—- Por favor Duncan llévame ahora a nuestra casa — le dije mareadaDuncan se movió por el local sin soltarme, hasta que salimos a la calle, despejandome un poco al darme el aire fresco de la noche en mi rostro— ¿Estás enfadado? — pregunte— Lo estoy —- me contestó muy serio—- ¿Por qué? — volví a preguntarle— Anda sube al coche, nos vamos a casa — me dijo afirmando con mi cabeza como si le entendiera, aunque en ese momento lo tengo ni idea de lo que hago o digo— Duncan, el suelo se está moviendo, tengo miedo — le dije— No se mueve tranquila, estoy yo contigo y no dejare que nada te suceda — me respondió— Por favor no te enfades conmigo ¿vale? — le dije al mismo tiempo que extendí mi mano para acariciar sus suaves mejillas— ¿Y porque estabas de fiesta?, ¿quieres celebrar que me vas a abandonar? – me pregunto— Nunca te abandonaré, serás tú quien me abandone ya que no quieres arriesgarse por nosotros y, además ahora no me apetece hablar de eso — le dije acariciándolo– vamos a fes
Con sus manos rodeando mi cintura, Duncan de pronto me giro sintiendo como el calor de su cuerpo me esta envolviendo, mientras sus labios están acariciando mi cuello haciendo que me quiebre hacia detrás para poder disfrutar de cada una de sus caricias ya que no me importa nada cuántos hombres ha habido en mi vida o pueda haber conocido, porque ninguno me hará sentir nunca lo que las manos de Duncan y los besos me hacen sentir, ya que me hacen vibrar. Su calidez me recorre por toda mi barbilla, bajando por mi cuello desarmándome a su voluntad con sus caricias.— Espera, ahora no por favor — le dije imaginándome lo que quería de mi—- No puedo y ademas, no quiero esperar, lo quiero ahora todo — me contestóCon sus fuertes manos, me aferró la cintura pegandome a la gran erección que ya tenía y que dentro de sus pantalones ya suplicaba por querer salir— Necesito una ducha, ¿me das un minuto? — le pregunté sonriendo—- Estas preciosa como estas, no necesitas una ducha — contestoSus labio
Sonrió cuando lo escucho jadear, sus manos enjabonar mi cuerpo teniendo que apoyarme con mis manos en la pared para no caerme— ¿Siempre me cuidaras de esta manera? — ahora soy yo la que le pregunta con picardía— Alex por favor, no me saques de mis casillas y portate bien, solo deseas que sea capaz de desearte cada vez más ¿verdad? — me preguntoSiento el cuerpo de Duncan pegado al mío haciendo que gima mientras él me está mordisqueando mis hombros y el lóbulo de mi oído. Al sentir su mano entre mis piernas, las abri todo lo que podia para que tuviera un mejor acceso a mi sexo, mientras que su mano izquierda esta acariciando mis pechos con suavidad, haciendo que me retuerza hacia detras para sentir su duro miembro en mis nalgas ya que lo deseo y deseo sentir su piel con mi piel.Las manos de Duncan me sueltan mi cuerpo sin previo aviso sujetándome después con fuerza para empujarme contra la pared de la ducha, De nuevo su mano sujeta con fuerza mis muñecas levantandome los brazos por
Duncan me dio un fuerte empujón dándome a saber que estaba disfrutando de su propia liberación, haciendo que yo gritara con más fuerza al conseguir también mi propia liberación, un orgasmo que jamás en mi vida me hará olvidarme de él. Sus brazos me sujetan por mis pechos con fuerza para evitar que me caiga al suelo mientras su cuerpo se sigue sacudiendo respirando los dos entrecortados. Cuando Duncan se liberó de su orgasmo, gire mi cuerpo lentamente, besando su torso mientras el me esta abrazando hasta que noto como me está asfixiando su fuerza— Alex mi amor, ¿qué me estás haciendo? — me pregunto con la voz entrecortada— ¿Esto es lo que sueles hacer para cuando tienes resaca? — pregunté con picardía— No te acostumbres mucho, no siempre voy a ser tan comprensivo contigo, recuerda que estamos buscando un bebe y ademas aun recuerdo a ese gilipollas que te miraba deseando llevarte a la cama — me respondió muy serio— Tal vez y solo tal vez tambien me miras tú de vez en cuando de la mi
—- Lo que tengo claro es que no te contrate para que hicieras la imbécil como si fueras una puta, metiendo las narices donde no te han llamado, ¿lo entiendes Alex? – me dijo mi jefe muy cabreado— Mira jefe, lo que está claro es una cosa, que deberíamos dejar esta conversación para otro momento ya que los dos estamos demasiado alterados y nos estamos diciendo e insultando con palabras que ni pensamos — respondí— Yo solo Alexa, deseo que no os suceda nada ni a ti ni a Denise — me comentóNos quedamos mirándonos los dos a los ojos, haciéndome pensar que, primero se enfada mi jefe conmigo y ahora dice que quiere protegernos, ya me estoy hartando de todo esto.— Vale te entiendo jefe, pero deja que actúe como yo creo que debo hacerlo, por favor — respondí— Solamente si me prometes que a partir de ahora, me tendras informado y que ya no habrá ni más secretos ni más mentiras entre tu y yo— Lo siento, aunque poco puedo prometerte, intentaré que no haya más secretos ni más mentiras entre l
En un momento de rabia y de furia eche a Duncan de mi despacho, fijandome como se marchaba con la cabeza cabizbaja y sin decirme nada más, sentandome después en mi sillón, para llorar como una niña pequeña que le han quitado lo que más desea. No se el tiempo que pase así hasta que escuche como tocaban a la puerta con insistencia, pero no conteste ya que no quería ver a nadie, estaba harta ya de amar a un hombre que no me quería, un hombre que aunque teníamos un contrato firmado no me merecía, ni lo merecía yo en mi vida y en la vida de mi hijo.—- !! FUERA ¡¡ — grité ante la insistente llamada de la puerta de mi despacho— Alexa, soy yo la compañera de Duncan, por favor solo quiero hablar contigo un momento — escuche la voz de la teniente al otro lado de la puerta— Esta bien pasa, pero te advierto que no estoy para hablar con nadie — le dije cuando entró en mi despacho— Alex quiero hablarte de Duncan, se la discusion que habeis tenido hace un momento Duncan está destrozado, pero qu
Desesperada y sin saber exactamente que hacer ahora o hacia donde dirigir mi vida, cuando llegue a mi casa todavía confundida por la declaración de esa mujer, me deje caer derrotada en el sofa con mis manos acunando al bebe que estaba creciendo en mi vientre y que era como un pequeño sello de un amor imposible. Cogí mi móvil de mi bolso con la esperanza de que Duncan me llamara o me escribiera, pero no lo hizo, así que sabía que mi vida debía cambiar por el bien de mi pequeño. Acababa de tocar fondo, aunque de todas formas le llame y le escribí varios mensajes a Duncan porque ya que no me importaba suplicarle o pedirle perdón por el error tan grande que yo había cometido esa mañana al querer echarlo para siempre de mi vida. Las lágrimas me brotan de mis ojos sin querer evitarlo ya que estoy completamente perdida en mi soledad y desesperación.Me pase dias y dias sin querer saber nada de nadie, solamente esperando a que Duncan, el hombre que amo me responda a mis mensajes o me llame, p
Estuve unos meses fuera aunque no conseguí mucho ya que Liam desapareció, Denis no apareció.y Carlos no sabía dónde podían tener a mi amiga secuestrada.Así que después de unos meses en Roma decidí volver a mi ciudad para cuando llegara la hora poder tener a mi hijo junto a la única amiga que me quedaba. Carla me ofreció una casita que tenía en el campo en las afueras de la ciudad.Donde podría estar tranquilamente sin que nadie me conociera, aunque de vez en cuando. Carlos para que no me sintiera sola y así pasar tiempo conmigo Pues ya no me quedaban muchos meses para dar a luz.La casita era de piedra.Era encantadora y muy cómoda para mí sola, donde podía dar largos paseos por el bosque que había. aunque el pueblo no quedaba muy lejos de ella.Un domingo vino mi amiga Carla y la teniente, amiga de Duncan y aun no se como agradecer su compañía. ya que cada vez que venían a la casita de visita, era todo alegría, risas y felicidad.— Nunca voy a terminar de agradecer toda la ayuda que me