Mi Vida por la de mi Hermana...

-Llámame como te dé la gana, pero de verdad estoy aquí para ofrecerte un trato de negocios

-¿Ofrecerme un trato? ¿y bien qué tiene la pérdida que me puede interesar?

-Industrias Davies…

Roger queda en shock.

-¿Desde cuándo eres dueña? Se supone…

-Desde que mis padres murieron…Eduard debía de cuidar de esa empresa, pero como no tiene interés alguno en mis hermanas o siquiera en mí, me la dio hace ocho años…

-Esa empresa ni siquiera tiene mercado, ¿Qué hiciste durante este tiempo? Dejaste morir el patrimonio de los Davies

-Lo que hice o dejé de hacer durante diez años es mi asunto, no vengo a develar mi vida privada contigo, vengo a ofrecerte un trato

- ¿Qué trato? Una empresa en la ruina no me importa además ¿Qué quieres a cambio de que yo me quede con esa miserable empresa?, sabes qué olvidado, sal de aquí…

- ¡No me voy! – apretando sus puños con fuerza – tú ya tuviste diez años de venganza ¿es que no puedes siquiera escucharme?

- ¿De qué demonios hablas?

-Si te casas conmigo, te cederé todo a ti, podrás hacer lo que quieras con la empresa – logrando toda la atención del hombre – me da igual…solo…solo…

- ¿Qué más quieres?

-Solo dame el dinero para pagar el tratamiento de Miri…

-¿Me estás pidiendo ayuda para tu amante?

- ¿Qué?

- ¿Crees que voy a darte de mí dinero para salvar a tu amante en turno? Es verdad los años no te quitan lo zorra

- ¡Miri es mi hermana! ¡es Miranda!

Roger se queda mirando a la joven y en el acto recuerda a la insoportable hermana menor de Adriana, no Kala, sino la otra que no dejaba de llamarlo sapo.

-¿Y ahora qué tiene ese problema andante?

-No te permito que hables así de mi familia…

-Si quieres mi atención dejarás que hable como me plazca de quien quiera ¿entendiste?

Adriana se muerde su labio, y toma coraje para decirle que un par de años después de que los Davies murieran, a Miranda se le diagnosticó cáncer, que en su momento pudieron tratarlo pero ahora el cáncer volvió y más agresivo que antes…

-Solo pido eso…además no me estoy refiriendo a un matrimonio normal – animándose para continuar – solo es un matrimonio para salvar a mi hermana, yo no le importo a nadie, además solo tengo a mis hermanas, Eduard hizo que sus sobrinos mandaran al diablo a mis hermanas, ellas están pagando por nuestra ruptura hace diez años, nadie espera nada…nos casaremos yo me quedaré acá en Irlanda…lo único que pido es dinero para salvar a mi hermana, a cambio tendrás Industrias Davies, no tendrás ni siquiera que soportar que yo esté cerca

Roger murmuró algo en suizo, aunque hijo de padres irlandeses, el joven hombre nació y creció en Suiza.

-Roger, por favor trata de entender estoy desesperada, si no fuera de vida o muerte nunca te hubiera buscado, sé que piensas…

- ¿Cómo te atreves a venir con esa oferta?

- ¿Eh?

Roger se acercó a ella y la tomó con violencia por los brazos.

-¿Estás demente?, si debes estarlo como para venirme con esto ¿Cómo puedes pensar que yo me casaría con una zorra codiciosa como tú?

-Tómatelo como un contrato, no como un matrimonio – temblando puesto que la mirada del hombre le dicen que está molesto

-¿Un negocio propuesto por una mujer que fue a follar con mi primo como una puta callejera?

-No es que tenga algo de importancia ahora, pero nada de eso sucedió, Roger

El hombre la apartó totalmente asqueado siquiera por sentir su dulce aroma a lotos y miel.

-Te vieron, eso es suficiente. Me ofendes con esta oferta. No creas que eres igual de importante para mí que hace diez años…si me tomé la molestia de arruinar el nombre de tu familia ¿Por qué ahora la salvaría?

Adriana queda en shock, pues ahora está viendo a quien llevó a la ruina a sus padres…

- ¿Por qué? Si pudieras por tan solo cinco segundos darle la espalda al pasado, te podrías dar cuenta de que esto era lo que quería tú y tu padre hace diez años, nuestras madres querían otra cosa, hasta más pretendían para nosotros…yo no pienso ni quiero aparentar ser tu esposa, vivir contigo o ser una molestia solo quiero salvar a mi hermana

-Eduard vomitará sangre si se enterara, aunque lo diga de dientes para afuera, de dientes para adentro ustedes aún le importan

Adriana apenas da una sonrisa, misma que incomoda a Roger.

-Claro que le importamos, tanto para decir que mis hermanas son igual de desvergonzadas que yo, además sé que quieres la empresa de mi familia…siempre la has querido, así que no me parece que tengas más opciones ¿verdad?

-Tú hiciste tu elección hace diez años, cuando te llevaste a mi primo borracho a mi cama

Adriana pensó que era injusto que solo la acusaran por las palabras de una mala persona, así que bajó la mirada y se percató de que tenía desabrochado un botón de su linda blusa purpura, dejando a la vista un perfecto y firme escote, así que con un enorme sonrojo y sus manos temblorosas, volvió a abrochar su blusa. Roger bajó igualmente la mirada y no puedo evitar tragar grueso.

Pues siempre aunque niegue mil veces, el cuerpo de Adriana le ha parecido el sueño de todo hombre, curvas perfectas, piernas torneadas, pechos de buen tamaño…

-Me habría encantado tenerte antes…si te hubiera poseído, tú no habrías estado tan impaciente como para ir a ese departamento a usar mi cama…

-No me hables así – dijo ella en su susurro

-A ti te hablo como me dé la gana ¿creíste que tengo que respetarte por ser una zorra?

-No…pero…

-¿Crees que puedes presentarte ante mí y pedirme que me case contigo y conseguir que te respete con ello?

-Creí que respetarías lo que yo valgo para ti económicamente

-No me interesa lo que valgas económicamente – le dijo secamente – aun así debo reconocer, tienes más valor que otra mujer que haya conocido, aunque sigo sin creerme que esa demonio andante de Miranda esté enferma

-Bien no me creas, piensa que simplemente me cansé de ser pobre y quiero volver a mi vida de lujos y mimos económicos

-Buen punto, me lo pensaré

Adriana sintió un atisbo de esperanza, tanto que estuvo a punto de marearse.

-Acaso ¿llegaste a pensar que rechazaría tu propuesta si no incluida la acabada Industrias Davies en ella?

-Tú eres un hombre de negocios y si algo le aprendí a mi papá y a Eduard es que no tienes nada que perder pero si mucho que ganar igual yo…no tengo nada que perder y puedo salvar a Miri

-Buen punto

Ella se dio cuenta de que realmente no la veía a ella como persona o como mujer, sino como un camino para conseguir lo que quisiera.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo