Julieta sabe que ya no había manera de escapar del hombre, de hecho también había pensado si había alguna manera de hacerlo y la respuesta era no, nadie era tan estúpido para llevarle la contraria a Maximus Ferran y si alguien se atreve a hacerlo el hombre ya había dejado en claro que no mata, pero destruye lentamente al traidor, la mujer levantó la cabeza que tenía agachada en ese momento sus ojos verdes miraron de manera intensa a Maximus, el hombre tampoco le había quitado los ojos de encima, pero su mirada no era fulminante ni amenazadora, era una mirada cálida que le transmitía cierta paz a la mujer. — Yo acepto casarme contigo - Esa respuesta sería el inicio de todo un calvario, una simple respuesta sería un camino que recorrer llena de espinas que dejará mucho dolor. Maximus al momento de escuchar la respuesta dada por Julieta se alejó de ella, aquella acción había tomado por sorpresa a la mujer teniendo en cuenta que el hombre parecía querer siempre estar cerca de ella, Maxi
— No tengas vergüenza - Maximus se acercó a ella - Debes de saber que serás buena en el futuro y que esté lado tuyo, me fascina. — Tú habías dicho que no te importaba que yo estuviera casada - Julieta sentía caliente sus mejillas, pero fue el propio Maximus quién le había dado la confianza de hablar. — He cambiado de parecer, vamos conmigo - el hombre estiró sus manos y Julieta no dudo en tomarlo, ella iría con el hombre a dónde él dijera, después de todo en todos sus aprietos parecía estar él. 5 minutos después dos Camionetas blindadas una por delante y otra por detrás de la Lamborghini habían tomado la carretera, Maximus tenía la mirada fija en el camino mientras Julieta solamente se dedicó a observar el paisaje de la gran Ciudad, entonces los edificios fueron remplazados por los árboles, el vehículo avanzó hasta llegara a una Colina deteniéndose por delante de unas Rejas Negras y varios hombres fuertemente armados estaban en la entrada, todos ellos se habían tensado cuándo Maxim
Esto es inadmisible - Diego Petrucci estaba con el rostro colérico - ¿Cómo es posible que teniendo todo bajo control para destruir su base y traer a la mujer ni siquiera eso hayan podido lograr? - El hombre golpeó con los puños la pared, decir que estaba enfurecido es poco - ¿En dónde está el inservible de Hugo? Traigan al imbécil aquí - Diego saco su arma de fuego, la frustración y el odio eran los sentimientos fusionados perceptibles en su mirada, mientras los subordinados contenían la respiración cuando la puerta fue abierta el rostro pálido de Hugo se había observado, el hombre no estaba mejor que los subordinados - Solamente te he pedido una sola cosa, una maldita petición y era la de actuar de héroe y salvar a la mocosa del secuestro, pero eres tan inepto que ni siquiera esa orden puedes cumplir - Diego levanto la pistola apuntando directamente a Hugo, todos en aquella habitación eran conscientes de que podría ser la última vez que vean la luz del día. — Hicimos todo lo que pud
Julieta realizó el intento de zafarse del agarre del hombre, pero no lo logró - ¿Estás celosa? - Maximus realizó aquella pregunta ya con la respuesta en su corazón. — No estoy Celosa, simplemente son cosas de mujeres, además ¿por qué yo debería de estar celosa? Puede hacer el favor de llevarme. Maximus ya no la molesto, pero puso en marcha el vehículo con su encantadora sonrisa que hizo remover algo en el interior de la mujer, pero volvió a mirar por el cristal, el interior del vehículo cayó en completo silencio, pero para nada incómodo. — ¿No piensas hablarme? - Maximusya no estaba contento con la indiferencia de la mujer. — No quiero hablar con nadie, además usted y yo no tenemos nada de que hablar - Antes de que el hombre emitiera su respuesta el teléfono de Maximus había sonado aquello lo obligo a estacionar el vehículo y salir a contestar, una acción más que llamó la atención de la mujer, pero aquello no tenía absolutamente nada que ver con ella. — Diga - las líneas faciale
— Hugo - Expresó Julieta, pero ella no estaba asustada aunque si estaba bastante sorprendida. — ¿No te da gusto verme querida esposa? - Hugo hablaba con frialdad, para el hombre después de leer el mensaje de la mujer llegó a la conclusión de que no era una opción fingir, hacerle daño y convertir todos sus días en sufrimiento era el camino después de todo a su jefe tampoco le importaba que la mujer no fuera tratada bien excepto por delante de Maximus — ¿Qué quieres Hugo, ¿no has leído mi mensaje? Te he dejado en claro que quiero ecabar con esto, y más te vale que accedas a firmar sin crear inconvenientes. — ¿Ya no puedes esperar para estar con Maximus Ferran? ¿Es por eso que quieres firmar tanto y de manera rápida los papeles de la desvinculación, para revolcarte sin compromiso con él?. — No necesito estar divorciada para estar con el Hugo- Fue la respuesta de la mujer - ¿Lo entiendes verdad? Unos documentos que para mí dejaron de tener validez no van a detenerme para intimar con é
La pequeña mujer se había sonrojado, pero ya el hombre estaba por delante de ella, el cuerpo de Julieta quedó atrapado entre la encimera de la cocina y el cuerpo de Maximus, ella quiso hablar, pero el hombre la silencio con un beso desenfrenado, la mujer había arqueado su cuerpo aún más, aquella acción sacó un gemido satisfactorio de Maximus. - ¿Sabes lo que estas haciendo? - El hombre mordió el lobulo de la oreja de la mujer - Me estás provocando y yo no se detenerme, tampoco lo voy a hacer, te voy a comer caperucita. - Se perfectamente lo que estoy haciendo - Murmuró la pequeña mujer en una mezcla con su timidez. Maximus unió sus labios con fuerza con los de ella nuevamente posicionó sus manos en el cuello de Julieta siendo Maximus el que tomaba el control absoluto, el beso era apasionante, la pequeña mujer había temblado, segundos después el hombre la tomó de la cintura, Julieta enrollo sus brazos alrededor del cuello y de manera atrevida sus piernas envolvió en la cintura del h
— Dime en donde esta en el imbécil de Hugo - Diego Petrucci estaba furioso al perder contacto con su servidor Hugo Martín, lo último que supo de él es que había estado en la casa en donde estaba Julieta Cerroni, pero después ni siquiera sus hombres que estaban cerca supieron algo del hombre. — Hemos perdido todo contacto con el mi señor, pero hubo movimiento de varios vehículos cerca de la casa, es como si la seguridad de Maximus Ferran estuviera por las zonas, quizás Hugo no corrió con suerte y se ha equivocado al elegir el día en acercarse a su esposa - Fue él informé del hombre, por supuesto un informe que no le agrado en lo absoluto al hombre que apretó la pistola que sostenía en la mano, Diego Petrucci estaba enfurecido esto no estaba en sus planes. — Retírate - Fue su orden y el subordinado obedeció, Diego giro su silla observando el campo que rodeada su Base secreta - Muy bien, muy bien me deja en claro que por ahora quizás no pueda contigo, pero llegará el día en que voy a d
La noche había llegado la Ciudad estaba cubierta por lluvia, la Base del Inframundo liderada por Maximus Ferran estaba fuertemente custodiada, triplicando las guardias 3 camionetas habían salido del Predio custodiando a Mariana Ferran, desde la ventana un par de ojos verdes observaba la salida de su madre bajo la tenue luz el hombre se veía más encantador, el otoño había llegado y combinada con la lluvia la sensación de frescura era gratificante, Maximus bebía una copa de whisky, parecía que nada podía perturbar su existencia, sin importar que estar vinculada a él, es estar vinculada a una muerte segura. Cuándo salió de su despacho se había dirigido a su habitación la misma en donde el pequeño cuerpo de una mujer descansaba, por el poco tiempo que tenía y las conversaciones con los que lideran sus negocios en distingos puntos del Continente Europeo izó que Maximus se mantuviera ocupado toda la tarde, pero había ordenado de que Julieta fuera trasladada hasta su habitación, no obstant