EL CHANTAGE DEL CEO
EL CHANTAGE DEL CEO
Por: Andrea
UN MAL INICIO

ANGIE

Espero que todos se marchen y me aseguro de quedarme solo yo en el banco, sé que no es debido, mejor dicho esto es todo lo incorrecto que puede ser estoy prácticamente robando a el Señor Libardo pero es lo único que puedo hacer, la vida me cerro en este camino, Laura la contadora de la empresa me dejo claro que ya pase el límite de tres prestamos por mes y por sumas muy considerables, es cierto que la empresa hace una excepción conmigo porque soy buena en mi trabajo y confían ciegamente en mi pero que tampoco puedo abusar ¿Y en una situación como estas que más es lo que puedo hacer?

Apenas hace un mes me entere de la situación por la que pasa mi hermano Fernando, tan solo tiene diez y seis años, es decir apenas empieza a vivir y no es justo que le esté pasando esto, su corazón en cualquier momento se puede parar y si no hago todo lo posible jamás me lo voy a perdonar, aunque eso implique robar o tomar prestado hasta la próxima semana que es cuando mi padre me aseguro de que la empresa donde trabaja iba a desembolsar el dinero del préstamo que solicito unos días atrás.

En este país como en todos pedir un trasplante de cualquier órgano es muy complicado y más si no tienes el dinero suficiente para ponerte en la lista de espera, de lo contrario ni siquiera puedes figurar porque en el mundo quien tiene el dinero es quien tiene las posibilidades.

Cuando salgo de mi oficina está todo oscuro, la luz de mi cubículo es la única que permanece encendida, me quede aquí con la excusa de adelantar el trabajo atrasado que tengo debido a mis constantes ausencias. Mi madre falto hace tres años, su corazón tan poco lo soporto y ahora sigue mi hermano; para ella no hubo un trasplante porque no tuvimos la posibilidad que tenemos ahora, pero mi padre y yo estamos dispuesto a no permitir que esto también nos arrebate a Fernando.

Camino por los pasillos observándolo todo y buscando a alguien que me pueda descubrir, pero no hay nadie y siento que este es mi momento, voy directo hasta las bóvedas por donde sé que las cámaras de seguridad no alcanzan a enfocarme y mi corazón late tan fuerte que casi puedo sentir que quiere salirse de mi pecho, mientras camino me siento un poco mareada y me detengo algunos minutos a recuperar el aire y a pensar ¿Qué rayos estoy haciendo?

Observo las llaves en mis manos de la caja de seguridad de la señora Sáenz y pienso en la sonrisa de mi pequeño hermano, eso me da el valor que necesito y es todo, retomo mis fuerzas, sigo avanzando hasta llegar a las bóvedas, una vez adentro busco rápido la cajuela 2621 y doy vuelta a la llave, introduzco el código que me pide a continuación y la cajuela se abre.

contando con mi esposo y mi padre estoy segura que puedo cubrirlos, además tengo la seguridad que la señora Sáez por este tiempo sale del país y se queda durante al menos cinco meses con sus hijos, es en ese momento que viene y retira algo de dinero o consigna más, si alguno de los prestamos no salieran o algo fallara tengo al menos cinco meses para reponerlo, tengo todo bajo control, llevo días pensando en esto, mis ojos se quedan en las demás cosas que logro ver allí y por eso me tardo más de lo que había previsto, pero en esta cajuela hay tantas cosas que acabarían con mis problemas de inmediato, títulos de valores y varias joyas que se nota son costosas, incluso me atrevo y me pruebo un anillo hermoso es algo como un diamante rosa pero lo devuelvo inmediatamente y cierro la caja.

El dinero lo pongo en una carpeta que traje hasta aquí, no voy a ser tan tonta de llevarlo en la mano o traer una cartera para eso, sería mucho más difícil el explicar porque estoy aquí con una cartera que con una simple carpeta, con una sonrisa en el rostro y sintiéndome muy afortunada salgo de allí a toda prisa, pero cuando estoy por llegar a la puerta lo veo, está allí parado con su vista puesta en mí.

A mi oficina Señorita es lo único que le escucho a decir en medio de mi aturdimiento, me pasan mil cosas por la cabeza y algunas de ellas, son mi despido, una denuncia y unos meses en prisión o no sé qué más cosas pueda llegar a hacer. Soy una imbécil y tenía que ser el, no podía ser alguien más.

RUBEN

¿Qué es mi vida? Es lo que llevo años preguntándome, mi nombre es Charles Tenéis y mi padre es el dueño de una cadena de bancos que se extiende a lo largo de Norte américa y parte de Europa, los bancos Tenesi y mi vida ha sido la típica vida aburrida del chico que tiene todo lo material que se podría soñar, mis padres me aman y a diferencia de los demás ellos si me dedicaron tiempo y me enseñaron valores, el día que cumplí mi mayoría de edad y mi padre considero que me hice hombre me dio una larga lista de cosas para hacer, entre ellas estuvo la carrera que quería estudiar, tenía mil opciones, me podía desempeñar en cualquier puesto en alguna de las sucursales, podría ser el Ceo o también podría irme al ejército o de policía pero tenía que hacer algo con mi vida.

Trabaje unos pocos meses junto a mi hermano mayor Alex en las oficinas de contabilidad de la sucursal principal y el tema me gusto de inmediato fue entonces cuando me decidí por una carrera de economía y finanzas y de esa forma podría darle un buen manejo a los bancos cuando fuera mi turno.

Mis padres recibieron a bien la noticia de mi elección y me fui a estudiar al extranjero, no me gustaron mucho las fraternidades ni las fiestas, creo que soy el típico chico joven al cual sus amigos señalan por tener alma de abuelo.

No me quede solo cinco años por fuera, también hice un master en finanzas y me especialice en la bolsa de valores, aunque soy el chico nerd con la ventaja de ser guapo pero no muy alegre tengo una debilidad y esas son las mujeres, me gustan de todas las formas y por mi cama han pasado más de las que puedo contar, incluso más de las que puedo recordar, en mis veintiocho años jamás me han roto el corazón, es todo lo contrario soy yo quien suelo romperlos ya que después de hacerlas mías me aburren muy rápido.

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