— Deberías descansar, ya es muy tarde — dije mientras me acercaba a Dante y acariciaba su cabello. Se encontraba en su escritorio con el rostro fijo en su laptop.

— Iré en un segundo — aseguró. Mecánicamente.

Llevaba varias semanas igual; casi no dormía, se la pasaba metido en el estudio trabajando, de vez en cuando salía a reuniones con posibles socios.

Varias veces regresó furioso porque las cosas no estaban resultando bien. Según me contó Axel, Lucius, el padre de Ciaria seguía interviniendo, bloqueando el camino para que Dante pudiera llevar a cabo sus objetivos.

Sentía mucha rabia, no lograba comprender como una persona podía ser tan malvada. Su hija ya estaba haciendo su vida muy feliz con alguien más y él seguía obsesionado con Dante.

— Esto ya no tiene nada que ver con lo que pasó con Ciara — comentó aquella vez Axel — Dante, lo humilló, es su ego el que lo lleva a no dejarlo en paz, supongo que quiere recuperar un poco de su dignidad.

— Quiere destruirlo, Axel, ya no tiene na