Discutiendo los Negocios...

-¿Cómo me pondré en contacto contigo? – lanzó la pregunta el hombre

Ella se sonrojó de golpe y lo poco de orgullo que le quedaba reaccionó para salvarla.

-Te daré un número de teléfono, pero no el mío, puedes dejar allí cualquier mensaje

- ¿Por qué ese secretismo?

La dulce joven ignoró la pregunta y escribió el número de Christian.

-Me voy – diciendo antes de marcharse pues ya no le quedaba nada más que decir

El hombre simplemente se encogió de hombros.

Cuando Adriana salió se cruzó con Isaac.

-No me devoró viva – diciendo ella con una sonrisa – cuando su celular suena, es un mensaje del hospital – Oh no…

-Señorita Davies ¿pasa algo?

-Tengo que irme – haciendo una venia a Isaac para luego marcharse

-Señorita, el amo Pedersen la devorará viva, hasta no dejar ni siquiera su alma

….

Adriana ha llegado al hospital, en donde Kala está esperando por ella, cuando la ve se acerca y se arroja a los brazos de la joven.

-¿Cómo está?

-Entró en coma, Hermana

Los ojitos de la joven se llenan de lágrimas. Una buena amiga de Adriana, Lucy se acerca y ve a ambas hermanas llorando.

-Tuvimos que inducir el coma, para que su cuerpo descanse un poco, Adri…he tratado de dilatar las cosas si en dos semanas no pagan sacarán a Miranda del hospital.

- ¡¿Dónde está su humanidad?! ¡es mi hermana! ¡¿Por qué no tienen compasión?!

-Kali, calma – abrazando a su hermana

- ¡No es justo! ¡desde que papá y mamá murieron todo se ha ido al carajo!

-Lucy, por favor una semana…dame una semana

-Está bien, haré lo posible – mirando a ambas hermanas – ¿ya comieron?

Ambas hermanas se sonrojan en el acto.

-Vamos a la cafetería…

Al caer la tarde ambas hermanas volvieron, Adriana llamó a Christian y le pidió que tomara cualquier recado que hubiera para ella, lo cual el joven policía acepta sin hacer muchas preguntas.

Pero pasaron los días, y Roger no la había llamado. Lo cual ha ido desanimando un poco a Adriana, pues ha visto en las noticas como Roger se pavonea con una y con otra, mientras a ella le hizo creer en una estúpida esperanza.

Una semana después, Adriana estaba de vuelta en su hogar, luego de visitar a su hermana en el hospital, y de haber dejado más curriculum tratando de buscar un trabajo, cuando recibió un mensaje de parte de Christian.

-“Llamaron esta mañana, me dijeron que vayas esta noche a las siete a su oficina”

Adriana respondió con un gracias y un emoji dando un beso, así que después de inventarle a Kala que iría a una entrevista, ella se acomodó lo mejor que pudo, un vestido blanco y un abrigo color rojo.

Aunque dudara que el hombre se dignara a reparar en su apariencia, pero en fin es mejor ir bien presentados, dado que tal vez firme un importante contrato. Porque si algo que ella le aprendió a su padre es, ir bien vestidos a eventos importantes y a las firmas de contratos, especialmente a las firmas de contratos…

Recordó cuando su madre le dijo de la visita de su querida amiga, que ella tenía un hijo dos años mayor que ella y que posiblemente sería su prometido, ella no se molestó al fin y al cabo ella fue criada para eso, ser una linda joven y un bonito objeto el cual presumir, pero cuando vio a Roger no puedo evitar enamorarse, era un hombre imponente para tener apenas diecisiete casi los dieciocho, además era raro ver a un joven con el cabello tan largo y bien cuidado, pero ella intentó hacer todo bien, aceptó las falsas amistades sin problema pero al final terminó humillada y repudiada.

Sus pensamientos fueron disipados cuando un hombre de seguridad la introdujo al edificio de Industrias Pedersen justo a la hora que habían acordado.

El lugar estaba totalmente vació y eso la puso nerviosa. Estaba maquinando los terribles escenarios con los que Roger la recibiría, una muerte horrible, una tortura sin precedente…en fin todo pasaba por la cabecita de Adriana.

Se acercó a la puerta de la oficina de Roger, llamó y después de unos segundos abrió con sus manos temblorosas.

Al entrar se percató de que solo estaba encendida la lámpara de la mesa, y por los enormes ventanales se veían las luces de la ciudad por la noche, cuando ella sintió ese aroma tan masculino en el acto se giró encontrándose a Roger, vestido perfectamente y de manera muy elegante con un traje color blanco. Qué coincidencia.

-Veo que esta noche, aparte de educada eres puntual – dijo él

La joven se sonrojó en el acto, dándose cuenta de que el equilibrio de poder había cambiado, hacía unos días ella tuvo el elemento sorpresa de su lado, y estaba verdaderamente desesperada como para hacerse oír. Pero ahora eso estaba en el pasado, ella estaba presente para escuchar la respuesta de Roger, y ella espera que acepte.

-¿Gustas tomar algo? – preguntó mientras se dirigía hacia el mini bar con un andar de pavo real que cautivaba a cualquier dama, menos a Adriana, ella ya no siente nada por él…salvo la necesidad de conseguir sus ideales

-Cualquier cosa que no contenga alcohol está bien

Y mientras el hombre se dirige hacia el mini bar, Adriana admiraba sus elegantes movimientos, después de todo el algún momento él le atrajo. Pero eso quedó en el pasado.

-Veo que las costumbres no cambian, siempre te gustó mirarme, como una felina de gráciles movimientos, siempre que te descubría, te ruborizabas y me apartabas la mirada

Avergonzada por aquella memoranda, Adriana se encogió de hombros, como restando importancia, para ella lo más importante es que Roger acepte su propuesta eso es todo lo que le importa.

-Eso fue hace mucho tiempo, Roger

Roger se sentó en el borde de su mesa, tenía una expresión sumamente relajada, y le hizo una venia con la cabeza y la saludó con su vaso de ron.

-En ese entonces eras una maestra de la actuación, lograste convencerme a mí y a mis padres de que eras virgen, te mereces un óscar por aquel espectacular montaje

La dulce se sintió sumamente incómoda, lo que menos necesitaba dada su situación es que él le recordara ese horrible invierno en Suiza.

-Pero bueno eso no importa, no me interesa saber con cuántos te has acostado desde entonces – añadió con una sonrisa descarada – solo tengo una duda que quiero que me aclares antes de que hablemos de negocios, y te advierto la pregunta tiene truco, Adri

-Entonces no quiero oírla, podemos pasar directamente a los negocios

-Pero tienes que responder – fingiendo un puchero, cosa que incomodó a la joven – con completa y absoluta sinceridad, ya que no te interesa mentir, porque ya lo hiciste hace diez años. Así que no me des la respuesta que quiero escuchar, porque puede ser que te arrepientas, mi querida…

Adriana simplemente le dio un trago a su agua mineral, en verdad no soportaba a ese hombre engreído.

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