Por la noche mi amiga Denise y yo decidimos irnos a recorrer las calles de Roma para poder distraernos y pasarlo bien, entrando en un bar algo extraño aunque la verdad no nos importó mucho el aspecto de ese local, ya que lo unico que queriamos era emborracharnos y divertirnos. Llevábamos ya bastante tiempo en el local, cuando de pronto empecé a sentir que me urgía ir al cuarto de baño, aunque mi amiga se empeñó en acompañarme le pude convencer de que se quedara en el lugar donde estabamos, ya que a ella le acompañaba un hombre con traje caro y bastante agradable. Aunque me notaba que casi no podía respirar, me atreví a buscar por los pasillos el dichoso cuarto de baño. Los pasillos eran para mi demasiado largos y demasiados oscuros para mi gusto, había pequeños laberintos de piedra, muy antiguos, seguí caminando sin saber a donde terminaban esos pasillos, pero lo único que me encontraba era puertas y mas puertas que llevaban a habitaciones iguales de oscuras que el local, encontrandom