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May vio a sus amigas charlando en el frontis de la facultad. Iba a acercarse a ellas cuando notó que Wade también estaba allí, charlando con un grupo de chicos. Aunque Wade no era precisamente amigo de Evie ni de Carol, siempre que May se lo topaba, este se acercaba a ellas y se quedaba charlando con las tres un buen rato. A Evie le caía bien porque era divertido y ruidoso como ella. A Carol no tanto, pero lo toleraba dentro de la medida de lo posible. Afortunadamente, si no estaba May de por medio, Wade se mantenía alejado de sus amigas.
Justo como ahora.
May retrocedió varios pasos hasta desaparecer del foco visual de Wade y sus amigas. Permaneció un buen rato allí escondida, hasta que recibió una lla
...May se inventó un resfrío para no salir a beber con Evie y Carol. No fue sencillo, pero al final Evie se resignó y cortó la llamada advirtiendo que la próxima semana no se salvaría. Por medio de un mensaje, se enteró de que Carol también se había excusado para no ir, así que le propuso que se reunieran en su apartamento a beber algo y comer porquerías. Carol estuvo de acuerdo y a eso de las nueve se presentó en el apartamento con dos botellas de champaña y muchas porquerías en una bolsa de papel.Ordenaron una pizza, bebieron y comieron golosinas hasta hartarse. Mientras pasaban la comida tendidas sobre la alfombra de la sala, a May se le ocurrió hablar de William Horvatt. Sabía que Carol no lo tomar&iacut
...Ilda Polak llevaba siendo secretaria del departamento de derecho privado desde hace más de diez años y había visto muchas cosas ocurrir ante sus ojos, pero jamás un romance entre estudiantes y docentes. Era perspicaz y astuta, dos características imprescindibles para el cargo que ocupaba, porque muchas veces aparecían chiquillas como la que acababa de irse, con excusas baratas para poder acercarse a los maestros. El romance entre estudiantes y docentes estaba prohibido por reglamento, pero eso no siempre le importaba a los involucrados. Al fin de cuentas, los romances tórridos eran atractivos, inyectaban cierta adrenalina en el cuerpo.Ilda sabía cuándo estaba frente a ese tipo de romances tórridos. Lo olía, lo veía a través d
...La mirada de May Lehner en la clase del jueves era venenosa. William trató de pasarla por alto, pero era inevitable caer en sus ojos verdes, nublados por la rabia que sentía hacía él. Él nunca la había visto tan enojada y de forma tan obvia.Al finalizar la clase, ella se levantó de un brinco y salió del aula sin dirigirle una sola mirada. William salió tras ella, pero se detuvo a mitad de camino, porque sería un error hacer algo en medio de tanto público. La contempló alejarse hasta que desapareció en una esquina. Que estúpido había sido dando una respuesta como esa. Bueno, tampoco se arrepentía de haberla encarado. Seguía convencido de que tenía algo con ese soquete de Wade.
...May llegó con varios minutos de anticipación porque ese día se llevaría a cabo el examen oral de derecho común. Estaba tan nerviosa, que cuando William Horvatt cruzó la puerta, ella casi dio un salto en su asiento. Para no entrar en pánico, bajó la cabeza y se negó a mirarlo a los ojos.William dejó su maletín sobre la mesa. Luego fue al pizarrón y escribió:El examen constará de dos preguntas. Si no sabe la respuesta, no invente. Respete el tiempo de los demás. Solo yo presidiré el examen. Respiren.
...Poco después de que habían abandonado la oficina de William Horvatt, recibió un correo de este desde su cuenta personal. Emocionada, lo abrió, pero su contenido no tenía nada comprometedor. William Horvatt la estaba proponiendo tomarle el examen otra vez, el próximo jueves, a las dos, en su oficina en el buffete de abogados de su familia. Lo único especial del correo era que terminaba con una cita de Effiel que no formaba parte de la cita automática que él tenía programada para todos sus mensajes. La había escrito especialmente para ese correo.May la leyó con el corazón dando intensos tumbos dentro de su pecho."En pocos días sería ejecutado y mi vida acaba
...William contempló su reloj de pulsera y constató que faltaban veinte minutos para las dos. Los nervios comenzaron a apoderarse de él al comprender que volvería a estar a solas con May Lehner. Una parte de su mente, le decía que le hiciese el examen en el aula, pero la otra, siempre la más fuerte, deseaba un momento a solas con la muchacha.Sacó el frasco de pastillas del cajón y se tomó una, solo por si acaso, pero lo cierto era que no tenía dolor de cabeza desde hace un par de días. May, cuando no estaba gritando y soltando imprudencias, era casi como un bálsamo reparador para él. La sensación de sus labios seguía presente en su memoria y cada vez que volvía sobre el recuerdo, se sentía aún
...Elena marcó a su asistente y le pidió que buscara algún paquete de viaje conveniente para dos personas, en los próximos diez días.— ¿Tiene pensando tomarse unas vacaciones, señorita Folks? — preguntó Lev, más confiado.— Algo así.Lo cierto era que Elena no veía eso como unas vacaciones, sino como una estrategia. Si alejaba a William de esa muchacha, podía lograr que dejara de pensar en ella. Porque, algo le decía que lo que ocurría entre ellos no era más que pasajero. Un flechazo exiguo. Una locura para sentirse vivo y relajado. A veces los hombres recurrían a esas vías de esca
...Elena marcó a William para contarle por fin que había reservado unos días en las Bahamas. No tuvo suerte durante la mañana y solo pasado el mediodía logró que William atendiera el teléfono. Sin embargo, no estaba muy dispuesto a hablar.— Te tengo una sorpresa — le dijo, emocionada.— No tengo mucho ánimo para sorpresas, Elena — respondió William y de verdad parecía que no había tenido un buen día. Su voz se escuchaba apagada.— Vale, pero esta es una buena sorpresa — intentó.— ¿De qué se trata?
Último capítulo