OCHO

...

William despertó otra vez a causa de su teléfono, pero esta vez no se trataba de un mensaje ni de una llamada. Era la alarma avisándole que debía levantarse porque esa mañana, como todo domingo, jugaría al golf con su padre y Franz, su hermano mayor. 

Siguiendo la misma rutina de todos los días, se acomodó las zapatillas de levantar, fue al baño y se dio una ducha de quince minutos por reloj. Solo cuando estuvo perfecta y milimetricamente afeitado y su cabello castaño claro se encontraba impolutamente peinado sobre su cabeza, salió del baño para dirigirse al armario, donde le esperaba un orden que rayaba casi en lo obsesivo. Las camisas estaban todas colgadas a un lado, las corbatas guardadas en una sola línea que iba de más elegante a más casual, los pantalones alineados por tela, los sweater y jersey guardados en cajones en función

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP