— ¿Te acuestas con ella? Porque sigue siendo mía — contestó Eric — Ya no es tu mujer, nos vamos a casar ella y yo y será mi mujer, es la madre de mi hijo Erik — contestó Mark cogiendo mi cintura con su brazo pegándome a su cuerpo — Katia esto no ha terminado, te lo aviso — dijo Eric marchándose Me puse enfrente de Mark acariciando con mi mano su mejilla. — Gracias — le dije mirándonos acercando Mark sus labios a los míos, besándonos con deseo mientras Johana nos aplaudía. — Te amo, no lo puedo negar más — me dijo Mark — Yo siempre te he amado Mark, ¿podrás perdonarme algún día? Me fui a vivir con Mark a su casa días después, la habitación de nuestro hijo era preciosa, todo pintado en azul con nubes blancas, su cuna con dosel, su moisés, la bañera, un armario para su ropita y necesidades. Mark y Johana prepararon su dormitorio con un gusto exquisito. La primera noche que pase con Mark, Johana no nos dejó traernos a nuestro hijo con la excusa de que necesitábamos estar solos. Ya
Acarició mi mejilla, mis labios con sus dedos, pasando su lengua por mis labios mordiéndome el labio inferior estirándolo para llevárselo a su boca. — Yo fui uno de los que te clavaron la estaca por el culo en aquella fiesta que fuistes con tu marido, así que cállate y haz lo que te he dicho o mañana todo el hospital sabrá quién eres, zorra — contestó No me quedó más que desnudarme y ponerme de rodillas delante de él, ya que no quería manchar el buen nombre de Mark en el hospital donde era el dueño, aunque me sintiera como una puta. Se sentó en una de las camas, cogió mi pelo metiéndome su miembro en la boca hasta mi garganta, moviéndome él y faltándome el aire a mi, me echó la cabeza hacia atrás apretando su boca con la mía moviendo su lengua como si de una lagartija se tratara, con su mano cogiendo mi pelo, me levanto del suelo, cogió la regla que llevaba, azotando mis nalgas con fuerza haciéndome sentir bastante dolor. — Dime, amo azótame más — me dijo — ¿Quién es tu amo Puta?
Subí a mi dormitorio dejando la pequeña maleta que me lleve al lado de mi cama, cuando iba a dejar el bolso, empezó a sonar mi móvil que estaba dentro, lo cogi mirando muy nerviosa para ver quien me llamaba, conociendo muy bien el número de quien me llamaba, apague mi móvil, dejándolo otra vez dentro de mi bolso, acercándome hasta la cocina donde estaba mi madre.Por la noche estábamos mi madre y yo hablando en la cocina, cuando escuchamos cerrarse la puerta de la casa, entrando mi padre poco después en la cocina, mirándonos los dos fijamente a los ojos., mientras mi padre me miraba muy sorprendido al verme en la casa, — Mi pequeña Katia, cariño ¿cómo estás? no sabes cuanto tu madre y yo te hemos echado de menos — me dijo mi padre mientras nos abrazábamos— Estoy muy bien papá, he venido para quedarme unos días con vosotros — le respondí— Y mi nieto ¿como esta, porque no lo has traído? — me preguntó— He venido yo sola, porque necesito unos días para relajarme, pero no os preocupei
Por la mañana me despertó la luz que entraba por la ventana que había en el dormitorio, me levanté, entré en el cuarto de baño para asearme, marchando después a la cocina ya que no tenía ropa mía en el lugar donde estaba. Cuando entre en la cocina, me di cuenta de que no había nadie por la casa, abri la puerta mirando el exterior fijandome que el coche donde habíamos venido tenía las llaves puestas en el contacto, me subí al vehículo y cuando ya lo arranque para marcharme de aquel lugar, me fije que habia alguien asomándose por la puerta de la casa. Me marché de allí quemando ruedas pero pensando en que era mi salvación. Me dirige a mi pueblo, porque sabía que mi padre me ayudaria a esconderme por algún tiempo hasta que saliera el juicio contra el que entonces era mi marido, pero a mitad de camino el coche empezó a fallar, dandome cuenta de que se había quedado sin gasolina. Me baje del vehiculo dejandolo en medio del arcen, me fui andando mientras intentaba parar a algun vehiculo qu
Cuando el avión aterrizó después de varias horas de vuelo, bajamos las escaleras acercándonos a una limusina que había aparcada en la misma pista de aterrizaje y al lado del avión, cuando ya estábamos donde el vehículo estaba aparcado, mi padrino me presentó al chofer antes de subirnos los dos a la limusina sentandonos los dos en los asientos de cuero negro. No sé cuánto tiempo tardamos ni cuantos kilómetros hicimos, ya que me quede mirando por la ventanilla del vehículo el paisaje, todo era precioso aunque estaba lloviendo bastante, se podía apreciar la belleza de aquel hermoso paisaje. El chofer paró la limusina delante de la puerta de una casa antigua, pero que me pareció, que guardaba muchos recuerdos en las paredes exteriores, entramos en ella acercándose a nosotros dos mujeres vestidas con uniforme, saludando primero a mi padrino con una sonrisa cada una en sus rostros.— Katia cariño, te presentó a Anastasia, mi ama de llaves y a Flor la cocinera, ellas dos son las que me cuida
Cuando ya estaba la comida preparada en la mesa, mi padrino y yo nos sentamos en las sillas del salón para comer, aunque yo no tenía mucha hambre ya que tanta emoción junta, mi estomago no me permitía comer lo que yo hubiera querido, una vez que terminamos, me marché a mi dormitorio para vestirme, adecuadamente para la entrevista con el amigo de Aaron, aunque ya sabía que me iban a aceptar, preferi vestirme con una falda de tubo, una camisa del mismo color que la falda y una chaqueta, me pinte la cara con colores muy suaves, me puse unos zapatos de tacón que encontré en el vestidor de mi dormitorio y que dio la casualidad de que eran de mi misma talla de zapato, cogi mi bolso marchandome del dormitorio hacia el salón donde mi padrino ya me esperaba para marcharnos. Cuando entré en el salón, Anastasia que estaba al lado de Aaron, se acercó a mí dándome un beso en la mejilla, deseándome mucha suerte. Mi padrino y yo nos marchamos fuera de la casa donde ya nos esperaba el chofer con la p
Aunque casi no pude dormir esa noche, ya que eran demasiadas emociones, me levanté por la mañana muy temprano, miré por mi móvil el cambio de horario de Florida con Irlanda, para llamar a mi amiga Johana y preguntarle por mi hijo. Marque su número de teléfono con las manos temblorosas, dejando que sonara varias veces hasta que escuche la voz de mi amiga, marcando las palpitaciones de mi corazón a más de mil por hora al escuchar a mi amiga Johana al otro lado del teléfono.— Johana, soy Katia ¿como estais? — pregunté— ¿Katia, eres tú de verdad? — me preguntó— Si amiga, soy yo, ¿cómo está mi pequeño? — dije— Mi sobrino está muy bien, pero el que está completamente hundido es Mark, te echa mucho de menos, pero dime ¿dónde estás? que cuando te vea te voy a dar una paliza que se te van a quitar las ganas de desaparecer otra vez — me dijo haciéndome reír— Estoy en Irlanda, pero no le puedes decir a nadie dónde estoy, ni a Mario por favor, Johana aún estoy en peligro y gracias a Dios mi
Cuando vi a Robert Anderson, creía que iba a perder por un momento el conocimiento, ya que él fue si se puede decir así, el culpable de mi primera ruptura con Mark, — Bueno ya que parece que os conocéis muy bien, yo me marcho a mi despacho y Katia por favor, cualquier cosa que necesites dímelo ¿de acuerdo?, por cierto doctor Anderson, lleva a Katia hasta los vestuarios y que se ponga el uniforme, por favor — me dijo mi jefe, marchandose seguidamente y dejandome sola con Robert— Vaya sorpresa te habrás llevado, ¿verdad? seguro que no esperabas encontrarme aquí y ¿el idiota de Mark¿, ¿aún sigue enfadado contigo, porque nos vio follando en aquellos vestuarios? — me preguntó— He venido para trabajar, no para contarte mi vida, asi que tu eliges, o vamos a trabajar o le pido un traslado de departamento a Adam con efecto inmediato, diciendole al jefe que eres un puto violador — respondi muy enfadada— De acuerdo tu ganas, tranquila, pero tienes que aceptar una invitación mía para cenar,