Cuando Freya subió al coche, todavía se sentía culpable.

La sensación de hacer cosas a escondidas en la Cabaña de Seguridad seguramente la atormentaría hasta la locura tarde o temprano.

Poco después, Ryan le envió un mensaje de WhatsApp: [Te extraño...].

Ese mensaje casi hizo que Freya tirara su teléfono. La estaba volviendo loca.

Cuando ella llegó a la empresa, un asistente le llevó un ramo. “Gerente Lynch, alguien le envió un ramo”.

Freya dejó el tubo de ensayo que estaba en su mano, se quitó los guantes y tomó las flores envueltas en papel de regalo rosa. No era un ramo sencillo. De hecho, era una combinación de hortensias, campanillas, tulipanes y muchas otras especies de flores preciosas. Era hermoso y fragante.

Había una pequeña tarjeta en el ramo. Freya abrió la tarjeta, que decía: “Te extraño, mi princesa…”.

Ella no podía pensar en nadie más que fuera a escribir palabras tan dulces además de cierta persona.

Freya tomó su teléfono y le envió a Ryan una foto de las flores