“Ay, mi hija. Te dije que no trabajaras en la Corporación Lynch, pero aún así insististe en ir. Nosotros también tenemos una empresa”. La Señora Childs estaba desconsolada. “Forrest, no me importa nada más, pero tienes que asumir la responsabilidad por esto. Mi hija se lastimó en el trabajo y fue porque quiso salvarte”.

Stacey rápidamente tiró de la mano de su madre. “Mamá, lo hice voluntariamente…”.

“Deja de hablar”. La Señora Childs miró furiosamente a su hija. “¿Quién te dijo que fueras una heroína? Si el vidrio te hubiera caído en la cara, tu vida hubiera estado arruinada. Aún así, las heridas en tu pierna no son algo menor. Las fracturas tardan varios meses en sanar. Con cicatrices en las piernas, no podrás usar vestidos durante el verano, y estoy segura de que tu futuro esposo no podrá soportar verlas en el futuro”.

Stacey encogió el cuello con tristeza.

Luego, Forrest dijo de manera tranquila: “Nuestra e