“Ejem. Mamá, sobre eso… El que está en desventaja es Ryan”, susurró Freya. “Si alguien tiene que estar preocupada, es su mamá”.

“...”.

Cuando escuchó sus palabras tan desvergonzadas, ¿qué podría decir la Señora Lynch?

Pero... pensándolo bien, las palabras de Freya tenían sentido.

“¿Ustedes dos realmente vivirán juntos?”, preguntó la Señora Lynch después de calmarse.

“No. Ryan acaba de mudarse de la residencia oficial. No hemos pasado tiempo solo nosotros dos por tanto tiempo…”, dijo Freya tímidamente. “Todavía viviré en casa. A veces, mantener la distancia es algo bueno”.

“Me parece bien. No estaré de acuerdo con que ustedes dos vivan juntos antes de casarse”, dijo la Señora Lynch con enojo. “Pero será mejor que tengas cuidado. No quedes embarazada antes del matrimonio”.

“Lo sé”.

Después de colgar, la cara de Freya estaba ardiendo.

Se sintió tan avergonzada.

“Bebe, ven a desayunar”.

Ryan empujó la puerta de repente para abrirla. Él tenia ropa informal de color blanco. Había