Después de marcharse Duncan de la casa de Denise, recogí algo de ropa para marcharme de la casa de Denise como le acababa de decir a él, aunque tenía la esperanza que Duncan recapacitara y volviera otra vez a mi. Ya que deseo escuchar su promesa de estar los dos siempre juntos, necesito saber y escucharle que soy lo más importante de su vida, pero se que solo son ilusiones por mi parte. Ya en la calle, vi cómo se iba acercando un taxi a donde yo estaba, así que levanté la mano para parar el vehículo. Cuando entré en el vehículo le di al conductor la dirección de mi amiga Carla, ya que no tenía otro lugar donde ir y estar segura de que Duncan no me buscaría. Cuando llegamos y le pagué al hombre, subí las escaleras hasta llegar a la planta donde Carla tenía su piso, cuando toque al timbre y me abrió, me miró por un momento algo sorprendida por verme en su casa y con una bolsa donde tenía mi equipaje— ¿Puedo pasar? — le pregunté mientras las lágrimas caían por mis mejillas— Claro que s
La noche siguiente de la visita de Duncan a la casa de mi amiga Carla, nos fuimos ella y yo a su club, nos sentamos las dos en unos sillones que habían libres para tomarnos una copa antes de que mi amiga se fuera a atender a sus clientes— Otra copa para estas dos preciosidades – nos dijo el camarero cuando nos trajo nuestra bebida— ¿Nos llamas preciosssidades? –nos reíamos Carla y yo, por el piropo que el camarero nos hizo, ya que estabamos bastante bebidasLevantamos nuestras copas mientras le sonreímos al camarero, sentándose después el muchacho a nuestro lado.—- De verdad que eres guapisimo — le dije, sabiendo que quien hablaba era el alcohol que ya tenía en mi cuerpo— Guapisssimo shhhhhh Alex, que te va a oír —- me susurro Carla al oído sin dejar de reir—- ¿Carla sabes una cosa? estoy tan mareada que parece que este en un barco en vez en tu club – le dije riendo las dos seguidamente— Creo que vas a necesitar ir al cuarto de baño nena, ademas no mires a donde esta la barra, c
Cruzamos los dos juntos la puerta de una de las salas quedando por un momento inmovil para admirar toda la habitacion donde habia un sillon en el centro y donde apenas podia ver nada, ya que estaba muy poco iluminada con focos tenues de color rojo. En un lateral estaba una cama muy bien hecha y tapada con sábanas suave de seda, pero me acerque al lugar donde había una mesita que me llamo mucho la atencion, ya que habia condones, velas de todos los colores y varias clases de aceites, todo para dar placer. Cuando Duncan se acercó a donde yo estaba y mi cuerpo empezó a temblar mientras mi corazón palpitaba a demasiada velocidad. Me gire rodeando su cuello con mis brazos para besarlo, cuando de pronto la puerta se abrió sorprendiendome por un momento, al ver entrar a dos hombres vestidos solamente con un antifaz, cerrando la puerta de la habitación una vez que estaban dentro, teniendo que aferrarme al cuerpo de Duncan algo asustada, ya que no me esperaba la intrusión de esos dos hombres—
Los largos y grandes dedos de aquel hombre me estaban acariciando y pellizcando los labios de mi sexo, haciendo que la humedad ardiente que ya tengo entre mis piernas se extiendan, mientras que el segundo hombre esta lamiendo mis pechos mordisqueando con suavidad cada uno de mis pezones, haciendo que ya este a punto de gritar por mi extasis. Duncan sabe que estoy ya en tensión, pero el continua con sus caricias y besos por mis mejillas, mientras mi cuerpo se empieza a retorcer por una fuerte explosion de sensaciones, haciendome gritar por un interminable y placentero orgasmo callando mis gritos Duncan con sus besos que me acalla y me absorbe toda la pasión que tengo contenida. Tengo la respiración tan agitada que tengo que abrir los ojos para agradecer todo lo que me están haciendo sentir, cuando de pronto los dos hombres cambian de lugar, poniéndose uno de ellos entre mis piernas, mientras el otro se posiciona en mis pecho acariciandolos y mordisqueando tanto mis pechos como mis pez
Estaba en mi despacho mirando por las ventana las nubes negras que se iban acercando a la ciudad, cuando de pronto escuche abrirse la puerta escuchando la voz de Carlos— Buenos dias Alexa – me dijo — Buenos días a ti también Carlos ¿te puedo ayudar en algo? — le pregunté con la voz tranquila— Alex – volvió a repetir mi nombre— Si asi me llamo yo – Carlos se sentó por un momento en la silla que había enfrente de mi escritorio para recobrar la respiración y la compostura, ya que me supuse que había subido corriendo por las escaleras ya que se le notaba algo agitado— Te quiero hablar sobre Denise, nos equivocamos en todo, —- me dijo— ¿Se puede saber que me ocultastes para que vengan ahora diciendo que os equivocasteis — respondí algo sorprendida por su comentario— No te lo quisimos decir nada hasta no estar seguros de que no era ella, encontramos un cuerpo de mujer flotando en el río y pensábamos que era tu amiga, pero ahora te puedo decir que no era ella y que Denise sigue viva
Nos marchamos los tres de mi despacho y salimos a la calle acercándonos seguidamente a la cafetería que había enfrente de mi empresa. Duncan amablemente nos abrió la puerta de aquel local, entrando los tres dirigiéndonos seguidamente a la barra para pedir nuestras bebidas. Pedimos tres cervezas mientras Duncan y aquella mujer estaban hablando de lo que iba a pasar, Duncan me ofreció uno de los vasos de cerveza mientras hablaban ellos dos. — Alex cariño, perdona pero no te he presentado a mi ayudante número uno, ella es Laura y es una de mis mejores oficiales — me dijo Duncan— Encantada Alex, Duncan y yo estamos varios años trabajando juntos y con él no se mete nadie si no quiero yo que lo hagan – me dijo Laura— Todas las que trabajan con él ¿son como tu? — pregunte— Nooo, que va, hay algunas que son peores -me sonríe con algo de maldad– quien se meta con mi jefe, también se mete conmigo y eso no pienso permitirlo — me comentóMe quedé por un momento observando a esa mujer con dete
—- Por favor Duncan llévame ahora a nuestra casa — le dije mareadaDuncan se movió por el local sin soltarme, hasta que salimos a la calle, despejandome un poco al darme el aire fresco de la noche en mi rostro— ¿Estás enfadado? — pregunte— Lo estoy —- me contestó muy serio—- ¿Por qué? — volví a preguntarle— Anda sube al coche, nos vamos a casa — me dijo afirmando con mi cabeza como si le entendiera, aunque en ese momento lo tengo ni idea de lo que hago o digo— Duncan, el suelo se está moviendo, tengo miedo — le dije— No se mueve tranquila, estoy yo contigo y no dejare que nada te suceda — me respondió— Por favor no te enfades conmigo ¿vale? — le dije al mismo tiempo que extendí mi mano para acariciar sus suaves mejillas— ¿Y porque estabas de fiesta?, ¿quieres celebrar que me vas a abandonar? – me pregunto— Nunca te abandonaré, serás tú quien me abandone ya que no quieres arriesgarse por nosotros y, además ahora no me apetece hablar de eso — le dije acariciándolo– vamos a fes
Con sus manos rodeando mi cintura, Duncan de pronto me giro sintiendo como el calor de su cuerpo me esta envolviendo, mientras sus labios están acariciando mi cuello haciendo que me quiebre hacia detrás para poder disfrutar de cada una de sus caricias ya que no me importa nada cuántos hombres ha habido en mi vida o pueda haber conocido, porque ninguno me hará sentir nunca lo que las manos de Duncan y los besos me hacen sentir, ya que me hacen vibrar. Su calidez me recorre por toda mi barbilla, bajando por mi cuello desarmándome a su voluntad con sus caricias.— Espera, ahora no por favor — le dije imaginándome lo que quería de mi—- No puedo y ademas, no quiero esperar, lo quiero ahora todo — me contestóCon sus fuertes manos, me aferró la cintura pegandome a la gran erección que ya tenía y que dentro de sus pantalones ya suplicaba por querer salir— Necesito una ducha, ¿me das un minuto? — le pregunté sonriendo—- Estas preciosa como estas, no necesitas una ducha — contestoSus labio