— Dime en donde esta en el imbécil de Hugo - Diego Petrucci estaba furioso al perder contacto con su servidor Hugo Martín, lo último que supo de él es que había estado en la casa en donde estaba Julieta Cerroni, pero después ni siquiera sus hombres que estaban cerca supieron algo del hombre. — Hemos perdido todo contacto con el mi señor, pero hubo movimiento de varios vehículos cerca de la casa, es como si la seguridad de Maximus Ferran estuviera por las zonas, quizás Hugo no corrió con suerte y se ha equivocado al elegir el día en acercarse a su esposa - Fue él informé del hombre, por supuesto un informe que no le agrado en lo absoluto al hombre que apretó la pistola que sostenía en la mano, Diego Petrucci estaba enfurecido esto no estaba en sus planes. — Retírate - Fue su orden y el subordinado obedeció, Diego giro su silla observando el campo que rodeada su Base secreta - Muy bien, muy bien me deja en claro que por ahora quizás no pueda contigo, pero llegará el día en que voy a d
La noche había llegado la Ciudad estaba cubierta por lluvia, la Base del Inframundo liderada por Maximus Ferran estaba fuertemente custodiada, triplicando las guardias 3 camionetas habían salido del Predio custodiando a Mariana Ferran, desde la ventana un par de ojos verdes observaba la salida de su madre bajo la tenue luz el hombre se veía más encantador, el otoño había llegado y combinada con la lluvia la sensación de frescura era gratificante, Maximus bebía una copa de whisky, parecía que nada podía perturbar su existencia, sin importar que estar vinculada a él, es estar vinculada a una muerte segura. Cuándo salió de su despacho se había dirigido a su habitación la misma en donde el pequeño cuerpo de una mujer descansaba, por el poco tiempo que tenía y las conversaciones con los que lideran sus negocios en distingos puntos del Continente Europeo izó que Maximus se mantuviera ocupado toda la tarde, pero había ordenado de que Julieta fuera trasladada hasta su habitación, no obstant
3 vehículos por delante del Rolls-Royce, 3 vehículos por detrás, al momento que llegaron a las Oficinas del Palacio Civil los guardaespaldas cubrieron el sitio, Julieta no estaba acostumbrada a aquello, pero debía de soportarlo. — Te espero aquí con el certificado de divorcio en mano y la desvinculación al costo que sea- Maximus tenía las facciones del rostro endurecidas, recordar que la mujercita estaba casada provocada un malestar en él. — Bien, iré - Julieta estuvo cerca de abrir la puerta, pero su brazo fue sostenido por el hombre logrando que la mujer diera la vuelta el rostro, segundos después sintió los labios cálidos del hombre pasándose por encima de las de ella, se unen en un beso demandante, los besos de Maximus eran como si tuviera sed de ella, era insaciable, mientras más la besa, más cerca la quiere, las manos de la mujer descienden hasta el abdomen de ella y un poco más, sintiendo la pistola, una pequeña mordida fue provocada por Maximus antes de soltarla además de pr
— No estoy acostumbrada a que alguien sea lastimado por mi culpa, y le has. — ¿Por qué razón sigues hablando de otro hombre estando en mi presencia? - Maximus ya se había puesto de peor mal humor. — Quieras o no tendrás que escucharme, no quiero vivir con la culpa de saber que ha perdido sus manos por culpa mía, te repito que no estoy. — Basta, con esas mismas manos él estaba dispuesto a acariciar todo tu cuerpo a la fuerza, iba a violarte, por si no te has dado cuenta, es el hombre que te rechazó, que. — Ya no hace falta que sigas - Julieta supo de inmediato que había perdido ante el hombre, ante Maximus Ferran nadie tenía las agallas de continuar una discusión - Ya ha pasado, nos hemos divorciado, Hugo y yo, ya no tenemos ningún asunto que resolver, ya no tenemos absolutamente nada en común, ni siquiera recuerdos que valgan la pena - Julieta encontró la fuerza para expresar aquellas palabras. — ¿Hay sentimientos? - Y aquella pregunta hizo que Julieta quedará en silencio provoca
— Llevo 3 meses intentando de localizar a mi hijo - Mariana estaba bastante enfadada mientras sus tacones resuenan por la gran Villa. — El Señor se encuentra fuera de la Ciudad, y no tiene una fecha prevista de retorno - Informó uno de los encargados de la supervisión de la Base de Maximus. — Te exijo que me digas en dónde está Maximus, si es que no quieres que un disparo traspase tu cráneo - Mariana era una mujer que conoce de Mafia, por ende siempre portaba consigo un arma de Fuego. — Maximus ha dado órdenes de que la Base sea protegida, él solamente está cumpliendo las órdenes del jefe, no pensarás que va a traicionar a Maximus nada más para decirle a usted en donde se encuentra - Leticia que estaba vestida completamente de negro, había llegado a intervenir en la situación - Puedes retirarte - Le ordenó al hombre. — ¿Desde cuándo te atreves a llevarme la contra a mí ? - Mariana se acercó a la mujer. — No, se está equivocando los de la Mafia Italiana, seguimos órdenes de Maximu
- Encuentra de manera inmediata a Julieta Cerroni es una Orden y envíame de inmediato al jefe de seguridad de la Villa - Maximus se encontraba furioso sus ojos observando tras el Cristal podía convertir en cenizas a cualquiera - Maldita sea Julieta dónde te has ido - Maximus pudo sentir en ese momento el temor de que algo le haya ocurrido así que se dirigió hasta el despacho, pero antes de hacer aquello observó la caja en dónde solía dejar dinero y al no encontrar los billetes con un fuerte golpe de puño había destruido por completo la mesita, posteriormente se dirigió al despacho. El hombre proyectó todo lo ocurrido en el circuito, pudo observar cuando Julieta salió de la habitación vestida de negro, se había convertido en una hermosa mujer elegante, la observó tomar el dinero y alejarse para tomar un taxi, aquello fue lo último que pudo observar. — Señor - el Jefe de seguridad del Mafioso se adentró en el despacho, la crueldad y las ganas de asesinar que emana Maximus Ferran hace
— Podrás lidiar con mis Guardaespaldas, podrás burlar toda mi seguridad, pero no vas a lograr ninguno de los dos conmigo— la voz de Maximus Ferran era escalofriante - ¿Estás desafiando mi poder, Julieta Cerroni? - la mujer tragó saliva al escuchar las palabras del hombre - Te has dado cuenta de que puedo detener y destruir esta ciudad si alguien me desafía. — ¿Lo ibas a destruir solamente por mí? - Julieta lo había mirado directamente a los ojos al realizar aquella pregunta. — Antes de darte cualquier respuesta, saldremos de aquí. - Maximus la tomó del brazo, Julieta se apartó, pero el hombre se colocó por delante de ella y más cerca. — No pienso ir contigo a ningún lado, Maximus - la mujercita quiso apartarse, pero entonces el arma se posicionó por encima de su abdomen. — No me desafíes, he dicho que tú te vienes conmigo - Maximus no daba opción de réplica. — Ya lo he averiguado y - La joven conductora del Taxi había quedado pálida ante Maximus, la mirada Fulminante del hombre h
Dos disparos resonó en todo el patio Julieta que estaba en la dirección del Cristal, su pecho se apretó, la respiración se dificultó, todos los guardias se habían quedado estáticos, tres disparos más se escucharon, pero esta vez los disparos provienen de los hombres de Maximus que habían acabado con el Francotirador, pero la amargura en el corazón de Julieta fue insostenible. La mujer salió corriendo, llegando junto al hombre, su pecho dolía. — Señorita, por favor apártese - Uno de los subordinados apuntan a Julieta con el arma - Ya vienen por él. — ¿Por qué le han disparado que está ocurriendo? - Julieta grito horrorizada al ver que fueron dos disparos certeros en la cabeza, a ella no le importó que fuera apuntada, ella cayó de rodillas, hizo que la cabeza de Maximus repose en su regazo, su sangre quedó en su vestido, pero nada importaba, solo la vida del hombre que amaba le importaba. En ese momento varios helicópteros de la Milicia habían llegado. — Despejen el área, es una or