LADRONA

Justo por esa debilidad no volví pronto a casa, mis padres van a querer que presente una novia que aún no tengo y no quiero exponer mi vida privada precisamente por eso, pero no tuve alternativa cuando mi madre me llamo para darme la noticia del mal estado de salud de mi padre y se debe precisamente a que jamás en su vida a descansado por eso su quebranto de salud.

Volví el lunes y el mismo día me integre al banco, quiero llevar lo que más pueda del trabajo de mi padre, pero no voy a hacerlo aquí, tengo unas oficinas aparte a algunos minutos del banco. Recuerdo que durante una temporada que me quede aquí compre un edificio muy cómodo que me ofreció un Steve uno de mis mejores amigos, según entiendo uno de sus tíos falleció y sus hijos estaban vendiendo todo porque no les interesaban los negocios de su padre.

Yo me instale allí y empecé con una pequeña inversión que fue creciendo y se multiplico mucho en menos de lo que pensaba, me gusta ser independiente de los negocios de mis padres y si estoy dispuesto a llevar esta carga es porque me preocupa la salud de mi padre, quiero que mejore pronto, mi contribución será quitándole algunas responsabilidades de arriba y aligerar su carga porque llevar una compañía tan grande no es tan fácil.

Me interne en la sucursal del banco y creo que a la fecha conozco a casi todos los empleados, mi padre es una persona muy confiada, le gusta generar bases con sus empleados son como su segunda familia según él y por eso no hace muchos cambios a menudo, la única que escuche que se jubilo fue Doris la encargada de los clientes VIP y que ahora la encargada es una chica joven en la cual mi hermano al parecer tiene algún tipo de interés.

Después de bajarme del ascensor voy rápido hasta la oficina de mi padre, pero él no llega aun, es entonces cuando decido dar una vuelta por el banco para saludar a las personas pero al girar hasta el departamento de contabilidad me tropiezo con alguien y siento caer un líquido caliente sobre mi chaqueta gris.

─ ¿No te das cuenta por dónde vas? ─ Mi voz es alta y me retiro pronto la chaqueta bastante molesto para alzar mi vista y encontrarme con los ojos más hermosos que jamás vi en la vida.

─ ¡Discúlpeme por favor señor Tenesi le juro que no lo vi! ─ Ella trata de limpiarme, pero yo me retiro un poco más para poder observarla.

─ ¿Eres el remplazo de Doris? ─ Pregunto dándole un vistazo más a la hermosa pero torpe mujer que tengo enfrente.

─Si, yo soy la nueva mucho gusto mi nombre en Angie Laverde ─ Ella estira su mano y al darme cuenta de que es la mujer de la que me ha hablado mi hermano algo dentro de mí se enciende.

─Llévala a la lavandería personalmente y después de eso espero no deambule más por la empresa sin un motivo y permanezca en su puesto que para eso se le paga ─ Jamás fui tan grosero antes con una empleada o con una mujer, pero ella me gusta y debo mantener mi distancia.

Asiente con la cabeza y recibe la chaqueta para salir de allí a toda prisa, yo la observo contonear sus caderas y mover su c*** redondo en esa falda de tubo que le queda maravillosa. Salgo de mis pensamientos y me dirijo a la oficina de mi padre, paso la mayor parte del tiempo con Alex y el tratando de hacer un empalme, empapándome de todo para poder llevar el trabajo que me corresponde a mis oficinas, pero me doy cuenta de que es una tarea muy complicada y que voy a tener que trabajar aquí también parte del tiempo.

Sé que va a ser una jornada agotadora pero puedo con ello, siempre he podido con todo lo que propongo en la vida, mi padre llama a John el encargado de sistemas para que pase a mi laptop algunos de los programas que voy a llevarme y poder trabajar en línea con el banco, mientras Alexis llama a recursos humanos para que me asignen una oficina, lo más gracioso de todo es que la oficina en la cual me ponen es justo enfrente a la suya y las puertas son de cristal.

─ ¡Como te envidio hermano! ─ Comenta Alexis observándola hablar con una de nuestras clientes.

─ ¿A qué te refieres? ─ Pregunto volviendo mis ojos hasta el ordenador

─Vas a poder verla todo el tiempo que estés aquí, no me digas que no es una belleza ─ Comenta suspirando y jamás lo vi hacer eso.

─ ¿Cuál es el problema? ─ ¿ya la invitaste a salir? ─ Hago una pregunta de la cual no quiero saber la respuesta.

─Ella es una mujer muy reservada no habla de mucho y tampoco se impresiona fácilmente con dinero, créeme ya lo intente todo ─ No creo que sea tan maravillosa como lo dice, pero suelto el aire que tenía retenido tal vez él no le gusta.

─Bueno entonces no lo has intentado todo ─ Maravilloso ahora voy a darle consejos a mi hermano para que conquiste a una mujer que también me gusta.

─ ¡No lo sé! ─ ¿Piensas quedarte o sales con nosotros? ─ Quita mucha importancia a todo y me levanto a tomar mi chaqueta cuando lo recuerdo.

─Necesito una secretaria por el tiempo que este aquí ─ Comento y el me observa.

─Solo vas a estar un par de horas al día, pídele lo que quieras a Angie ella te va a ayudar─ ¿Que está diciendo?

─ ¿No tenemos como pagar una secretaria para mi ahora? ─ Pregunto con molestia

─No es eso, sabes que papá es muy desconfiado y contratar a una mujer solo para unas horas al día tardaría por lo menos dos semanas ─ Al salir lo veo ir directo a ella yo solo lo sigo.

─ ¿Angie ya vas de salida? ─ Pregunta Alexis y ella lo observa, pero en su mirada no hay nada está vacía.

─ No, tengo mucho trabajo atrasado por las faltas de este mes y tengo que quedarme algún tiempo demás para ponerme al día ─ La escucho responder y no sé porque me interesa saber cuál es el motivo de sus faltas.

─ Bien pero no te quedes hasta muy tarde, puedes ponerte al día a tu propio ritmo; cambiando de tema creo que ya conoces a mi hermano Rubén, él va a estar por aquí algunas horas al día y te quiero pedir el favor que lo ayudes y asistas en lo que necesita, sé que serían dos trabajos en uno y que es mucho pero también sé que necesitas el dinero y tu paga subiría considerablemente ─ Ella sonríe y asiente con la cabeza.

─ Muy bien a partir de mañana puede dejarme su agenda y voy a pedir una extensión privada para su oficina, estoy a su disposición para lo que me necesite. ─ Es algo torpe, pero al parecer eficiente y además según lo que escuche de mi hermano necesita bastante dinero

─Bueno lo primero es que recojas la chaqueta de la lavandería y este mañana aquí en mi oficina es de mis favoritas y espero no se haya manchado ─ Digo y Alex me observa con atención.

Salimos de allí, lo escucho preguntarme que fue lo que paso, pero yo evito dar muchas explicaciones y le doy una versión superficial porque no fue nada importante. Cenamos en la casa de mi madre y después de eso voy directo a mi apartamento, pero noto que no tengo la tarjeta de ingreso y suspiro, estoy seguro de que la deje en la chaqueta que ella mando a la lavandería, así que tomo mi auto y me voy directo a el banco.

Pido no ser anunciado por la vigilancia y sigo derecho al confirmarme que ella esta aun arriba, pero al llegar allí me doy cuenta de que no está en su oficina, la busco hasta que en uno de los pasillos la veo pasar con una carpeta de mano hasta las bóvedas. La curiosidad me invade y decido seguirla en silencio, para darme cuenta de que toma una de las cajas y la abre, saca una cantidad de dinero y luego se prueba un anillo.

Al parecer mi hermano se equivocó con su percepción de esta mujer, toma la carpeta y pone el dinero allí, cierra la caja y la pone en su lugar, cuando se gira para salir con una sonrisa en sus labios lo primero que ve es a mí de pie frente a ella con los brazos cruzados.

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