—Ataúlf —dijo el godo señalándose a si mismo dándome a entender su nombre. Repetí el gesto…
Ataúlf y yo estábamos parapetados tras unos arbustos desde donde los hunos no podían divisarnos. Entre los ramajes pudimos observar un espectáculo morboso y repulsivo que aún hoy me atormenta por las noches…
Los hunos mataron a todos los hombres, ancianos, niños, perros e incluso a los bebés lactantes, apilándolos como colinas grotescas y pestilentes. Las aterrorizadas mujeres que sollozaban por ver a sus hijos, esposos, hermanos y padres asesinados, fueron brutalmente violadas por las turbas imparables de hunos que no respetaron ni a las ancianas ni a las niñas.
Una de estas infortunadas muchachas fue la que me sonrió cuando me llevó el hidromiel. Ya la habían violado como demostraba su ropa rasgada y su rostro repleto de hematomas y lágrimas, aún así dos hunos, por algún motivo, se la llevaron lejos del resto y la lanzaron sobre el suelo cerca de donde estábamos ocultos, donde comenzaron a abusar de ella. Incapaz de mantenerme inmóvil al observar tal indignidad tomé la espada que aún estaba empañada con sangre huna y maté al tipo que estaba encima de ella. El otro reaccionó de inmediato pero no pudo hacer nada pues Ataúlf emergió de entre el ramaje y lo mató también. Por suerte para nosotros el resto estaba tan ocupado violando, repartiéndose el botín y hartándose de los alimentos que robaron, que no se percataron de lo sucedido.
Por lo que vimos los hunos habían comenzado a matar a las mujeres una vez que se habían cansado de violarlas, quizás mantendrían a las más jóvenes vivas (lo cual era peor aún que la muerte) pero ya no podíamos hacer más así que los tres escapamos a la montaña.
Durante días permanecimos acampando en lo profundo de las nevadas montañas. Ataúlf y Brilde —como se llamaba la joven que rescatamos— notaron que yo parecía estar mucho menos acostumbrado a las largas caminatas montañosas y a soportar el helado clima, así que trataban de asistirme lo mejor posible. Ataúlf, por ejemplo, me cedió su capa como abrigo.
Durante mi larga travesía de muchos días me dediqué a aprender los rudimentos de su lengua para poder comunicarme esencialmente.
—Los hunos han estado atacando pueblos fronterizos desde hace mucho tiempo —me explicó Ataúlf en la noche, al lado de una fogata. —Tanto así que comunidades enteras han preferido dejar abandonadas sus tierras cuando se enteraron que los hunos se aproximaban antes que perecer ante ellos.
—Suena increíble siendo ustedes los godos valientes guerreros…
—¡Por supuesto! Pero los hunos no son humanos, son demonios.
—Pues después de lo que vi, lo creo…
—¿Qué significa ese estandarte que tienes dibujado en tus prendas? —preguntó Brilde señalando hacia mi camiseta de The Cure en donde era aún apreciable el rostro maquillado de Robert Smith en medio de las manchas de lodo y sangre.
—Ah… es… es la representación de… unas personas que tuvieron una cierta influencia en la… tribu… a la que pertenezco.
—Entiendo —dijo ella. Me extrañó que, a pesar del trauma sufrido, Brilde aparentaba estar actuando con relativa normalidad y me pregunté si era porque reprimía el trauma, porque en ese momento estaba poseída por el espíritu de supervivencia ó porque quizás la sociedad en que vivía era tan cruda y brutal que tenía que habituarse a ese tipo de cosas…
Alerta esté quien vaya a convite, afine el oído y calle, con la oreja escuche, con el ojo observe; ¡En guardia el sabio se protege! Dichoso el hombre que sabe ganarse el elogio y la estima de todos; mal consejo a menudo es dado, por aquellos de perverso corazón. Dichoso el hombre que en tanto vive de estima y cordura goza; perverso consejo se obtiene a menudo por aquellos de perverso corazón.HavamalTanto Ataúlf como Brilde estaban muy agradecidos conmigo por salvarles la vida así que me adoptaron como uno más de los suyos. Atravesamos la montaña y llegamos a un asentamiento gótico en Moesia donde este pueblo vivía como una nación federada del Imperio Romano. Una vez allí los tres nos alimentamos, aseamos y cambiamos de ropa. A m
A veces los hombres obtienen la gloria gracias a sus decisiones y a veces la condena, como fue mi caso. Contaba el año 408 y llevaba 13 años de vivir en esta cruel y salvaje época. Me adapté a la vida de un bárbaro, perdiéndome en las contiendas brutales, derramando la sangre de mis enemigos, pillando y saqueando, me unía un profundo lazo más fuerte que la sangre con mis camaradas como Ataúlf, Sigérico y Atarico quienes confiaban sus vidas en mi espada y yo la mía en las de ellos, regresaba a mi hogar a disfrutar de mi esposa y a saludar a los cuatro hijos que ya tenía con ella. El mayor, de trece años, era mi hijo adoptivo como sus rasgos hunos delataban, pero los otros tres eran idénticos a mí y consistían en un niño de once años, una niña de diez y un pequeño de cinco. El inesperado camino que tomó mi vida no resultó ser una con
El asedio de Roma había iniciado poco después de la muerte de Estilicón, en el 408 y se había extendido por dos años. ¡Dos largos y tediosos años! Nuestra única labor consistía en repeler el envío de refuerzos militares romano, escaso como era en aquellas épocas en que se había sumido en un atolladero político miserable, y en mantener las vías de nuestro abastecimiento libres. Fuera de esas esporádicas acciones militares nos consumía la aburrición y el tedio más absolutos que ni las prostitutas, ni los festines, ni el hidromiel que nos proporcionaba Alarico lograba hacer menguar.Las murallas y los enormes portones de la ciudad eran inexpugnables así que finalmente Alarico pactó con el emperador Honorio que desde hacía dos años residía en Rávena.—Como gesto de buena voluntad —nos
No hay carga mejor para hacer el camino que la mucha cordura; es la mejor riqueza, parece, en tierra extraña, de la miseria protege.No hay carga mejor para hacer el camino que la mucha cordura; no hay lastre peor para andar por el llano que el mucho beber cerveza.La tan buena cerveza no es para nadie lo buena que dicen que es, pues más y más a medida que bebe el hombre el juicio pierde.HavamalRegresé a mi casa enclavada en los montes moesios al lado de mi esclava y amante Sibina. Mi hijo mayor (el huno) era un adolescente de 16 años que había iniciado ya su entrenamiento y estaba deseoso de combatir en batalla. Para escándalo de mi esposa mi segundo hijo que contaba 14 años no gustaba de la vida guerrera y quería ser un bardo que pudiera cantar y tocar instrumentos musicales todo el d&
Los proyectos de Walia eran demasiado osados y muchos de ellos fracasaron. Lealmente intenté aconsejarle y, cuando no me hacía caso, igual daba lo mejor de mí para que estos triunfaran. Le advertí que su idea de organizar expediciones de conquista hacia el norte de África fallaría porque los godos éramos feroces guerreros pero pésimos marineros, pero no me hizo caso. Tras varías pifias en altamar regresamos derrotados y decidí retirarme del servicio militar en el 415, a la edad de 40. Aspiraba en pasar mis últimos años en paz con mi familia.Regresé entonces a mi hogar en Moesia, ansioso de volver a ver a la bella Sibina y a mi hijo que debía tener ya siete años. Desde afuera escuché una serie de orgásmicos gemidos y, temiendo lo peor, decidí entrar furtivamente sin ser escuchado para tomar por sorpresa a quienes estuvieran aprovechando la soleda
La garza la llaman, ella en la fiesta el juicio a los hombres roba; en la casa de Gunnlöd preso quedé en las plumas de aquel pajarraco.14. Ebrio quedé y borracho mucho allá donde Fjalar el sabio; bien se bebió si después de la fiesta el juicio a los hombres torna.15. Callado y sensato el hijo de rey y bravo en la guerra sea; contento y gozoso esté todo hombre hasta el día en que muera.HavamalWalia, el rey de los visigodos y gobernante de su extenso reino, falleció en el año 418 y fue sucedido por el hijo ilegítimo de Alarico, Teodorico, quien de inmediato inició las hostilidades con Roma. Para el año 423 moría el cobarde Honorio, emperador romano, y su hermana podía volver del exilio a Roma con intenciones de nombrar a su hijo, Valentiniano, sobrino de Honorio e hijo del esposo (ya fallecido) que nunca am
Hay tremendos giros irónicos en la historia del mundo que no dejan de sorprenderme. Después de la Batalla de Corinto en el año 146 antes de Cristo los romanos derrotaron a los griegos, destruyeron Corinto, conquistaron Grecia y saquearon sus bellas ciudades siendo prácticamente el inicio del Imperio Romano. Algo similar sucedió con Jerusalén en los años 66 y 135 después de Cristo, que incluyó el despedazar el Templo de Jerusalén, el lugar más sagrado para los judíos. Los romanos conquistaron Egipto aproximadamente en el año 30 incendiando la preciosa Biblioteca de Alejandría. Doblegaron a los celtas desde Bretaña al norte hasta Hispania al sur, provocaron la muerte por suicidio de la reina Cleopatra en Egipto y de la reina Boudica en Bretaña quienes únicamente intentaron liberar a sus pueblos del yugo romano, aprisionaron y ejecutaron al caudillo galo Vercingé
Espera el cretino vivir por siempre si evita entrar en pendencias, mas tregua poca le da la vejez, si las lanzas sí se la dieran.17. Boquiabierto el imbécil está en el banquete, refunfuña o no dice palabra; al momento luego, si se echa un trago, el juicio ese hombre pierde.18. Aquel solamente que lejos viajó y por muchos lugares anduvo calarles sabe el talante a los hombres: aguda la mente él tiene.HavamalTras la muerte de Rugila lo sucedieron como corregentes Atila y Bleda, sus sobrinos. La alianza no duraría mucho.En una ocasión Atila se aproximó a la tienda de su hermano y se adentró por entre las cortinas. Bleda se encontraba en ese momento disfrutando del cuerpo de una joven romana cautiva que lloriqueaba lastimeramente.—¿No te gustaría ir de caza, hermano? —sugirió Atila.