos a tomar algo al club? — dijo Johana para evitar que Mark se enfrentará con Erik En el club estuvimos casi toda la noche , conociendo mi marido a una mujer rubia, con tetas gordas y un cuerpo de barbie, cuando se acercó a la barra para pedir una bebida, acercándose luego a donde yo estaba sentada. — Cariño, vuelvo enseguida, — me dijo — ¿Ese es el juego? No sé Katia, pero creo que te equivocastes — me dijo Johana — ¿Cómo estás?, — me preguntó Mark — Bien y tu ¿tienes novia? — pregunté — No aún te sigo amando y por lo que veo ya te he perdido para siempre — me dijo, dirigiendo su mirada a mi abultado vientre — Mark, ten fe que el circo aún no ha terminado y cuando menos te lo espera te pica un mosquito — dijo Johana riéndose — ¿Qué quieres dec
Nos marchamos mi marido y yo de la cafetería hacia el despacho del delegado, cuando llegamos a la puerta Erik tocó dándonos enseguida el permiso para entrar en el— Sentaros los dos, por favor — nos dijo— Me han dicho que querías vernos con urgencia — le dijo Erik— Y así es Erik, hay una convención en Copenhague y necesito que vayáis los dos ya que es muy importante para este hospital ya que esperamos que nos den una subvención para remodelar nuestro laboratorio, quiero que seáis vosotros dos los que representáis al hospital en esa convención. ¿qué os parece? — nos dijo— Por mi bien, me encantan esos eventos — respondió Erik— Y tú Katia, por lo avanzada que estas en tu embarazo, ¿crees que podrías marcharte con tu marido? — me preguntó — Si que podré irme a Copenhague con mi marido, aun falta mucho para que nuestro hijo nazca — respondí— Está bien entonces tomar, aqui teneis los pasajes del avión y el hotel lo teneis pagado mientras dure esa convención, Erik necesito que te reun
Entramos los cuatro en una de las salas que estaban vacías, sentandonos en unos cómodos sillones que había, la doctora me hizo diversas preguntas, pero el centro de mi vida era mi marido, Erik .La Doctora habló muy clara conmigo dándoles a Mario y a Mark el diagnóstico que yo sabía, que tenía “”EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO”” pero no podía hacerme a la idea de estar lejos de Erik, me hiciera lo que me hiciera y aunque amara a Mark, como lo amaba. Estaba atrapada entre dos mundos muy distintos, necesitaba salir de uno, para ser feliz con el otro. Pero mi mundo actual era el de mi amo, era con Erik. — Katia por favor, divorciate de Erik, hazlo por nuestro hijo cariño — me decía Mark— Lo siento mucho, amo a mi marido y mi hijo es de él, no quiero ni pienso abandonar a Erik y ahora si me disculpas tengo que regresar con mi marido ya que me estará buscando — les dije— Katia, puedes salir del mundo donde ese hombre te ha metido, ser sumisa no es que tenga que aguantar palizas si no obedeces,
_ Te da permiso tu marido, que es lo que soy ahora, te has portado muy bien en la fiesta y te mereces un orgasmo. — No dejaré que nadie más te toque, esta noche me has demostrado cuánto me quieres, así que nadie te tocará porque necesito saber que el hijo que me vas a dar va a ser mío, aunque haces años me hice una vasectomía reversible. _ Me dijo _ De acuerdo, haré todo lo que me pidas, te amo Eric _ contesté Seguimos trabajando en el hospital sin problemas, llevándome mi marido a cenar a lujosos restaurantes, hicimos varios viajes los dos solos, regalandome Erik un juego de joyería que lo lucía cada vez que teniamos algún evento o alguna recepción siendo la envidia de muchas. Hicimos varias fiestas en casa, tratando Erik siempre con respeto, haciéndome pensar que se acabó la sumisión ya que eramos una pareja como otra cualquiera. Hasta que se me ocurrió hacer una fiesta de intercambio de pareja en nuestra casa, meses después, en esa fiesta hubo de todo, cuerdas, velas, sumisas, c
Mark y yo firmamos los papeles de nuestro hijo, Johana siguió intentando convencerme de que me marchara con ella a su casa y dejara a Erik, pero yo tenía claro que me tenía que ir con mi marido, con mi amo. El día que me dieron el alta, llamaron a mi marido para que me recogiera en el hospital, marchándonos del hospital enseguida, sin que mi marido me dejara ver a mi hijo. No dije nada porque mi amo para mí era el que siempre tenía razón. Cuando llegamos a nuestra casa estaban Liam y Mery, me dieron el pésame, dejándome extrañada, pero no me atreví a preguntarles nada, quedándose ellos dos a cenar con nosotros. Erik, me puso un collar de metal en el cuello con una cadena atada, como señal de que era ya su sumisa, teniendo que dormir en otro dormitorio, ya que mientras varias noches a la semana mi marido dormía con Sandra o con Mery, haciéndoles el amor mientras yo no podía dormir, escuchando les gemir y gritar, pero era mi amo, y el amor de mi vida. Me quitaba el collar por las mañana
— ¿Te acuestas con ella? Porque sigue siendo mía — contestó Eric — Ya no es tu mujer, nos vamos a casar ella y yo y será mi mujer, es la madre de mi hijo Erik — contestó Mark cogiendo mi cintura con su brazo pegándome a su cuerpo — Katia esto no ha terminado, te lo aviso — dijo Eric marchándose Me puse enfrente de Mark acariciando con mi mano su mejilla. — Gracias — le dije mirándonos acercando Mark sus labios a los míos, besándonos con deseo mientras Johana nos aplaudía. — Te amo, no lo puedo negar más — me dijo Mark — Yo siempre te he amado Mark, ¿podrás perdonarme algún día? Me fui a vivir con Mark a su casa días después, la habitación de nuestro hijo era preciosa, todo pintado en azul con nubes blancas, su cuna con dosel, su moisés, la bañera, un armario para su ropita y necesidades. Mark y Johana prepararon su dormitorio con un gusto exquisito. La primera noche que pase con Mark, Johana no nos dejó traernos a nuestro hijo con la excusa de que necesitábamos estar solos. Ya