La noche había caído sobre la ciudad, envolviendo todo en una oscuridad silenciosa. En la mansión, Liam se encontraba sentado junto a la cama de Brihana, observándola mientras dormía. Su rostro pálido y sus labios secos hablaban del agotamiento físico y emocional que la había consumido. Había pasado toda la tarde cuidándola, asegurándose de que estuviera hidratada y de que la fiebre bajara. Pero lo que más le dolía era el estado en el que la había encontrado: rota, abatida, como si su espíritu se hubiera desvanecido.Liam pasó una mano por su rostro, cansado. Había llamado a Tiffany, su hermana, para que lo ayudara a cuidar de Brihana. Tiffany había llegado rápidamente, preocupada al escuchar lo que había sucedido. Ahora estaba en la habitación, sentada al otro lado de la cama, vigilándola con la misma dedicación."¿Dónde está Brith?" preguntó Tiffany en voz baja, sin apartar la mirada de Brihana."No lo sé. Llamé varias veces, pero no responde." Liam apretó los dientes, sintiendo cóm
Liam, de pie frente a Brith, aún respiraba con fuerza después de haberle dado el puñetazo que había partido su labio. Pero la furia que lo había impulsado a golpearlo comenzaba a ser reemplazada por una mezcla de incredulidad y decepción. Brith, sentado en su sillón, con la cabeza gacha y los codos apoyados en las rodillas, parecía un hombre al borde del colapso. Su rostro estaba pálido, y su labio sangrante era el menor de sus problemas.El silencio entre ellos era denso, cargado de cosas no dichas. Finalmente, Brith levantó la mirada, sus ojos oscuros llenos de una mezcla de culpa y desesperación."Liam…" comenzó, su voz ronca y quebrada, como si las palabras le pesaran demasiado. "Hay algo que necesito decirte."Liam cruzó los brazos, su mandíbula apretada y su mirada fija en su amigo. No confiaba en lo que Brith pudiera decir, pero sabía que tenía que escucharlo."Habla." dijo con frialdad, su voz cortante como un cuchillo.Brith respiró hondo, pasando una mano temblorosa por su c
La noche había sido larga y pesada, como si el aire mismo estuviera cargado de electricidad. Liam había logrado sacar a Brith de la oficina, prácticamente arrastrándolo fuera del edificio. A pesar de la resistencia inicial de Brith, quien insistía en quedarse y ahogar su culpa en el alcohol, Liam no estaba dispuesto a ceder. Sabía que Brith debía enfrentar las consecuencias de sus acciones, y quedarse encerrado en la oficina no iba a resolver nada.El viaje de regreso a casa fue tenso. Brith permaneció en silencio, con los ojos fijos en el paisaje que pasaba por la ventana del coche. Su rostro estaba pálido, y sus manos descansaban en su regazo, pero los dedos se retorcían nerviosamente, traicionando el torbellino de emociones que lo consumía. Liam, por su parte, conducía con el ceño fruncido, su mandíbula apretada mientras luchaba por contener las palabras que quería gritarle a su amigo. Había tanto que decir, tanto que reprochar, pero sabía que no era el momento. Lo único que import
"¿Arreglar esto?" repitió, su tono lleno de sarcasmo. "¿Cómo piensas arreglarlo, Brith? ¿Con más mentiras? ¿Con más excusas? ¿Crees que puedes borrar todo lo que hiciste?" Brith abrió la boca para responder, pero Brihana no le dio la oportunidad. "Todas esas mujeres, Brith. Todas esas fotos de celebridades, todas esas noches de "fiestas". Todo era una fachada, ¿no? Todo era para cubrir a Sofía." Su voz temblaba, pero no de tristeza, sino de rabia contenida. "¿Crees que soy estúpida? ¿Crees que no me di cuenta?" Brith bajó la mirada, incapaz de responder. Su silencio era una confesión en sí misma. "Eres patético." dijo Brihana, su voz llena de desprecio. "Y lo peor de todo es que no tienes el valor de admitirlo." Sin darle tiempo a responder, Brihana se giró y salió del estudio, cerrando la puerta con fuerza detrás de ella. Brith se quedó allí, solo, con las palabras de Brihana resonando en su mente. Sabía que había perdido algo invaluable, y que no había nadie más a quien cul
El rostro de Brihana se congeló, y su cuerpo se tensó como un resorte. Brith, por su parte, parecía haber sido golpeado por un rayo. Ambos se miraron rápidamente, compartiendo un momento de pánico silencioso antes de forzar sonrisas para recibir a la familia. "¡Mamá, papá, Amelia!" dijo Brith, su voz exageradamente alegre mientras se acercaba a abrazarlos. "Qué sorpresa tan… inesperada." La madre de Brith, una mujer elegante con cabello perfectamente peinado, lo miró con una ceja levantada. "¿Inesperada? Brith, te envié un mensaje ayer diciendo que veníamos." dijo, con un tono ligeramente acusador. "Oh… claro, claro." respondió Brith, rascándose la nuca. "Debió habérseme pasado. He estado muy ocupado en la oficina." Amelia, que había estado observando a Brihana con curiosidad, se acercó a ella con una sonrisa. "Brihana! Te ves increíble, como siempre." dijo, abrazándola rápidamente. "¿Cómo has estado?" Brihana forzó una sonrisa, aunque sus ojos traicionaban su incomodidad. "Bie
Esa tarde, Amelia convenció a Brihana y a Tiffany de acompañarla al centro comercial. Insistió en que necesitaban un poco de "terapia de compras" para despejar la mente, y aunque Brihana no estaba de humor, finalmente aceptó. Tiffany, por su parte, estaba más que feliz de unirse, viendo la salida como una oportunidad para distraer a su amiga.El centro comercial estaba lleno de gente, y las tres mujeres caminaban entre las tiendas, cargando varias bolsas mientras conversaban. Amelia, con su personalidad burbujeante, hacía todo lo posible por mantener el ambiente ligero, contando anécdotas divertidas y haciendo comentarios sarcásticos sobre los maniquíes de las vitrinas."¿Quién diseña estas cosas?" dijo, señalando un vestido ridículamente ajustado en una tienda de lujo. "¿Un diseñador que odia a las mujeres? Porque no hay manera de que alguien pueda respirar en eso."Tiffany soltó una carcajada, y hasta Brihana esbozó una pequeña sonrisa, aunque sus ojos seguían mostrando un toque de
El salón de eventos estaba lleno de luces deslumbrantes, música suave y un murmullo constante de conversaciones. Las celebridades se paseaban como si estuvieran en una alfombra roja, con trajes y vestidos que parecían diseñados para robar miradas. Cuando Brihana, Tiffany y Amelia entraron, todas las cabezas se giraron hacia ellas.Brihana llevaba un vestido negro de terciopelo que abrazaba su figura con elegancia, con un escote sutil pero sofisticado. Su cabello estaba recogido en un moño bajo, dejando al descubierto su cuello adornado con un delicado collar de diamantes. Tiffany optó por un vestido rojo brillante, con un corte atrevido que combinaba perfectamente con su personalidad explosiva. Amelia, por su parte, lucía un vestido dorado que resaltaba su juventud y energía."Dios mío, ¿es esa la cantante que ganó el Grammy el año pasado?" susurró Tiffany, señalando disimuladamente a una mujer que estaba cerca del bar."Sí, y parece que está coqueteando con el director de cine que ga
La fiesta estaba en su pleno apogeo. Las luces parpadeaban con elegancia, los invitados se movían por el salón con copas de champán en mano, y la música llenaba el aire con una energía vibrante. Las celebridades y los magnates del entretenimiento reían, posaban para las cámaras y compartían anécdotas que probablemente nadie recordaría al día siguiente. En medio de todo, Brihana se mantenía tranquila, como si la presencia de Brith y Sofía no la afectara en absoluto, aunque Tiffany, siempre atenta, no dejaba de lanzar miradas de advertencia hacia ellos.Mientras tanto, Liam, que había llegado al evento más por compromiso que por interés, estaba en el bar, observando todo con una mezcla de aburrimiento y curiosidad. No era del tipo que disfrutaba este tipo de reuniones, pero algo en la actitud de Sofía aquella noche le había llamado la atención. Había algo extraño en ella, algo que no cuadraba, y Liam no podía quitarse esa sensación de encima.Fue entonces cuando la vio alejarse del bull