IV

Dos semanas habían pasado desde que Claudia había participado de la fiesta rave y probado por primera vez el éxtasis, pero le había dado continuidad a esa y otras drogas (primordialmente la coca) desde esa fecha. Atormentada por los recuerdos del pasado debía acallar los gritos de su niñez con el químico estupor y no importaba si no contaba con dinero suficiente para comprarlo como comprobó el barman mientras ella le proporcionaba sexo oral en el baño de mujeres. De todas formas, no era la primera vez…

 Al finalizar el acto, el complacido cantinero entregó las preciadas tabletas a la muchacha quien se limpiaba la boca sonriente y recibió los narcóticos complacida casi como una niña recibiendo caramelos —al fin y al cabo, era como una niña en muchos sentidos— y regresó a la fiesta.

 Óscar la interceptó en la barra.

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