Capítulo 2: Miradas Clandestinas

La vida en la mansión Thornton seguía su curso habitual, marcada por una rutina estricta y ceremoniosa. Cada mañana, Isabel se levantaba al amanecer, asistía a sus lecciones de piano y etiqueta, y pasaba las tardes en la compañía de su madre y las visitas sociales.

Sin embargo, desde su encuentro con Daniel en el jardín, Isabel sentía que algo había cambiado profundamente dentro de ella. Su corazón latía con una nueva esperanza, una chispa de rebeldía que no podía ignorar.

El jardín se había convertido en su refugio. Cada vez que podía, se escabulle entre las plantas y flores, con la esperanza de encontrarse con Daniel. Aunque sus conversaciones eran breves y siempre bajo la amenaza de ser descubiertos, esos momentos robados eran suficientes para llenar su día de alegría y significado.

Una tarde, mientras el sol comenzaba a descender en el horizonte, Isabel se aventuró una vez más al jardín. Caminó lentamente, disfrutando de la tranquilidad que ofrecía el lugar. Escuchó el suave murmullo de una fuente cercana y el canto de los pájaros, creando una sinfonía natural que calmaba su espíritu.

Se detuvo junto a un rosal en flor, inhalando profundamente el dulce aroma de las rosas. En ese instante, escuchó pasos detrás de ella y su corazón dio un vuelco. Giró lentamente y vio a Daniel, quien la observaba con una mezcla de sorpresa y alegría.

Daniel:"Señorita Thornton," dijo él, bajando la cabeza en señal de respeto. "

Daniel: No esperaba verte aquí tan tarde.

Isabel:""Por favor, llámame Isabel sonriendo.

Isabel: yo tampoco esperaba encontrarte a esta hora. ¿Siempre trabajas hasta el atardecer?

Daniel asintió, sus ojos brillando con una calidez que Isabel encontraba reconfortante.

Daniel: a veces, el jardín requiere más atención, especialmente en esta época del año.

Isabel se acercó, sintiendo una oleada de emociones al estar tan cerca de él.

Isabel: el jardín luce hermoso, como siempre. Tu dedicación es evidente.

Daniel:Gracias, bajando la mirada modestamente.

Daniel: es un trabajo que amo."

Hubo un breve silencio, lleno de una tensión palpable. Ambos sabían que su cercanía era peligrosa, pero ninguno podía resistir la atracción que sentían.

Isabel:¿Puedo ayudarte con algo?"

preguntó Isabel de repente, queriendo prolongar el momento.

Daniel levantó la vista, sorprendido pero complacido por su oferta.

Daniel:"Claro, si quieres, podrías ayudarme a regar las plantas de la sección oeste."

Isabel: "Me encantaría."

Juntos, caminaron hacia la sección designada, donde Daniel le entregó una pequeña regadera. Isabel comenzó a trabajar, disfrutando de la sensación del agua fresca y el contacto con la tierra. Mientras tanto, Daniel la observaba, admirando su disposición a ensuciarse las manos, algo que pocas jóvenes de su posición harían.

Isabel:"¿Siempre has trabajado en jardinería?"

preguntó Isabel, rompiendo el silencio.

Daniel: Si, aprendí de mi madre. Ella siempre ha tenido un don para las plantas.

Isabel sonrió, imaginando a una versión más joven de Daniel, aprendiendo de su madre en un jardín parecido a esteIsabel:el : Debe ser agradable trabajar en algo que amas.

Daniel: Lo es, acercándose un poco más.

Daniel "Y tú, Isabel, ¿tienes alguna pasión oculta?

Isabel suavemente, sorprendida por la pregunta.

Isabel: he amado la música y la literatura. Me gusta perderme en las historias y las melodías.

Daniel : Entonces tienes el alma de una artista

Daniel : Es raro encontrar a alguien que aprecie tanto la belleza en el mundo.

"Isabel se sonrojó ligeramente, agradecida por sus palabras.

Isabel: "Y tú, Daniel, tienes el alma de un poeta. Tus palabras siempre parecen tener un significado más profundo.

"Se miraron a los ojos, y por un momento, el mundo exterior desapareció. En esos instantes, no eran la hija de un noble y un humilde jardinero, sino dos almas conectadas por un amor puro y sincero.

De repente, el sonido de pasos acercándose los sacó de su ensoñación. Isabel se giró rápidamente, su corazón latiendo con fuerza. Vio a su madre Lady Eleonor, acercándose con una expresión de desaprobación en su rostro.

Lady Eleanor:"Isabel, dijo con voz firme.

Lady Eleanor: Es hora de cenar. Ven adentro.

Isabel: Sí, madre, bajando la cabeza. a voy.

Antes de irse, Isabel lanzó una última mirada a Daniel, quien le devolvió una sonrisa reconfortante.

Mientras caminaba hacia la mansión, sintió una mezcla de tristeza y esperanza. Sabía que sus encuentros con Daniel eran arriesgados, pero no podía evitar desear más momentos como esos.

Esa noche, durante la cena, Isabel apenas probó bocado. Su mente estaba llena de pensamientos sobre Daniel y su conversación en el jardín. Observó a su familia, cada uno absorto en sus propios asuntos, y se dio cuenta de lo solitaria que se sentía en su propio hogar.

Después de la cena, Isabel se retiró a su habitación, buscando consuelo en su diario. Escribió sobre su encuentro con Daniel, sus sentimientos y sueños. Al cerrar el diario, sintió una nueva determinación. No permitiría que las expectativas y restricciones de su mundo apagaran la chispa de amor y libertad que había encontrado en el jardín.

Al día siguiente, Isabel decidió aprovechar una breve ausencia de su madre para visitar el jardín nuevamente. El sol estaba en su punto más alto, iluminando cada rincón del jardín con una luz dorada. Isabel caminó con pasos decididos, buscando a Daniel. Lo encontró trabajando cerca de la fuente, rodeado de flores de colores vibrantes. Al verla, Daniel dejó de trabajar y sonrió, su expresión iluminando.

Daniel: Isabel," dijo él, acercándose.

Daniel:"Me alegra verte de nuevo.

Isabel: Y a mí,"

su corazón llenándose de alegría.

Isabel: "He estado pensando en nuestra conversación.

Daniel: ¿Sí? preguntó Daniel, intrigado.

Isabel asintió, tomando un respiro profundo.

Isabel: Me doy cuenta de que quiero más momentos como esos. Quiero conocerte mejor, compartir más contigo.

Daniel la miró, conmovido por su sinceridad.

Daniel : "Yo también, Isabel. Pero sabes que es peligroso. Si nos descubren..

Isabel : Lo sé,"

interrumpió Isabel, su voz firme.

Isabel : "Pero estoy dispuesta a correr el riesgo. No quiero vivir una vida de arrepentimientos.

Daniel la miró con una mezcla de admiración y preocupación. Sabía que sus sentimientos eran reales, pero también entendía las consecuencias que podrían enfrentar.

Daniel: Entonces, tendremos que ser cuidadosos," dijo finalmente, tomando su mano. Podemos encontrarnos aquí, en el jardín, cuando sea seguro.

Isabel sonrió, apretando suavemente su mano.

Isabel : "Gracias, Daniel. Prometo ser cuidadosa."

Con esa promesa, continuaron trabajando juntos, compartiendo risas y miradas furtivas. Cada encuentro fortalecía su conexión, haciéndolos sentir más vivos y libres. Aunque sabían que su amor era un desafío constante, estaban dispuestos a enfrentarlo juntos.

Los días pasaron y sus encuentros clandestinos se volvieron más frecuentes. Isabel se convirtió en una maestra del engaño, encontrando excusas para escapar al jardín sin levantar sospechas. Cada vez que veía a Daniel, su corazón latía con fuerza, sabiendo que esos momentos eran preciosos y fugaces.

Un día, mientras trabajaban juntos cerca de la fuente, Isabel sintió la necesidad de compartir algo más profundo con Daniel.

Isabel : "Daniel," comenzó, "Quiero que sepas que significas mucho para mí. Más de lo que las palabras pueden expresar.

"Daniel se detuvo y la miró, su corazón latiendo al unísono con el de ella.

Daniel: "Isabel, tú también significas mucho para mí. Nunca he conocido a alguien como tú.

"Sus miradas se encontraron, llenas de una intensidad que ninguna palabra podría capturar acercándose aún más, sus labios rosando suavemente entre ellos, Daniel la agarro por la cintura quedando sus cuerpos juntos y besandose apasionadamente . Su respiración se agita, el deseo y la pasión los envuelve. En ese momento, supieron que su amor era real y valía la pena luchar por él.

Mientras el sol comenzaba a descender, creando sombras alargadas en el jardín, Isabel y Daniel se despidieron con la promesa de encontrarse de nuevo.

Cada despedida era amarga, pero también estaba llena de esperanza. Sabían que, mientras tuvieran esos momentos juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

Esa noche, mientras Isabel se preparaba para dormir, su mente estaba llena de pensamientos sobre Daniel y su amor prohibido. Cerró los ojos y se dejó llevar por los sueños, donde podían estar juntos sin restricciones, libres de las cadenas de la sociedad.

El tiempo siguió su curso y, con cada encuentro clandestino, su amor se fortalecía. Isabel y Daniel sabían que estaban jugando con fuego, pero no podían evitarlo. Sus corazones habían encontrado un hogar el uno en el otro, y no estaban dispuestos a renunciar a eso.

Una tarde, mientras Isabel se paseaba por la mansión , escuchó una conversación entre su madre y su padre en el salón. Se acercó a la puerta entreabierta y escuchó atentamente.

Lord Henry Thornton : decía Eleanor, "es una decisión import

ante y ya tomada . Debemos pensar en el futuro de Isabel.

lady Eleanor : Lo sé, respondió

Lord Henry Thornton : con su voz grave y autoritaria.

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