EMMA.Me desperté con el sonido de una notificación en mi teléfono, y casi que limpié la baba de mi boca. Mi sueño se estaba volviendo pesado y cuando me senté sentí una ráfaga de fuego en el estómago del hambre que tenía.Hoy sentía los pechos pesados, y tenía una ligera sensación en el vientre.Sin embargo, deslicé los dedos en mi teléfono para leer la notificación.Jefe: ¿Ya puedes escuchar mi propuesta? Me reí incluso de que el contacto aún estuviese guardado de esta forma, y tecleé para darle una respuesta.Emma: Es fin de semana, día libre en la oficina, y tengo mucha hambre… No había terminado de poner el teléfono en la mesilla cuando otra notificación llegó.Jefe: Podemos desayunar juntos…Emma: Se me dan mejor las cenas… ¿Qué tal una cena? ¿Mañana puede ser? Hoy me gustaría ir al supermercado, y descansar un poco. Jefe: Hoy mismo… Además de las palabras había un emoticón con los ojos hacia arriba que me hizo sonreír.Emma: Bien… pero quiero mucha gente alrededor, porque n
NOAH.—Señor, hemos retirado toda la vigilancia… en dos horas alguien pasará solo a monitorear y eso es todo… —me quité las gafas oscuras, y asentí.Estaba ansioso hasta la médula porque llegara la noche, quería hacer las cosas a mi manera, aunque le estaba dando un espacio mínimo a Emma.Regresé a la mansión por la tarde después de hacer unas llamadas, y luego me localicé con Miller para obtener más información sobre el nuevo contrato. Estaban investigando a profundidad a William, aunque Miller ya me había dicho que sabía lo suficiente sobre él como para tener un trato seguro.Por los datos que estaba leyendo, estaba limpio. Parecía ser un hombre íntegro, y con las mejores recomendaciones, aunque eso me importara una reverenda mierd@.Dejé la computadora a eso de las cinco, y estaba por subir a darme un baño, cuando uno de mis hombres me interrumpió.—Señor Musk… uno de nuestros hombres quiere hablarle… —fruncí el ceño.—No será ahora… debo prepararme para esta noche…—Sí… lo sé… lo
EMMA.Horas antes…Di dos pasos atrás cuando ella alzó su rostro. Tenía una sudadera con capucha, y además una gorra. Parecía querer ocultar su identidad, porque su vestimenta deportiva, parecía más bien la de un hombre.Y por Dios santo, que se suponía que ella estaba en Canadá.Tomé la puerta, había algo dentro de mí que me decía que debía hacer un escándalo, gritar o pedir ayuda, pero en un segundo ante mi intención de cerrar, Andrea puso el pie impidiéndolo, y detrás salieron tres hombres para cruzarse de brazos.Y por supuesto, amedrentarme.—Entra… —de su chaqueta sacó un arma que apuntó directo a mi pecho.—¿Qué quieres?Andrea me sonrió maliciosamente e hizo que dos de los hombres entraran y que cerraran la puerta. Solo hasta ese momento se quitó la capucha y me dijo: —¿Estás de broma? ¿No lo has entendido?No sé por qué en este preciso instante quise tocar mi vientre, como si eso fuese a proteger a mi bebé, pero apreté mi propia mano porque ahora sabía que por nada del mundo
EMMA.—¿Tiene un vuelo para ya mismo? —la mujer de recepción alzó la mirada y la posicionó en mí.—¿Se encuentra bien? —asentí rápido ante su pregunta cautelosa.Ahora mismo le estaba mostrando los billetes, mientras mis manos temblaban.—Rompí con mi novio… y quiero irme del lugar…Ella hizo un gesto lastimero y se apresuró a teclear en su computadora.—Lo entiendo… Tengo uno… incluso ya están embarcando…—Deme ese…—Pero… no le he dicho hacia dónde es…—No importa… —casi la obligué a recibir el dinero—. Démelo, por favor, no puedo perder tiempo…La mujer frunció el ceño y se apresuró más. Me pidió la identificación, y algunos datos rápidos, y luego rompió algunos tiques y me entregó el mío sellándolo.—Que tenga un buen viaje…Asentí en agradecimiento, y me retiré mientras leí la descripción del vuelo.Iban a ser las 7:00 pm y el vuelo salía a las 7:30 pm. Por supuesto que ya había una fila para ir al avión, y debía apresurarme a llegar a la zona de embarque.No pude evitar sentir u
NOAH.—¿A la clínica, señor? —negué rápidamente, y miré hacia todas partes del aeropuerto.No podía descifrar a ciencia cierta quién nos estaba viendo ahora o si Andrea tenía hombres a su servicio, aunque lo más seguro era que sí, y tuve que tomar una decisión rápida.—Llévate a Emma, trata de perderte entre la gente, y llévala a la mansión. Llama a un médico y que vaya… mantenme informado…Le pasé a Emma desmayada a Max, y luego tomé su rostro, mientras trataba de ocultarme en unos pasillos. Mis manos temblaban en este punto, y solo quería ahorcar a Andrea con mis propias manos, es lo que mi alma anhelaba.—Llévatela ya… —pero antes de que Max diera un paso con Emma, lo tomé del cuello—. Ni un rasguño…Él pasó un trago y asintió.—La protegeré con mi vida, señor…Solo lo vi desaparecer de entre la gente con otros hombres, mientras intentaba saborear esto en mi boca que tanto conocía.Metí mis manos rápidamente al bolsillo, y caminé hacia otra dirección distinta, saliendo por todo el
NOAH.No sé cuánto tiempo pasó. La tierra ya estaba amontonada y había puesto el cuerpo de Andrea sin decoro ni ataúd dentro de este hueco, en el que envié a mis hombres cavar donde también se encontraba mi padre.No había una sola persona aquí. Envié a que desalojaran el lugar, y esperé al menos tres horas, para que varios hombres terminaran unos cuantos metros.Ya tenía la sangre en la ropa seca, mientras la neblina iba cubriendo el lugar, además era media noche. Apreté mis manos ante la sensación que me dio ver la tierra húmeda, y saber que no vería el rostro de mi hermana ni un día en toda mi vida.Andrea había sido un parte de mí durante muchos años. Me había aferrado a la idea de que tenía a alguien a quien proteger, y mimar. Pero Andrea era una chica demasiado marcada en su niñez, y con problemas que no pude tratar con el tiempo.Ya tenía mis demonios, como para lidiar con los de ella. Así que aquí terminaba mi historia para con mi hermana, pero no podía quitar la sensación que
EMMA.Cuando abrí los ojos al siguiente día, pude sentir el calor extremo en mi cuerpo, y me removí un poco para notar el brazo de Noah alrededor de mi cintura.Giré mi cabeza quedándome quieta, y solo pude mirar su rostro pasible mientras dormía. Esperaba que estuviera descansando, y, sobre todo, dejando de pensar.No pude evitar recordar cuando me hizo entender que había asesinado a su propia hermana. Yo había querido salir corriendo, pero tuve que utilizar todas mis fuerzas para retenerme allí de pie y caminar hacia él.Noah estaba acostumbrado a que las personas cercanas a él huyeran y lo dejaran solo, pero en este momento ya era imposible para cuando ya le pertenecía.No podía comprender mucho sus formas, pero podía entender el centro de sus pensamientos.Ambos sabíamos que Andrea sería un peligro para nuestro hijo, y él no se había detenido en analizarlo.Por mucho tiempo me quise adentrar en esta oscuridad que se había vuelto como una obsesión para mí, y para cuando probé de el
EMMA.Eran las 9 de la mañana, y hoy, después de un mes entero, teníamos cita con un ginecólogo especializado, al que Noah había contratado para dirigir todo mi embarazo.No había podido ir mucho a mi casa, algunas veces recogían mis cosas, pero en este tiempo Noah y yo habíamos tomado un momento para pasarla juntos, aunque de vez en cuando íbamos a una reunión de negocios, para concretar algunos avances.Escuché cómo Max le indicó al conductor, y me recosté en el asiento.Noah había salido desde temprano a la oficina, y nos encontraríamos en la clínica en unos minutos para la cita, pero lo que me tenía los nervios de punta, era este control de rutina.No sé si todas las mujeres embarazadas les pasara lo mismo, mi mente jugaba conmigo, me mandaba pensamientos negativos de que mi bebé pudiera tener alguna cosa, y solo solté el aire, sintiendo cómo los latidos eran casi un zumbido en mi pecho.La puerta se abrió por el chofer y caminé con la bolsa de mano, acompañada por otro hombre de