Al día siguiente todos los reportes dejan por el suelo al Grupo Petrucci, y un escrito de un corresponsal en especial lo había destruido, los inversionistas de dicho Grupo habían puesto en ventas sus acciones, un desconocido y nuevo Grupo las había adquirido en su totalidad, nuevos Guardaespaldas fueron contactados por el hombre, cuando las puertas del ascensor se abrieron se observó la figura de Diego que ya había leído los informes empresariales, pero todos en algún momento caemos para después volver a levantarnos, Diego se había dirigido directamente a su Oficina porque no quitaba que necesitaba saber qué estaba ocurriendo por su mente no pasaba la simple idea de que Maximus ya estuviera realizando algún movimiento tampoco le habían informado de algo como eso. — ¿Qué ha ocurrido? - La furia controla su cuerpo - Dime de una maldita vez, además ¿Explícame como está con vida Hugo Martin?. — Señor, gracias a las investigaciones realizadas ya tenemos claro de que Maximus Ferran no tie
La noche había llegado, una noche fría que seguía siendo dolorosa, quizás aquellas características ya nunca cambiarán. — Tienes que comer algo - Maximus La tomó de la cintura. — No tengo hambre - Julieta cerró los ojos al sentir su espalda entrar en contacto con el pecho de Maximus. — No se trata de que quieras o no, se trata de tu salud y no olvides que a Alicia aún la estás amamantando - la voz de Maximus no dejaba oportunidad para réplicas y la mujer sabe que su hombre tenía razón, Maximus le acariciaba el pelo suavemente hasta que Julieta había logrado calmar sus pulsaciones y accedió a comer algo. Unas horas después, la pálida luna cuyo brillo se infiltra sumamente en la habitación, dejaba ver cómo Maximus sostenía fuertemente el cuerpo de su esposa, mañana será un nuevo día, pero de aquellos que para Maximus y Julieta ya no tenía color. La noche de la Fiesta había llegado, Diego Petrucci se encontraba con un brillo resplandeciente en sus ojos, no le importaba que estuviera
— Nunca pensé que nos volveríamos a ver, me hubiera encantado que como madre de, un momento me corrijo, hubieras aprovechado tu parentesco con Maximus para seguir ocupando el sitio que te corresponde, pero ¿usted que hizo? Lo traicionó, usted ha traicionado algo que para toda madre debía de ser sagrado, pero más decepción me da saber que usted sabía de los planes de su amante le hubieras dado, aunque sea una mínima advertencia a Maximus - las rejas se abren con un clic, Mariana etrocedió, nunca espero ver a Julieta en esa posición. — Yo, yo creí que Maximus no - Pero antes de que continuará Julieta ordenó que se callará. — Cállate - Rugió enojada Julieta - una maldita advertencia lo hubiera puesto en sobre aviso, pero usted prefirió que el hombre logrará su cometido al acabar con la vida de un inocente, usted era madre, usted sabe y conoce de esta vida, yo acepto que me odies, que me desprecies incluso podría aceptar humillaciones, pero todo hubiera cambiado si le hubieras dado un m
Julieta se encontraba leyendo un libro cuando sintió la presencia de Maximus por detrás de ella. — ¿Qué estás leyendo? - Preguntó el hombre, aunque la mujer sintió la gravedad en la tonada empleada en su voz. — Nada en especial - respondió la mujer sintiendo las manos de Maximus en su hombro deslizándose en su espalda - ¿Qué estás haciendo? - Preguntó Julieta sonrojada. — Ha pasado tanto tiempo desde que no hacemos el amor, han pasado dos años desde que no te toco - Julieta agachó la cabeza Maximus tenía razón, llevaban mucho tiempo sin intimidad - Ha llegado el tiempo de que las cosas vuelvan a ser como antes Julieta - Desde la muerte del bebé ellos habían dejado de entregarse al amor carnal. La mujer no supo que decir, aunque sabía la respuesta, no iba a negarse a aquello que Maximus quería acceder, el tiempo pasa, el dolor sigue, pero no puede detener el tiempo, entonces ella lo miró, ambos se perdieron en la mirada del otro. Aquella noche la luz de la Luna los acogió, dos cue
Diego no se negó a aquel beso, de hecho el mismo lo estuvo esperando y sin dudar correspondió, pero aquello caricia no terminó allí, Deborah acarició la cicatriz que Julieta le había provocado hace dos años. — Quiero ser tuya Diego - y sin saber, sin imaginárselo Diego Petrucci había firmado su sentencia, el hombre no dudo en llevarse a la mujer en un hotel sin pensar en absolutamente nada que no fuera la mujer que tenía en sus brazos. El hombre la tomó de todas las maneras posibles y en las que deseo tenerla siempre, sexo rudo, parece que no había nada de sentimentalismo allí, los gemidos de ella pidiéndole más, a Diego lo volvía loco, embestidas tras embestidas, la noche se volvió corta y Diego no tenía mente para pensar en nada más. El nuevo día había llegado, Maximus ya se encontraba en su despacho cuando su tío había llegado junto a él, por supuesto que Alessio también lo hizo acto de presencia unos minutos después de la llegada de su tío. — Aquí por sus caras todos tuvieron
Diego terminó con la llamada, Deborah ya estaba en las últimas semanas de embarazo, entonces Diego tomó la decisión de salir del país para asegurarse de la seguridad de su hijo y de su mujer, pero aquel mismo día los aeropuertos suspendieron todos los vuelos, Diego quiso recurrir al ejército para lograr su salida, pero ellos también tenían prohibido que sus avionetas salgan de Rusia, no quería estar en Europa para el nacimiento de su hijo. Había fuerzas Aéreas en movimiento, pero eran del Clan Ferran aunque el no lo sabía, aquel mismo día Deborah había entrado en trabajo de parto y fue allí que el terror se apoderó de Diego. — Atención, la carnada entra en trabajo de parto - Julieta sudo frío, cuando Maximus había sonreído de manera siniestra al escuchar aquel informe. — Alessio, sabes lo que tienes que hacer - unos minutos después de que Maximus haya dado aquellas órdenes varios movimientos de camionetas se visualizan en la Base de Italiana - Rusia - Española registran movimiento
— ¿Cómo es posible que sean dos? - Preguntó Diego mientras cargaba a uno de los bebés en su brazo. — Son mellizos - Informó la enfermera, Diego había quedado fascinado por la extrañeza de sentir aquellos pequeños seres en su brazo, era tan débil que uno querría protegerlos por toda la vida, entonces sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, sintiendo el temor que quizás Maximus ha llegado sentir cuando tuvo a sus hijos con él, Diego ahora con más razón quería salir de Rusia si era posible se iría lo más lejos posible, los coloco en las cunas correspondientes Diego observó a Deborah durmiendo, era lógico después de una labor de parto, el hombre la miró con tanto amor, sus manos acarician el cabello de la mujer, pero entonces supo que debía de salir inmediatamente de alli, sentía que estando en la misma País o continente que Maximus no puede respirar con tranquilidad, pero el hombre ni siquiera se imaginaba que Maximus Ferran incluso tuvo fotografías del nacimiento. — Habla Die
Julieta había suspirado, se había ido con sus dos pequeños de aquí, pero el destino quiso que volviera con uno solo, por supuesto que se habían ido al territorio que Julieta había adquirido, el gran movimiento de vehículos llamaba la atención de todos los transeúntes, hasta que llegaron en las zonas que para Juieta ya eran conocidos, por supuesto que Alessio, Leticia y Lucio ya habían venido antes para ordenar absolutamente todo, pero a unos 300 metros antes de llegar al perímetro de la Base se había iniciado un tiroteo, la camioneta era blindado, la 4×4 aceleró con fuerza, se escucharon 3 bocinazos y el bombardeo entre armas de fuego se produjo, hasta que Maximus llegó al portón de su Territorio por supuesto si alguien llegaba a disparar en contra del vehículo en aquella propiedad estaría firmando su sentencia de muerte. — Averigüen quién fue tan estúpido para dar aquella orden de bombardear - Espetó el hombre, mientras que Julieta bajaba a Alicia, el ambiente en Italia para ellos e