La mujer se había quedado aturdida, no obstante aquello solamente había sido por unos segundos, puesto que antes de que ella pudiera volver a parpadear un tiroteo se había iniciado en el sitio, rápidamente Julieta había sentido como la protegían, su pequeño cuerpo se acomodaba a la perfección en los brazos de la persona que la estaba protegiendo, la balacera no había disminuido en lo absoluto es más con cada minuto que pasaba parecía que todo volvía más intenso, la joven no supo ni siquiera entendía aquello que estaba ocurriendo, pero entonces su cuerpo sintió frío los fuertes brazos y el cuerpo que la protegía se había alejado de ella, Julieta se dignó a abrir los ojos que mantenía fuertemente cerrados por el miedo, al mismo tiempo que el hombre que minutos antes la había salvado empezado a disparar al 2×3 no había margen de error en sus disparos, sus guantes negros cubría la mano que tiraba del gatillo, cada disparo eran certeros, sabía perfectamente donde apuntar.
— Esto es una m****a - Julieta ya reconocía aquella voz - Traigan a la chica y limpien esta porquería - Aquella tonada de voz era tan fría, el primer instinto de la chica al reconocer que era la única mujer en medio de aquel charco de sangre fue la de escapar, pero aquello parecía lejos de sus posibilidades.— Órdenes del Jefe - Expresó otro hombre vestido completamente de negro, mientras el cañón de la pistola la molestaba a la altura de la costilla - Aquella acción había tomado desprevenida a Julieta.— Yo prometo que no diré nada aquí yo no he visto nada - Sus ojos viajaron a la rápida intervención para ocultar lo que allí había ocurrido, númerosas camionetas habían acorralado el lugar con los hombres eliminando todo rastro de la masacre.— No es a mí a quien tienes que convencer, más bien al jefe, pero no te asustes, esto es mínimo a lo que estamos acostumbrados — El hombre apuró sus pasos e hizo que Julieta haga lo mismo al percatarse de la mirada penetrante del hombre sentado en el vehículo al otro lado de la calle.El hombre introdujo a la mujer en el vehículo, Julieta se había sentado al lado de Maximus ella estaba asustada y en ese preciso momento el hombre se veía aterrador, sus facciones estaban endurecidas, incluso respirar en aquel vehículo era difícil, Julieta no pudo ocultar su nerviosismo.— ¿Que me van a hacer? - Fue la pregunta realizada por la chica allí en ese mismo sitio y momento Julieta no tenía mente para pensar en Hugo, en lo ocurrido en el hotel en la humillación.— ¿Qué quieres que te hagamos? - Maximus ni siquiera la miro en ese momento, el hombre al momento en que la mujer había entrado cambió su campo de vista.- Ustedes han matado a muchos yo no diré absolutamente nada, entonces Maximus tomó la decisión de mirar a la mujer, una intensa mirada que logró que Julieta se sintiera pequeña ante aquella mirada que él estaba dedicándole, tan poderosa y escalofriante.- Que tú hables a mi no me afecta - Murmuró el hombre — A mí no me interesa lo que tú hayas visto, un comentario tuyo es de menor importancia que un suspiró mío, entonces que tú hables o no me tiene sin cuidado - Volvió a recalcar bien claro MaximusVaya este chico es muy engreído— había sido el pensamiento de Julieta.— Te he dicho que no te olvides de mi nombre, y eso lo que vas a hacer te he salvado la vida por 2 ocasiones en una misma noche si no hubiera sido por mi tu cuerpo bien podría estar tirado en cualquiera de las calles de Venecia, y teniendo en cuenta eso tendrás que hacer lo que yo te ordene.— Yo no tengo la culpa de que usted sea un matón y que yo haya estado en el lugar equivocado nada más— Julieta se atrevió a hablar algo que al hombre parecía encantar, sus ojos se habían cerrado.- Parece que eres brava - Murmuró Maximus, al mismo tiempo su teléfono celular había sonado, Julieta se mantuvo en silencio.- ¿Qué ocurre? - Julieta se preguntaba si en todos aquella manera de hablar que él tenía, provocaba escalofríos; sin embargo, unos segundos después el vehículo cayó en un silencio terrorífico, la chica rápidamente se había percatado de que algo andaba mal - Dime el nombre del bastardo que mató a mi padre - Maximus se veía más aterrador.Incluso el vehículo parecía perder velocidad la mujer pasó saliva con fuerza, cada segundo que pasa tal parece que el demonio encantador que se encontraba a su lado lograría que la tierra ardiera bajo sus pies y con tan solo una orden suya el infierno abrirá sus puertas.— Destruyan todas sus bases, lo único que quiero mañana de ellos son cenizas - Sentenció el hombre, aquella llamada había terminado, pero Maximus había iniciado otra, entre tanto Julieta sentía que ya no tenía en dónde esconder el miedo que el hombre estaba provocando en ella, además de escuchar que su padre había muerto, aquello si fue un recordatorio de la razón de su boda con Hugo.— Prepara el helicóptero volaré a Milan en este mismo momento en 10 minutos llego y quiero todo listo, de lo contrario haré volar sus cabezas - Aquella llamada termino mientras Maximus había tirado el teléfono en algún lado del vehículo - a la aviación privada ahora - Espetó Maximus Ferran.La mujer no tiene idea de como actuar ya descubrió que el hombre no es alguien con quien podamos jugar de hecho que podría esperar si ya sabe quién es él, se mantuvo en silencio, pero con mucho temor, ella mantuvo su cabeza agachada, entonces sintió una intensa mirada puesta en ella, Julieta no se animó a mirar, pero sabe que Maximus la estaba mirando.— Te irás a Milan conmigo — aquello si hizo que la mujer volviera a mirarlo, en aquella mirada esmeralda había algo oculto.Antes de que la mujer dijera algo, el vehículo detuvo su andar - Otro ataque Señor - Expresó el chófer, Julieta había entrado en pánico, pero las manos frías del hombre tomando las suyas consiguiendo sacarla del vehículo, Julieta ni siquiera había puesto resistencia y fue tras del hombre obedientemente.Al momento en que salieron la fila de guardaespaldas cubrieron las espaldas tanto de ella y del hombre hicieron que ella se sintiera como en esas películas.— Manden saludos a su Jefe - Como todo un Líder Maximus se había parado por delante de 3 hombres que apuntaban directamente a la cabeza tanto de ella como en la cabeza de él - Si se atreven a disparar no llegarán con el recado al cobarde que tienen como Líder.La mirada de Julieta había captado a varios francotiradores, sus ojos esmeralda brillaron, el hombre que la sostenía fuertemente de las manos parecía ir un paso por delante que sus enemigos, segundos después Maximus con su porte de Rey inalcanzable, con Julieta a su lado, como la Reina de la Mafia, con un rostro inocente y tímido al lado de un asesino potencial.Una vez el pequeño inconveniente solucionado, el rodado se había dirigido sin ningún otro problema hasta la pista privada de Maximus.Venecia los vio partir para que Roma les diera la bienvenida después de una larga noche llena de peligro y dolor para Julieta Cerroni, varios vehículos ya esperában por ellos, Julieta estaba asustada por ver tantos hombres de seguridad, ni bien llegaron un hombre elegante se acercó a Maximus.— ¿Tienes el nombre que te pedí? -- Lo tengo - Fue la respuesta dada por el hombre.Todos los subordinados ni siquiera tenían las agallas de sostenerle la mirada a Maximus, el hombre extendio una carpeta a Maximus, una sonrisa se dibujó en su rostro, sus seguidores no entendían la dimensión del pensamiento y de la manera de actuar que tenía el hombre, su padre fue asesinado y en lugar de quedarse a acompañar a su madre él había venido a cerrar negocios y comenzar con su venganza.— Muy astuto, pero desafiar a Maximus Ferran tiene un costo y es la cabeza de quien me desafía— los subordinados sentían escalofríos al escuchar aquella tonada en la voz del Jefe, correrá sangre de eso no había ninguna duda.Julieta se quedo mirando el suelo, entonces se percató de que traía los guantes puestos su mente, rápidamente viajó a como la protegió, y como aquellas manos tiraba del gatillo acabando con la vida de unas 5 personas.- Maximus Ferran, no lo olvides - el hombre se había vuelto descarado rozando sus labios con los de la mujer y con una sonrisa peligrosa se alejó de ella— Nos volveremos a ver.Julieta también se había sorprendido el hombre la había dejado ir fácilmente, pero no le prestó atención ella había tomado un taxi, pero su mente estaba inundado de todos los sucesos de anoche en Venecia, del hombre, su actitud Criminal, pero descarado con ella, el taxi se detuvo por delante del Condominio de departamentos en dónde se supone que vivirían con Hugp y allí estaba el pequeño dolorcito en el pecho, toda la mentira que envolvía su relación, resulta ser que el hombre nunca la quiso, resulta ser que solamente le importaba el dinero que su padre tenía, que efectivamente era mucho mayor que la fortuna de la Familia de Hugo.La puerta del departamento fue abierto, Julieta se sorprendió, era la primera vez que venía aquí, es más, Hugo le había prohibido que venga alegando que era un regalo de Bodas, vaya regalos de boda que tenía ante sus ojos.— Asqueroso - Expresó Julieta, pero con cada paso que daba su corazón se destruye aún más, ella encontró rastros de amor entre Hugo y otra mujer, ropas íntimas, preservativos - No tengo nada que hacer aquí - Sentenció la mujer saliendo totalmente del departamento con náuseas.Mientras ella caminaba por la acera, un Rolls-Royce también se encontraba a escasos metros de ella, cuando el Cristal se bajó, el apuesto rostro de Maximus se observó, por supuesto, que Julieta no se había percatado de aquello, mientras ella seguía con su camino, el hombre tenía una mirada complicada al observarla.— ¿A dónde nos dirigimos, señor? - Preguntó el Chofer.— Al estudio de Modelaje - Fue la respuesta del hombre, unos segundos después el Vehículo con placa 666, el número del Diablo como lo conocen paso al lado de la mujer llamando la atención de la misma el vehículo había llamado la atención de la Julieta.La chica dejó escapar un suspiró— Lo mejor que puedo hacer está entre ir a la casa que era de mis padres o dirigirme al estudio de Modelaje, mente ocupada no extraña a nadie.— Se consoló ella misma mientras sigue caminando.La noche se sentía fría, el estudio de Modelaje también se había sumergido en un silencio bastante escalofriante, lo único que se escuchaba era el tic tac del Reloj, Julieta se encontraba observando algunos vestidos de la casa de modas para su proximo desfile de moda la chica cerró la Laptop dejando escapar un profundo suspiro, miró por la ventana la luna brillaba, su belleza hizo que la joven se perdiera ante aquella seducción en la que la envolvía - Si tan solo todo esto fuera una pesadilla Hugo quizas estaríamos disfrutando del paisaje de la luna en Venecia — Susurró con mucho pesar Julieta. Unos segundos despues el aparato celular había sonado, su corazón se saltó algunos latidos y un pequeño brillo de esperanza se vislumbró en aquellos ojos esmeraldas que la mujer poseía al ver el nombre en el identificador de la pantalla. — ¡Amor! - Su saludo fue muy efusivo, no ocultando la emoción de recibir aquella llamada del hombre que ella amaba por ende tampoco reparo en llamarlo amor.
Maximus tomó la carpeta, el hombre carecía de impulsos emocionales, pero una sonrisa con una pasión Lobuna capaz de desnudar el Alma de cualquiera se vio en su rostro coqueto que se había ensombrecido. - Así que Hugo Martín - susurró para sí mismo — déjame a solas - Fue la orden de Maximus el subordinado obedeció rápidamente dejando al hombre a solas en aquella inmensa habitación oscura y fría, sus manos cubiertas siempre por un guante negro se posaron por encima de su pistola, abrió la cortina y dejó que la luna enfoqué ligeramente su brillo en su rostro, dejando ver el destello peligroso de su mirada - Casada con el hombre que trabaja con los que acabo con la vida de mi padre, conejita, y el trabajo sucio se paga de tu dinero, pero eres mi mujer, mi elegida nadie puede ensuciarte con sus porquerías excepto yo - Maximus salió de la habitación, unos segundos después el Rolls-Royce salió disparado de aquel terreno. Había mucho silencio la casa en dónde estaba Julieta se mantenía a o
La sonrisa en los labios de Hugo estremeció a Julieta — ¿Qué haces con él? - el hombre no ocultó el desagrado de ver a su esposa - ¿Es tu diestro de Oro? - Hugo Martín se burló. — Mantén tu distancia y cierra la boca, si no quieres que te corte la lengua por burlarte de ella en mi presencia — Maximus agarró las manos de Julieta, fue allí que la joven sintió que después de la muerte de sus padres alguien estaba para sostenerla, aunque la persona que está brindando aquella sensación en ella sea un demonio, pero un demonio encantador y ella no podía negar aquello, pese a su peligrosidad Maximus Ferran era el hombre más apuesto y peligroso de Italia — No es tu mujer, es la mía y pensándolo mejor, el divorcio es innecesario, Julieta te exijo que vengas conmigo— Al momento en que Hugo expresó esas palabras detrás de su cabeza se posó una pistola, el hombre miró a los ojos de Maximus. — No olvides ante quién estás — Maximus sonreía con suficiencia, mientras observaba como su Guardaespalda
Varios disparos se escuchó, Suéltala o te mató - Maximus Ferran tenía dos armas de Fuego en su mano, había acabado con los que custodian allí y no dudaría en acabar con Hugo. El hombre no esperaba que Maximus viniera, entonces aprovechando aquella distracción de Hugo, Julieta lo había pateado, segundos después logró colocarse de pie y fue corriendo hasta Maximus, por supuesto el hombre no permitió que Julieta se posicione por detrás de ella, él la mantuvo a su lado. - Olvídate de ella y disfruta lo poco que te quede de vida - Con aquellas palabras Maximus se alejó y Julieta fue protegida por el hombre hasta la Villa.Su cuerpo está sudando y temblando, ella emitía pequeños gemidos, como si intentará contener algún tipo de dolor, el oscuro pasillo por donde el hombre estaba transitando al momento de su llegada pareció escuchar aquel ruido razón por la cual se detuvo delante de la puerta que tenía a su derecha la abrió de manera inmediata observando como la mujer se retuerce en la cam
El rostro de Hugo se ha desencajado por completo al escuchar la voz del otro lado de la Línea - La chica no puede estar en Libertad, si firmas el divorcio, tu cuerpo se lo entregaré a mis mascotas, tráela contigo, tengo una orden muy especial para ella, por fin has hecho algo bueno Hugo Martín has escogido a la mujer correcta - el sonido de que la llamada ha terminado llego al oído del hombre, no obstante no entendía por qué su Jefe le había dado aquella orden; sin embargo, cumplirla era difícil, ya ellos estaban divorciados en palabras, solo faltaba desvincular el apellido Martín, pero intentará revertir la situación de ayer. — Julieta - Aunque el desprecio brillaba en su mirada, Hugo tenía una dulce voz - No quiero el divorcio, quiero que le demos otra oportunidad a nuestro matrimonio, tú me amas y. — Hugo, no me hagas perder el tiempo que tenga muchas ocupaciones y pensar en darte una oportunidad es una pérdida de tiempo que no puedo darme el lujo de perder, ya estamos divorciado
— ¿Qué está ocurriendo? - la mujer se impacientó - ¿Qué vas a hacer tú? Estamos en peligro - Murmuró Julieta con ansiedad. — No te asustes - el dedo índice en sus labios fue lo único que sintió antes de escuchar que la puerta se abría y el hombre salía al exterior, cuando Maximus salió toda la calidez abandono el vehículo. Julieta observó la figura de Maximus a través de las cámaras de la camioneta, el hombre caminaba con estilo, elegancia, se detuvo por delante de los vehículos, en cada una de ellas estaban dos hombres apuntando directamente con dirección al hombre. — ¿Qué se supone que están haciendo en mi territorio? - Maximus habló con una sonrisa - ¿Saben a quién están tentando en la Propia Italia. — Tienes algo que nos interesa o mejor dicho tienes algo que nos pertenece - Expresó el hombre que parecía ocupar el título de jefe entre los hombres de la camioneta, que no dudo en encarar a Maximus. — ¿Algo que les pertenece? - Maximus volvió a sonreír - Y pueden decirme que es l
- ¿Tenía otra opción? Claramente debía dejar que usted me toque si tenía un arma, maldito loco - la mujer lo fulminó con la mirada con su rostro teñido de rojo, mientras Maximus solo había sonreído. — Sé buena chica y compórtate quizás, si cooperas te daré lo que quieras más tarde - El hombre le guiño el ojo. — No quiero absolutamente nada de lo que tú quieras darme maldito abusivo - Julieta seguía tentando una mirada llena de enojo y vergüenza — Bueno yo si quiero todo lo que tú tengas - Maximus recorrió descaradamente con la mirada todo el cuerpo de la mujer, cada curva quedó ante su vista, solo en ese momento la chica se había acordado de que su cuerpo no estaba cubierto por absolutamente nada, su rostro se tiñó de un rojo intenso aún más , y su incomodidad parecía fascinante para el hombre que entrecerró sus ojos al percatarse de la actitud de ella.— Nena, me encantaría dejar que mis manos recorran tu cuerpo, pero no es tiempo de eso, vístete, más tarde me dejaré caer en los
—¿En dónde está la chica? - Preguntó un hombre colocándose de pie y estampando su puño por la mesa, Hugo se había puesto pálido y retrocedió al observar que el hombre levantó la vista y con la mirada lo estaba asesinando. — No pude traerla, ella parece ser protegida por. - Pero antes de terminar de hablar Hugo fue interrumpido. — Por supuesto que es protegida por alguien más y justamente su protector es alguien que a mí me interesa mucho - El hombre dejó ver una sonrisa peligrosa, volvió a colocar el arma por encima de la mesa y la hizo girar - Quiero a la chica conmigo y mañana mismo vas a ir a por ella no me importa que tengas que hacer quiero que la traigas Hugo. — ¿Era necesario impedir que me divorcie mi señor? Es decir evitar que mi apellido ya se desvincule de ella hoy mismo - Hugo no ocultó la mueca de desprecio en su rostro. — Olvídate de la mujer con quien mantienes tus amoríos - Aquellas palabras vinieron en tono de mando - Se te prohíbe separarte de ella, ¿me entiendes