EMMA.

Fue demasiado cuando me di cuenta de que estábamos entrando a la mansión de Noah, y no pude evitar estremecerme porque todos los recuerdos me golpearon de nuevo. Debía usar toda mi cordura, y mantenerme firme delante de él en todo momento, no podía estar presa a ese magnetismo, ni olvidar todo lo que había pasado todo este tiempo.

Alguien abrió la puerta del auto cuando llegamos, y no esperé que él me guiara para entrar a la casa. Me di vuelta cuando llegamos a la sala, y me crucé de brazos como si lo estuviera retando.

—¿Y tu hermana?

—¿Por qué siempre estás celosa, cuando se trata de mi hermana? —rodé los ojos.

—¿Sabes una cosa Noah? Sé por qué viniste aquí… y deberías despedir a toda esa gente que trabaja para ti porque te informaron mal, yo no salgo con William… es una persona que conocí, y por casualidad pude hacer un negocio con él. Entonces, por supuesto, como eres un posesivo de mierd@ que, aunque no estás conmigo, no quieres que esté con nadie… viniste aquí, pensando qu