Después de que Ryan terminó de hablar, se enderezó y se encogió de hombros. “Ya es tarde, así que me iré. No te quedes despierta hasta muy tarde. Como mujer, necesitas mantenerte en buena forma”.

Jessica no respondió a su comentario.

En cambio, se volvió inquietantemente silenciosa.

…

Al día siguiente.

Cuando Forrest bajó las escaleras, tenía puesto un traje costoso. Su expresión era indiferente como de costumbre.

Pero, su comportamiento no disminuyó el entusiasmo de la Señora Lynch.

En el momento en que Forrest se sentó en la mesa para desayunar, la Señora Lynch se acercó con un teléfono en la mano. “Desde que llegamos a Canberra, he asistido a algunas reuniones sociales con tu papá. Mira, estas son las señoritas que conocimos en esos eventos. Estas dos se ven bien…”.

“Mamá…”.

Forrest frunció el ceño con fuerza.

Anoche lo fastidiaron tanto que casi no comió nada. Pero, la misma escena se repitió durante el desayuno. Ya tenía suficiente de eso.

“No quieres escucharme, ¿eh?”.