Theresa lo acarició a él, al igual que él había hecho antes. Exploró su torso desnudo. Deslizó las yemas de los dedos sobre la piel tersa y firme hasta encontrar los pezones planos y masculinos. Acarició uno con la yema del dedo, y la complació descubrir que se endurecía de deseo igual que los de ella. Hundió los dedos en el triángulo de vello rizado del centro de su pecho y siguió bajando hacia su estómago. Lo besó con suavidad el centro del pecho y, después, un pezón. Allí, lo acarició con la lengua, como él había hecho con anterioridad. Michael emitió un gruñido de placer y cerró los dedos en torno a los cabellos de Theresa. Ella siguió lamiéndolo con suavidad. Sonrió sobre su piel, excitada por la reacción de él, y se desplazó para acariciar el otro pezón. Lo torturó con la lengua, y disfrutó al oír sus jadeos. La amistad lo es todo. La amistad vale más que el talento. Vale más que el gobierno. La amistad vale casi tanto como la familia.Mario PuzoDespués que el hombre de sus sueños se marchara, Theresa aprovechó para darse un baño relajante, luego se puso un vestido de día de seda color ámbar y llevaba su hermosa melena oscura recogida en un moño muy elegante. Bajó a desayunar un poco preocupada por su doncella, la última vez que la había visto fue en la pista de baile, pero le pareció extraño no encontrarla en su habitación esperándola como siempre hacía cada mañana para asistirla en su aseo personal.Después de comer, fue en busca de Jenny a su habitación y tampoco estaba allí, y al parecer no había regresado a dormir, porque todo estaba en perfecto estado y no había rastro del disfraz que llevaba la noche anterior.> Se preguntó Theresa.Les preguntó a varios sirvientes de la casa si la habían visto, pero ninguno sabía nada, cuando salió al jardín ya estaba bCapítulo 18
A Michael se le tensó el músculo de la mandíbula.— Te conozco Samantha — dijo él, dándole la espalda — sé lo que pretendes, y si lo que deseas saber es si voy a continuar con ella, no es necesario que uses tus técnicas de persuasión conmigo... No voy a dejar a Theresa, no sé cómo haré y tampoco tengo muy claro las consecuencias que esto traerá... Pero si te soy sincero, no me interesa, lo único que me importa en este momento es ella, es la primera vez en muchos años que me siento vivo y que mi vida vuelve a tener algún sentido.Samantha guardó silencio unos segundos y luego dio un brinco y dijo:—Me has dejado anonadada, pensé que esto que tenías con la baronesa era algo sin importancia y temporal, pero me doy cuenta de que es algo más fuerte de lo que creí y no sabes cuánto me alegro —
"El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce." Eduard Thomas Con gran angustia, Theresa tomó el camino de regreso a la mansión, se preguntaba una y otra vez quién sería esa persona los vio en el bosque, no quería ni imaginarse si era algunos de los invitados de Miranda. De ser cierto, lo que estaba pensando, su reputación quedaría totalmente arruinada, quizás ya en ese mismo instante todos estaban enterados de lo que pasaba entre ella y Michael. Cuando llegó a Blackfort, Miranda se le acercó con otras amigas de ellas para invitarla a que se les uniera para tomar el té, más ella alegó tener una terrible jaqueca, en ese instante no quería hablar con nadie. A medida que pasaban el tiempo, sin saber nada de Michael, más nerviosa se ponía. Caminaba en círculos por su habitación, mirando cada poco el reloj, ceñuda, miraba también hacia la puerta esperando cualquier noticia. > pensó, todos los pensamientos que tenía en ese instante eran negativos, se
Él le sonrió al verla, caminó hacia ella y la abrazó apasionadamente. Y la besó larga y profundamente. — Estaba preocupada por ti — dijo ella cuando sus bocas se separaron — no pude tener paz hasta que recibí tu nota. Él le acarició las mejillas con los pulgares. — No pasó nada... estoy bien. — ¿Quién era ese hombre?
"El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar."Sun TzuTheresa sentada en un banquillo de su jardín admirando el hermoso paisaje que se presentaba ante ella. El aire era frío y estaba cargado con los aromas del otoño. Aunque el sol aún no estaba muy alto, los rayos de luz atravesaban los árboles y los pintaban con los mismos rojos, dorados y amarillos que alfombraban el suelo. Prometía ser un día glorioso. Aunque desde que Michael entró en su vida, todos los días para ella eran espléndidos. Él era tan tierno, considerado, generoso y atento, dispuesto siempre a mostrarle un mundo diferente al que ella conocía. Llevaban juntos casi dos meses y cada día era una nueva aventura. Era avasallador, insoportablemente hermoso y cada vez que hacían el amor literalmente tocaba el cielo con las manos, absolutamente perfecto. Estaba enamorada de la vida y estaba enamorada de él.— Milady tiene una visita.La voz de Jenny la sacó de sus cavilaciones.— ¿Quién es? —Preguntó extraña
Ella fue a abrir y allí estaba él, tan guapo, dejándola una vez más sin aliento.— Hola — le dijo ella sonriendo cuando volvió a respirar.Él se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla muy cerca de la boca.— Acabo de enterarme de lo que sucedió con Rose, tu doncella me lo dijo cuando fui a buscarte ¿Cómo está? — preguntó preocupado.— Está mucho mejor, solo fue un susto.— Qué alivio, pensé que había sido algo grave ¿Dónde está quiero verla?— Está dormida.Él estaba guardando las distancias porque pensaba que había alguien más en la casa, pero al intuir que ella estaba sola se acercó como un depredador a su presa.— ¿Están sola?— Si — le dijo ella con picardía viendo las intenciones de
La vida es un juego de probabilidades terribles; si fuera una apuesta, no intervendrías en ella. Tom Stoppard — ¿Mi Señor que ha sucedido? —Preguntó Crosby al ver el desastre que su patrón había hecho. — ¿Quién ha traído esta m*****a carta? — Dijo profiriendo un grito de furia. — Un muchacho. —Contestó Crosby con en tono tenso. — ¿Puedes creer que en esta carta se me explica con lujos de detalles la relación de Theresa con un maestro de escuela en Sussex? La muy puta, tan digna que se la daba, yo tengo la culpa ¡Maldita sea! Tenía que haberla domado mejor, pero nunca es tarde para retomar las sendas del bien. — Nunca es tarde, mi señor — Respondió el hombre servilmente — ¿Qué va a hacer al respecto? — Lo que debía haber hecho hace mucho tiempo, si no hubiese sido porque se me complicaron las cosas cuando se me cayó el negocio con los españoles, ya esa cualquiera estuviera aquí. Crosby fue hasta la licorera y le sirvió un vaso de whisky y se lo dio a su señor. El barón se lo to