Arion no podía creer lo que había escuchado, se sentó casi sin aliento, entretanto, sostuvo su cabeza entre las manos “Se llama Eton, su nombre es Eton, como mi hijo”. Fue inevitable que las lágrimas surcaran su rostro, imaginándose las veces que a su propio hijo le tocó vivir esa situación y Maya estuvo sola, sin ningún apoyo.Mientras esperaba, Arion no podía sacarse de la cabeza la imagen de Eton. Era la viva imagen de su propio hijo, que había muerto trágicamente hacía varios años, con la diferencia de que este niño era más grande. Se recostó del asiento, tratando de contener esos demonios que lo atormentaban. Había dedicado su vida a ayudar a los niños necesitados desde entonces, era de la única manera de encontrar un poco de paz, sin embargo, con este pequeño apenas verlo sintió una fuerte conexión con él, y la fuerte necesidad de ayudarlo.Vio salir al pediatra un par de horas después y caminó hacia él.—Familiares del paciente Eton…—cuando el médico lo vio interrumpió sus pala
Arion se acercó a ella caminando lentamente, la impresión era grande, sentía que su corazón estaba a punto de colapsar.—¡Maya!La mujer lo miró de pies a cabeza, en un principio su mirada fue de desprecio, al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa de burla frente al hombre.—¿Maya? ¿Quién es Maya? Aparte de llegar tarde se atreve a venir a confundir el nombre de su socia principal. Soy Némesis Sideris, y desde hoy soy accionista de esta empresa —enfatizó la mujer.Las palabras de la mujer hicieron reaccionar a Arion, estaba impresionado “No es Maya, pero muy bien pudiera pasar por ella” pensó, la volvió a recorrer de pies a cabeza, su cabello en vez de negro era rubio, perfectamente recogido como una mujer de negocio, sus ojos en vez de azules eran verdes, su nariz era ligeramente diferente, aunque físicamente era parecidas, parecían como dos gotas de agua, su carácter era distinto, esta era más madura y tenía un aire de autoridad y elegancia que Maya no poseía, sus labios voluptuosos
Arion no pudo evitar sorprenderse frente a las palabras de la mujer, prácticamente, le estaba dando un duro golpe. Solo esperaba que los accionistas no se atrevieran a ir en su contra, sin embargo, una media hora después pudo comprobar que la lealtad de las personas tenía un precio.Al escucharla hablar, Arion empezó a cuestionarse los motivos de la mujer, de nuevo surgieron una serie de dudas en su interior que le hicieron entender que Némesis tenía motivos ocultos para invertir en la empresa, pero nunca pensó que llegaría tan lejos como para intentar destituirlo de su puesto de presidente de la empresa. Sin embargo, se había equivocado.Némesis había hecho sus deberes. Sabía de su relación con Maya y no importaba usarla para chantajearlo y obtener su propósito, porque sabía que él no quería que saliera a la luz nada que cuestionara la conducta de Maya, porque como no pudo protegerla en vida, estaba empeñado en por lo menos proteger su memoria. Se armó con esa información, asistió a
Arion sintió un nudo en la garganta y asintió, incapaz de pronunciar palabra. Se sentía conmovido por la confianza que el niño depositaba en él, y aunque no sabía si sería capaz de cumplir con su promesa, sabía que haría todo lo posible por hacerlo.El hombre, a pesar de tener ganas de llorar, no pudo evitar sonreír ante la inocencia de Eton, y dijo:—Claro que sí, hijo, puedes llamarme papá. Desde ahora, serás Eton Aetón —las lágrimas empezaron a rodar por sus ojos, porque recordó a ese otro pequeño, a su hijo, a quien despreció por imbécil.El niño lo vio llorando y se preocupó.—Si te dan ganas de llorar que yo sea tu hijo, entonces, no te diré papá —Arion negó con la cabeza mientras le sonreía al pequeño.—No es eso hijo… hace unos años, yo me porté mal con una personita inocente, la rabia, los celos, hicieron que actuara de una mala manera… él era mi hijo y yo lo hice a un lado y después él con su madre murieron en un accidente y los perdí… desde ese día mi corazón no ha dejado d
Némesis observaba a su pequeña hija sonriente y no pudo evitar que su corazón se llenara de júbilo, si no hubiera sido por ella, su vida no habría sido fácil, para su alivio al hacerle los exámenes no había heredado la enfermedad de su hermano, solo era portadora… claro que no había un solo momento de su vida que no recordara a su hijo Eton, su niño valiente, su pequeño gigante… jamás lo olvidaría, porque sus recuerdos dolían profundamente, sus ojos se humedecieron y su madre se dio cuenta de lo que le ocurría.—¿Lo estás recordando verdad? —interrogó la mujer sintiendo su corazón encogido en su pecho al ver el sufrimiento de su hija.—Si madre, es inevitable… siento que pude hacer más por él… que debí decirle a Arion apenas regresó a Atenas… quizás de haber actuado de otra manera, mi chiquito estaría vivo —pronunció con un sollozo.—Yo lamento no haber aparecido antes en tu vida… tal vez así, las cosas habrían sido diferente, pero como te dije, no fue hasta hace un poco más de cuatro
Andrade lo miró fijamente durante unos segundos, tratando de descifrar si Papadakis estaba amenazándolo o no, pero el hombre no parecía intimidado en lo más mínimo. Finalmente, Andrade decidió salir de la casa sin decir nada más. Mientras pensaba que no sería ese hombre quien terminara descubriendo sus secretos, los cuales por mantenerlo estaba dispuesto a todo.Enseguida a su mente se llenó de los sucesos del pasado, o por lo menos como se los contó su tía.“Su madre, era junto con Aria y Arantxa las mejores amigas, ella siempre estuvo enamorada de Felipe Galanis, pese a ello, este nunca tuvo ojos para ella, enamorado como estaba de la madre de Arion Aetón. El día cuando Aria dio a luz, el hombre terminó embriagándose porque no pudo estar cerca de su hijo y de la mujer que amaba, por eso tomó demasiado, hasta quedar por completo en estado de embriaguez y tuvo intimidad con su madre, pero al día siguiente la echó de la casa sin contemplaciones, no sin antes obligarla a tomarse la past
Maya se sintió tan cómoda, en sus brazos, al punto de aspirar el aroma del hombre, cerró los ojos, imaginándose que eran una pareja feliz, que estaban juntos y que ese pasado doloroso no existía, hasta que de pronto la imagen del pequeño Eton llegó a su mente y la rabia se agitó en su interior.—¿Por qué Arion? ¿Por qué hiciste eso? —inquirió Maya, en un sollozo, pero el hombre no entendía, porque para él la mujer en sus brazos era Némesis.—¿De qué hablas? ¿Qué hice? No te estoy entendiendo —manifestó Arion.Ella se dio cuenta de que habló de más y corrigió la situación.—No te preocupes… son nervios —dijo en un tono suave de voz.Por su parte, Arion sentía su cuerpo vibrar ante el contacto de la mujer, y por eso la apartó un poco para poner distancia, pero ella se aferró a sus brazos.—Por favor, no me dejes, te lo pido —pronunció duraron abrazados por un tiempo.Unos minutos después, el flujo de energía se reactivó en el elevador, y las puertas se abrieron, por unos segundos espera
Las palabras de la mujer lo golpearon como una tonelada de ladrillos. Nunca se había planteado la posibilidad de casarse y menos que ella terminara proponiéndoselo a él, pero ahora que la escuchó planteárselo, no le pareció mala idea, todo lo contrario, era la solución perfecta. No solo le ayudaría a adoptar al niño, sino que también tendría la oportunidad de descubrir que ocultaba Némesis, ¿Por qué se parecía tanto a Maya? Era una situación en la que todos salían ganando.—¡Está bien! Acepto casarme contigo.—Déjame y llamo a mi abogado para que relate las condiciones del contrato —respondió ella con tranquilidad—. Y que se encargue de organizar la boda, después de firmar, nos casamos en una ceremonia íntima, sin invitados ni familiares presentes, solo los testigos.Arion estuvo conforme y Némesis sonrió por lo bien que había salido todo, ahora podría estar cerca de Arion y además, conseguiría su ansiada venganza. Llamó a su abogado y le explicó lo que necesitaba, un contrato de matr