Inicio / Fantasía / Dummadur: Dualidad / Capítulo II: Palabras de resurrección.
Capítulo II: Palabras de resurrección.

Capítulo II: Palabras de resurrección.

Llego el año 2018 y Michael estaba más flaco barbudo y con su pelo afro desaliñado, vistiendo la misma ropa del día del entierro de su hija, solo que esta ropa estaba más sucia y rota, el que un día fue un prestigioso y respetado profesor ahora es un invisible de la sociedad, un indigente que andaba de arriba abajo con un peluche colgando y una botella en mano.

Un día Michael arto de su deplorable existencia y de ver en lo que se había convertido partió una botella vacía de licor y puso el filo en su cuello, cerró sus ojos y empezó a rememorar su vida y todo se puso negro, mientras pensó en cómo paso de no tener nada a tenerlo todo y de tenerlo todo a nada en un instante, Se sintió peor que la vez que recayó en la bebida al salir del bar de Baldu hace tantos años (cuando no tenía nada) el simplemente quería dejar su vida hasta ese punto y dejar de humillar su existencia.

A la mañana siguiente Michael estaba vivo y tirado en un callejón lleno de b****a y perros raquíticos, con la botella partida en la mano y al otro lado el mugriento peluche, de fondo se escucho la sirena de una ambulancia, Michael no había tenido el valor para matarse, quería hacerlo pero no podía.

—“Se que habrán cosas en esta vida que te harán querer quedarte en una zanja y no avanzar más” —recordó la voz de su suegro Jon—“pero no te quedes estancado... levántate y sigue luchando, aférrate a una sonrisa siempre, esa es la clave de la vida aferrarte a una sonrisa, la vida es una lucha interminable”

Repentinamente en el callejón donde se encontraba llego un automóvil negro muy elegante del cual bajaron dos hombres altos vestidos de trajes y lentes de sol, Michael alarmado se medio levanto sabiendo que algo raro pasaba.

        Al instante estos hombres sacaron unas pistolas se sus sacos y le apuntaron, uno de ellos grito:

  • ¡Quieto no te muevas!

Michael asustado trato de moverse pero se cayó encima de las pestilentes bolsas de b****a uno de estos hombres se le acerco violentamente y lo tomo de la cabellera.

—¡Auxilio! ¡Ayuda! ¡Dios! ¡No! ¡Ayuda! —Gritaba Michael mientras este hombre lo sostenía.

—¡Cierra la maldita boca! Hueles a m****a —lo insulto el hombre al ponerle una bolsa de tela negra en la cabeza.

 Y así procedieron a secuestrarlo, pasaron las horas y Michael iba inmovilizado en el maletero del auto con esposas en los pies, el brazo amarrado con un cable y una bolsa cubriéndole el rostro, Michael solo podía sentir los golpes del auto que iba en movimiento, además del insoportable y asfixiante calor, se sentía como si lo hubiesen encerrado vivo.

Michael pensó constantemente en saber que era lo que querían estos hombres ¿Robar sus órganos? ¿Simplemente torturarlo hasta matarlo por placer? ¿O solo lo confundieron con alguien?

Luego del transcurso de las horas, el auto continúo en movimiento, Michael luchaba por respirar mejor y resistir el calor que lo tenía cubierto de sudor,  repentinamente se escucho una potente ráfaga de disparos, acompañada de disparos automáticos de fondo que salían del vehículo, se escucharon vidrios rotos, y balas impactando el vehículo. Michael aterrado se quedo quieto mientras que chocaba y rebotaba con los costados del maletero, las ráfagas le rosaban la ropa (las balas dejaban huecos por donde entraban rayos de luz amarilla del exterior) el auto dio un tremendo frenon y termino deteniéndose por completo, dejando al instante una extraña sensación de paz.

Michael respiro aliviado y con la adrenalina a full, en su mente se encontraba dándole las gracias a Dios por aun seguir vivo y sin daño, abrieron la maletera del auto dando al instante una sofocante y caliente luz amarilla, Michael sin poder ver empezó a gritar:

—¡No por favor! ¡No me hagan daño!

Alguien lo tomo rústicamente y lo saco del maletero arrojándolo a un suelo de grava caliente (se podía sentir la intensa calor), alguien se acerco a Michael (el cual estaba tirado en el suelo) y le quito el trapo del rostro, Michael lleno de sudor, respiro un poco mejor, al instante, angustiado levanto la mirada a su alrededor y vio que estaba en mitad de una larga y solitaria carretera, rodeada de montañas, arena, y un sol abrazador y ardiente, también vio que estaba rodeado por hombres vestidos de sacerdotes portando AK-47 en mano, más atrás una camioneta blanca al costado de la carretera, Michael titubeo alterado mientras trato de levantarse sin éxito a causa de los cables y esposas que lo mantenían sometido.

Mientras tanto uno de estos sacerdotes inspeccionaba el auto donde lo llevaban secuestrado y vio que los dos secuestradores, el conductor y el copiloto estaban muertos y tiesos por los disparos en todo su cuerpo, uno de estos sacerdotes ordeno a los demás:

—Móntenlo en la camioneta.

Michael confundido se les quedo viendo a todos y de repente uno de estos hombres le clavo una inyectadora en el cuello inyectándole una sustancia transparente como agua.

Horas después Michael se encontraba sentado en una de las bancas de una gran catedral católica, además de Michael en el lugar se encontraban otras doce personas sentadas en bancas separadas, estaban tan aterrados que no se atrevían a hablar, todos tenían diferentes edades, desde catorce hasta cincuenta años, en cada esquina habían sacerdotes armados custodiándolos.

Al frente de todos, se encontraba ubicado en el altar un hombre adulto africano llamado Goslong muy elegante, media 1.85 con cabellera afro bien peinada hacia atrás, tenía un rostro perverso, vestía un traje purpura acompañado de un reloj de oro, tenía un maletín en la mano izquierda, este puso el maletín en la mesa, cada sonido que se hacía en el lugar generaba un eco, Goslong agrego una contraseña en el maletín y este se abrió eyectando lentamente un gas frio, un sacerdote se le acerco a Goslong y le dijo:

—Señor, estos son todos los que conseguimos, son los posibles candidatos, su tipo de sangre es la más parecida.

—¿No hubieron complicaciones? —Respondió Goslong con su voz elegante y pulcra levantando la ceja.

—Al último lo habían secuestrado los roba órganos, tuvo suerte de que lo encontramos.

—Entonces es hora de empezar —Goslong se volteo y miro frente a frente a los trece sujetos.

En el preciso instante en el que este maletín se abrió Goslong dijo:

—¡El primero!

Al instante salieron dos sacerdotes armados y tomaron a uno de estos trece hombres y lo llevaron a la fuerza al altar (como si de un sacrificio ritualista se tratase) Goslong se puso unos guates de látex, los ajusto a sus manos y saco del maletín un gran y ajustado traje purpura de cuerpo completo, con líneas rojas en el rostro, brazos y piernas.

Apuntado con un rifle obligaron a que el hombre se lo pusiera, este asustado y sin entender nada al igual que los demás empezó a ponerse el traje que le cubría hasta la cabeza al ponérselo un brillo rojo salió del traje, detonando en una potente corriente eléctrica que se distribuyo por el traje, el hombre que portaba el traje cayó al suelo muerto al no soportar el poder del traje, los demás hombres incluyendo a Michael entraron en pánico, Goslong grito como si nada:

—¡Siguiente!

Mientras que unos sacerdotes le quitaban el traje al cadáver, un joven de 14 años asustado se levanto aterrado y salió corriendo con la intención de escapar, uno de los sacerdotes le disparo con su rifle en la columna matándolo al instante, el cadáver del joven cayó desplomado al encerado piso de cerámica chorreando sangre por el orificio de su espalda, los demás presentes empezaron a llorar y gritar asustados.

Goslong informo con autoridad y voz alta a todos los presentes:

—Cualquiera que desee hacer lo que hizo el jovencito por favor infórmenlo por adelantado para dispararle de una vez.

Todos se quedaron callados y con caras de terror, incluyendo a Michael el cual se estuvo perturbado por presenciar la muerte del joven.

Y así sucesivamente transcurrieron los minutos, paso hombre por hombre poniéndose el traje y todos morían al instante, eventualmente algunos se resistían al ponerse el traje y eran golpeados y obligados a ponérselo muriendo al rato después de ponérselo, pero al final solo falto un candidato (Michael).

—¡Siguiente! —Grito Goslong.

Michael asustado pero ya mentalizado se levanto de su banca antes de que los sacerdotes lo levantaran, y camino por el medio del lugar dirigiéndose al altar donde estaba el traje y los once cadáveres achicharrados regados con sangre saliendo de sus orejas, nariz y ojos, sus cuerpos estaban explotados por dentro, Michael camino sin pisar el cadáver del joven, él sabía que si hacia alguna estupidez iban a matarlo sin pensarlo dos veces.

Goslong impresionado al ver la valentía de Michael le dijo con burla y risas:

—¡Así me gusta muchacho! Ha... Eso es... ¡Vamos! Camina, camina.

Michael continúo caminando hacia el altar y le respondió agachando la mirada con miedo:

—Eres un enfermo.

Goslong se rio y le respondió:

—¿Con que enfermo? ¿Cierto? ¡Claro! Eso es lo que dice la gente que no comprende nada de nada.

Michael se quedo serio, subió al altar, y se puso frente a frente con Goslong, ambos se encontraban separados por el maletín con el traje en medio de ellos.

—Pues te diré algo amigo... vi tus ojos. Y lo único que veo es agonía, no ganas de morir, en el fondo detrás de toda esa facha de auto destrucción que quieres pintar, sé que hay algo que quiere que este traje que está aquí—Goslong señalo el traje—frente a ambos no te mate, sé que quieres averiguar qué es lo que estás haciendo aquí, quieres averiguar que es todo esto... así que vamos.

Michael miro el traje y lo tomo con su brazo y lo miro fijamente al igual que alguna vez miro el peluche.

—¿Puedes ponértelo? ¿O quieres ayuda? —Pregunto Goslong de forma malintencionada, haciendo referencia al ausente brazo derecho de Michael.

—No, yo puedo —respondió Michael mostrando una mirada de rabia, se puso el traje con dificultad, a medida que metía cada extremidad el traje se ajustaba a la medida, Michael miro a su alrededor fijándose de no hacer un movimiento brusco para que no le dispararan, termino por ponerse todo el traje hasta la cabeza. Solamente quedo el vacío del brazo derecho, la parte que cubría la cabeza se justaba a la medida, Michael no podía ver ya que el traje purpura no tenía orificios para los ojos.

—Veamos si eres tú, tipo rudo —dijo Goslong con una simpática sonrisa.

        Y repentinamente una potente corriente eléctrica roja broto del traje, Michael empezó a gritar mientras que la energía corrió por su cuerpo, Michael se tambaleaba a medida que recibía cada descarga hasta que termino cayéndose por la escaleras del altar mientras que enormes corrientes eléctricas rojas lo sacudían una y otra vez, haciendo que células y códigos genéticos internos en su cuerpo se alinearan activando algo en este traje.

Hubo un destello rojo dejando todo envuelto entre polvo y humo, los sacerdotes y Goslong tosieron y se tallaron los ojos tratando de ver algo, Goslong observo entre el polvo una silueta alta, titilando luces rojas de todo su cuerpo, poniéndose de pie, de repente en un destello de brisa todo el humo y polvo desaparecieron dándole a todos una vista completa al traje purpura el cual estaba cubierto de definidos músculos, recupero el brazo derecho, era de una textura plástica y solida, su altura era de 1.92, todo el cuerpo era completamente purpura a excepción de líneas horizontales rojas en sus muñecas, codos, muslos, tobillos y rodillas, además de un símbolo con líneas rojas en el rostro, este símbolo era una forma geométrica cuadrada que estaba alrededor de la nariz y que de las esquinas salían líneas rojas en formaban una x y en los pómulos unas líneas rojas que conectaban con el centro del símbolo.

No tenía ojos ni boca, sino una expresión facial de ira, y unas líneas verticales arrugadas en el área de la boca, en los nudillos de cada mano tenia botones rojos, en sus dedos habían delgadas líneas rojas, de su espalda salían dos enormes tentáculos amarillos que median dos metros, estaban cubiertos de afiladas púas negras, estos se movían de un lado a otro muy lentamente.

Este ser era como una especie de Dios guerrero.

Goslong y los sacerdotes del lugar observaron a Michael con admiración y majestuosidad como si estuviesen presenciando el resurgimiento de un Dios.

—No lo puedo creer —se auto comento Goslong boquiabierto y sonriendo.

—Dime ¿Qué me paso? —Pregunto Michael con una voz cambiada, esta era grave y siniestra como la de un demonio o un Dios malvado.

—Ha regresado —se dijo Goslong a si mismo incrédulo pero sonriendo.

Al instante que Michael activo el traje diversos sucesos acontecieron en el mundo.

Repentinamente todos los países que rodeaban el Mar Mediterráneo como Grecia, Libia, Italia, Egipto, España, Francia, Israel, Siria, Turquía, Argel y Marruecos empezaron a tener terremotos de 7,3, pero el temblor se vuelve más potente específicamente en la fosa de Matapan en Grecia. En lo más profundo de esta fosa se abrió portal lleno de corrientes eléctricas rojas, de este salió una enorme garra electrificada que sacudió la tierra aumentando los temblores, se escucho un rugido bestial como de un dragón y el portal empezó a volverse más grande.

En la costa mediterránea de Bajo Egipto, llena de pescadores surgió una potente corriente que hizo que todos los peces surgieran muertos a la superficie, mientras que simultáneamente se escucharon rugidos como de un perro demoniaco, los pescadores y pobladores salieron aterrados del lugar, mientras que todo temblaba.

—Son unos asesinos —dijo Michael de forma aterradoramente amenazante.

—¿Qué? —Respondió Goslong.

Repentinamente Michael sacudió con gran fuerza uno de sus tentáculos contra uno de los sacerdotes armados arrojándolo contra una pared, partiéndole todos sus huesos como si fuese de trapo, los otros cuatro alarmados empezaron a dispararle con sus rifles, Goslong rápidamente aturdido por los estruendosos sonidos de las rafas se escondió tras el mesón del altar y empezó a gritar:

—¡No le disparen imbéciles ! ¡No le harán daño!

Repentinamente el cuerpo ensangrentado de uno de los sacerdotes es arrojado contra las escaleras del altar, Goslong iracundo se levanto y del maletín saco una especie de control pequeño con tres botones, mientras que de fondo escucho disparos y gritos, cuando Goslong levanto su mirada vio a todos sus secuaces malheridos y moribundos tirados por doquier, con sus extremidades rotas, el lugar estaba destruido y manchado de sangre.

—¡Asesino! —Grito Michael alterado.

—¡Debes calmarte! —Le recomendó Goslong estando alerta.

—¡Voy a irme de aquí! —Le grito Michael confundido y muy alterado.

Goslong sonrió y le respondió satisfactoriamente:

—No, no lo harás.

Goslong apunto a Michael con su control y presiono un botón y al instante Michael se paralizo, su corazón se detuvo y empezó a darle un infarto haciendo caer al suelo, la energía roja que potenciaba el traje empezó a desaparecer, haciendo que la altura, tentáculos, músculos y cualquier habilidad obtenida, desaparezca y se reduzca lentamente.

        Al lugar entraron trece sacerdotes mas, armados apuntándole a Michael.

Goslong dio un suspiro y al mirar a sus secuaces les grito:

—¡Dejen de apuntarle! A penas el traje vuelva a la normalidad llévenlo donde el doc, le provoque un ataque al corazón, cuando el traje se desactive su corazón se detendrá por completo y deberán reanimarlo si no lo hacen rápido, morirá.

El traje de Michael empezó a volverse cada vez más delgado y flácido, mientras que su corazón se detuvo por completo provocándole la muerte.

Un día después, Michael despertó de un profundo sueño a causa de una voz femenina, estaba recostado en una gran y cómoda cama de sabanas blancas, Michael estaba vestido con una bata de enfermo, cuando este se levanto miro a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en una gran y lujosa habitación muy cómoda y fría, toda de color blanco, la voz que lo había despertado provenía del televisor pantalla plana que estaba frente a su cama, eran las noticias del canal SABC 1, una reportera hablaba frente a la cámara:

—El mundo entero sigue conmocionado, por la inusual e imprevista anomalía sísmica ocurrida el día de ayer, un leve temblor generado por energía sísmica genero terremotos categoría 7,3 en todos los países que rodean el Mar Mediterráneo, el temblor fue en aumento con el paso de los minutos generando un tsunami que causo inundaciones en las costas de Grecia, Libia, Italia, Egipto, España, Francia, Israel, Siria, Turquía, Argel y Marruecos, los más afectados fueron Turquía, Siria, Israel, Egipto y Libia, reportando ciento dos muertes, además de desapariciones y los miles de heridos, pero definitivamente el país más afectado fue Grecia, según los reportes el centro del maremoto fue en la fosa de Matapan en las costas de Grecia... lo más inusual de todo es que gran parte de la fosa quedo congelada, se teme de que el maremoto se expanda de forma agresiva a los demás países.

Michael anonadado se sentó en el borde de la cama con un terrible dolor de cabeza, tomo el control y empezó a cambiar de canal, pero todos transmitían los mismos hechos sobre el abominable tsunami del Mar Mediterráneo, Michael apago la televisión aun confundido y vio que al lado de su cama, en una mesa, estaba su desayuno, una gran bandeja con postres, huevos jugo de naranja, café, pan, mantequilla, jamón, Michael empezó a comer con un hambre voraz tenía tiempo que no comía cosas así, mientras comía y miraba la cómoda habitación pensaba:

—¿Estaré muerto? ¿Esto será el paraíso?

 De repente la puerta de la habitación se abrió y entro Goslong acompañado de dos guardaespaldas vestidos de traje y lentes, Michael al instante dejo de comer y se levanto.

—Tranquilo, tranquilo, cálmate Michael —dijo Goslong levantando sus manos en son de paz, sus guardaespaldas estaban aun tranquilos.

En ese instante Michael supo que no estaba en el paraíso.

Michael cerró su puño y tomo un tenedor con el cual empezó a amenazarles:

—¡Quietos! ¡No se acerquen! ¿¡Qué fue lo que me hicieron!?

Los guardaespaldas se pusieron delante de Goslong y sacaron cada uno unos taser.

—¡Cálmate Michael! ¡Tranquilízate! —Repitió Goslong con paciencia, luego empezó a reír al mirar el tenedor—¿En serio Michael? ¿Un tenedor?

—¿¡Como sabes mi nombre!? ¡No recuerdo habértelo dicho!

—No lo hiciste, conseguí tu nombre gracias a los registros sanguíneos de la Clínica Werner, tenemos tiempo siguiéndote.

—¿¡Porque!?

—Cálmate un poco... suelta el tenedor, siéntate de nuevo y déjame hablar.

Michael empezó a respirar lentamente y trato de calmarse ya que la intriga era más grande que su rabia y miedo, soltó el tenedor en la mesa y se sentó en el borde de la cama.

Goslong y los guardaespaldas bajaron la guardia, y Goslong empezó a hablar con un poco más de calma:

—Hay un componente en tu sangre... ¿Cómo te explico? Eres uno de los únicos 33 humanos capaz de activar el traje.

—¿El que casi me mata?

—No, el traje no te hizo nada, fui yo... desactive los latidos de tu corazón generándote un paro cardiaco, eso genero lógicamente fallas en tu cerebro haciendo que desactives el traje.

—Tú casi me matas —respondió Michael con rabia.

—No casi te mate, yo te mate, estuviste muerto por 5 minutos y luego te reanimamos ¿Recuerdas el liquido que inyectaron en tu cuerpo?

Michael se quedo serio y mirando a Goslong directo al rostro.

—Ese líquido se activa con mi control generando fallas en tu organismo.

Michael quedo boquiabierto e impactado al saber que había en su organismo que podía matarlo.

—Tuve que hacerlo Michael por la seguridad de todos... tu enloqueciste.

—¿¡Enloquecí!? ¡Porque ustedes mataron a doce personas frente a mí! ¡Uno de ellos tan solo era un muchacho!

Goslong dio un suspiro y pone una cara de fastidio:

—Entiendo tu punto de vista pero no sabes nada, ese muchacho del que hablas era un violador con problemas de crecimiento llamado Aldir Baghalan.

—¿Qué?

—Si Michael, las doce personas que murieron eran solo asesinos, violadores y ladrones, sé que no es correcto, pero tuvimos que sacrificarlos para potenciar el traje siempre supimos que eras tú el que podía activar el traje.

—Dios mío —Michael empezó a tallarse la frente tratando de asimilarlo todo, mientras que daba vueltas de un lado al otro con ansiedad.

 —Espero que pronto entiendas que nada de eso fue en vano, tampoco esperábamos que te secuestraran, fue un imprevisto, pero ya estás aquí, ya todo está hecho—dijo Goslong con simpleza, luego empezó a rascarse la barbilla—entonces… creo que es mejor que termines de comer, te conseguiré un barbero para que te pongas presentable y luego hablaremos mucho mejor.

Michael frunció el ceño confundido mientras que miraba todo el lujo a su alrededor.

—Tranquilo Michael, come—insistió Goslong—mas te vale que comas será un largo y extraño día.

Goslong y sus guardaespaldas empezaron a retirarse dejando a Michael solo en la gran habitación, con un montón de dudas y preguntas.

Al rato Michael estaba completamente cambiado, se había dado una buena ducha de una hora, le habían cortado el cabello dejándole un corte degradado y serio para su edad, le quitaron toda esa fea barba dejando su rostro libre de pelos, y le pusieron ropa decente, una camisa negra, Blu Jeans nuevos, y zapatos casuales blancos.

Goslong y Michael se fueron caminando solos por el gran parque privado de la catedral, lleno de plantas, grama verde, fuentes de ángeles, pequeñas cascadas artificiales

—No sabemos demasiado sobre el traje, la que probablemente era la verdadera historia de su origen fue borrada de cualquier texto antiguo, o al menos nos niegan esa información. Lo más claro que tenemos es que durante la primera cruzada en 1099, los cruzados lograron penetrar y conquistar la ciudad santa de Jerusalén, y un caballero llamado Pedro de Asmanto indagando entre los túneles en busca de sobrevivientes para ejecutarlos, descubrió el traje oculto en una tumba abierta y sin nombre, al lado del traje habían montañas de cadáveres disecados, habían sido sacrificados.

—Como hoy —respondió Michael recordando las personas sacrificadas.

—Aparentemente así funciona —comento Goslong mientras revisaba su reloj—se sabe que paso de generación en generación por la iglesia católica, el traje se decía que estaba hecho con cadáveres de Ángeles que combatieron a muerte contra titanes que trataron de conquistar la tierra, dicen que fue enviado a la tierra por un poder superior con el propósito de proteger a la humanidad contra una presencia maligna que traería el infierno a la tierra.

—¿Que es esa presencia?

—Eso es lo intrigante, no se sabe mucho sobre eso, unos dicen que es el mismísimo anticristo, otros dicen que es el Diablo en persona, pero nadie sabe o sabrá cuándo será su llegada como tal, el único llamado que advertirá su llegada serán tormentas y catástrofes, cuando el al fin llegue, traerá pestes y enfermedades a su paso, caerán naciones y desatara el más brutal genocidio de la historia hasta que no quede nadie… aunque en realidad eso es lo que está haciendo la humanidad por su cuenta.

Michael se quedo algo frio y asustado al escuchar dichas palabras.

—Lo único que podría detener algo así es el traje que te pusiste ayer —le dijo Goslong a Michael mirándolo directo a los ojos y expresándole seriedad, haciéndole saber que el asunto no era broma.

Michael puso cara de impresión y en su interior se asusto por que se dio cuenta que todo era en serio y es más grande de lo que pensaba.

—¿Lo ves? —Le pregunto Goslong con seriedad—Este tema no se trata de mí o de la iglesia, se trata del futuro de la humanidad Michael.

Goslong se detuvo y lo miro fijamente, levanto su mano izquierda frente a Michael:

—Todo ese futuro está sobre tu mano izquierda.

Michael se miro la mano izquierda detalladamente, en ese instante el sintió todo ese peso de responsabilidad:

—¿Entonces soy el único que puede hacer algo?

—No eres el único, pero eres el que tenemos.

Michael siguió serio y sin hablar.

  • —Goslong caminaba en dirección al interior de la catedral—pero hoy es el día Michael.

Ambos entraron a un pasillo de la catedral que iba directo a un ascensor.

—Han esperado mucho por ti.

—¿Quiénes?

—Todos —Goslong puso una clave en la tabla numérica del ascensor y este se abrió, al instante se disperso un potente frio, ambos entraron al frio ascensor con paredes de metal.

Goslong puso su huella en una pantalla que había en los interiores del ascensor y dijo:

—Nivel más bajo.

Al instante sonaron todos los mecanismos de eyección del ascensor haciéndolo bajar, Michael se quedo callado pensando en todo lo que le acaban de decir.

—Tranquilo Michael —le dijo Goslong poniéndose unos guantes negros—todas tus preguntas serán respondidas.

—¿Cuánto tiempo llevan siguiéndome?

—¿A? —Pregunto Goslong haciéndose el distraído.

—¿Qué cuanto tiempo llevan siguiéndome?

—Casi un año—dijo Goslong mientras acomodaba y miraba su reloj—cuando donaste sangre a tu hija, nos llegaron informes de anomalías en tu sangre, nos enviaron la muestra y tardamos casi un año haciéndole pruebas y estudios para comprobar que si eras tú, hace una semana empezamos a seguirte de cerca, pero unos sujetos te llevaron antes y tuvimos que actuar.

Michael serio miro el reloj de Goslong y le pregunto:

—¿Por qué vez tanto tu reloj?

—Es porque es lindo —respondió Goslong rápidamente cubriendo su reloj metiéndose las manos en los bolsillos.

Luego de un minutos bajando, al fin llegaron al piso subterráneo, las puertas del ascensor se abrieron dando paso a una enorme y fría sala de control y monitoreo, llena de enormes pantallas y computadoras por doquier, sacerdotes monitoreando diversos movimientos sísmicos, otros monitoreaban las consecuencias del tsunami en el Mar Mediterráneo, Goslong grito en la gran sala:

—¡Ha llegado!

Todos los sacerdotes del lugar voltearon y miraron a Michael, al instante todos dejaron sus puestos para arrodillarse ante él, expresando un respeto casi divino.

Michael se quedo mirándolos anonadado y apenado, para él era extraño este trato como de Dios.

Goslong grito sonando como un militar:

—¡Muy bien! ¡Vuelvan a sus puestos!

Todos volvieron a sus computadoras a seguir con su trabajo, Michael se quedo observando el lugar con impresión, parecía como una sala de control del gobierno.

—Ven sígueme.

Ambos pasaron por el medio de la sala de control caminando en dirección a una puerta automática de cristal que había en el fondo del lugar, mientras caminaban Michael no podía evitar guardarse la mano en el pantalón  para aplacar el frio, Goslong como tenía un traje y guantes no lo sentía tanto, cuando ambos llegaron a la puerta, esta se abrió y les dio paso a un pasillo blanco como de hospital con diversos pasillos laterales, en el pasillo al que se dirigían , habían dos soldados armados con rifles de alto calibre, vestidos con trajes militares futuristas de color negro, con mascaras y cascos de lentes rojos que les cubría cabeza, estos custodiaban un ascensor, cuando vieron que Goslong y Michael se acercaban estos se arrodillaron y agacharon la cabeza para hacer reverencia, Goslong sonrió y le comento a Michael:

—Te hacen reverencia a ti, así que acostúmbrate.

Michael aun se sentía extraño por tales tratos, le costaba sentirse normal así como así, y  adaptarse de una vez.

Uno de los soldados arrodillados le hablo a Michael cordialmente:

—Bienvenido señor ¿En qué le podemos servir?

—Gracias... este —Michael no sabía cómo responder y titubeaba.

Goslong les interrumpió:

—Llévanos a la sala purpura.

—Si señor Goslong —respondió el soldado, ambos se levantaron y empezaron a poner una clave en una pantalla que había en la pared, abriendo el ascensor, el cual estaba mucho más frio y era el doble de grande que el último, era  tan extenso así que se podía meter un auto pequeño sin problemas.

—Entremos —indico Goslong, los soldados entraron al interior para escoltarlos.

—¿Cuánto mide todo este lugar? —Pregunto Michael temblando por el increíble frio.

—207.000 metros cuadrados... Lo suficiente como para guardar muchos trajes ¿No?

        Michael continuaba temblando del frio, era como estar metido en un congelador.

—Señores tengan su ropa, se pondrá muy frio abajo —dijo uno de los soldados mientras hurgaba en una cesta de metal.

—No necesito eso —se negó Goslong a ponerse el abrigo—no tengo frio.

Varios minutos después ambos llegaron, Michael tenia puesta ropa de invierno blanca, como si fuese al Polo Norte.

El lugar a donde habían llegado era un enorme laboratorio del tamaño de un campo de futbol, lleno de científicos de distintas etnias muy bien abrigados, computadoras, tambores llenos de gas criogénico de nombre “GE0-ZER0” reactores químicos gigantes de los cuales brotaba una energía roja, era todo un equipo de trabajo, en el centro del laboratorio estaba el traje purpura arrugado y flácido como un traje cualquiera, colgaba entre tubos y cables que lo mantenían suspendido en el aire, el traje era constantemente roseado por tubos que habían debajo que lo llenaban de gases químicos.

Todo el lugar además de ser extremadamente frio olía a plástico y alcohol.

—Hablaremos con un hombre que te explicara la teoría de cómo funciona el traje —le comento Goslong al boquiabierto Michael.

Cada respiración o palabra que dijesen hacia que un frio notable saliera de sus bocas y nariz.

Repentinamente a la distancia ven a un joven vestido de ropa de invierno blanca, corriendo hacia ellos muy emocionado y gritando:

—¡O Dios mío! ¡No lo puedo creer! ¡Esperen! Aquí...

El chico piso un cable y se cayó hacia adelante dando vueltas por el suelo, todos en el lugar empezaron a mirarlo de forma despectiva y con pena ignorándolo por completo.

Goslong apenado se retracto y dijo:

—Me equivoque no debí haber dicho hombre.

Michael se le quedo mirando al joven sintiendo empatía por él, al recordándole a como era él en su juventud.

 El joven se levanto rápidamente y tratando de disimular miro a su alrededor con una risa nerviosa y comento simpáticamente:

—Tranquilos muchachos estoy bien, no fue nada solo fue un pequeño tropiezo, no se preocupen tanto.

La gente a su alrededor lo ignoro como si él no importase, y siguieron trabajando, era notable que no era su compañero de trabajo favorito. Este se acerco caminando rápidamente a Michael y Goslong, este chico se veía como de unos 27 años, media 1.73, era caucásico, de nariz, boca y ojos grandes, sus ojos eran negros, cabello largo y castaño que cubría parte de su rostro, su contextura era delgada, se encorvaba, tenia manos temblorosas, y un extraño tic nerviosos que le hacía parpadear el ojo izquierdo rápida y constantemente. El joven estando de una vez frente a ellos se le presento a Michael:

—O, de, de, de verdad es un placer señor, mu, mucho gusto soy Arnold –dijo el joven titubeando, hablando con su voz rápida y nerviosa, Arnold primero levanto la mano izquierda y luego la derecha para tratar de estrechar la mano, pero Michael levanto la izquierda, Arnold no supo cómo saludarlo sin confundirse de mano—o lo siento mucho.

—No te preocupes —respondió Michael tratando de aliviar al confundido y nervioso Arnold.    

Goslong se incomodo y empezó a sentir pena ajena y se tallo la frente con la mano.

Al final Arnold le estrecho la mano a Michael con ambas manos y listo soluciono el problema.

—Arnold —dijo Goslong poniéndole cara y voz serias—sabes para lo que vinimos aquí, así que empieza de una vez.

Arnold preocupado le soltó la mano a Michael y rebobino:

—O si, sí, sí, claro, claro, discúlpenme, síganme —Los tres caminaron hacia el centro del laboratorio donde estaba el traje, mientras caminaban Arnold les explico—llevaba mucho, tiempo diseñando un modo de explicar cómo funcionaba el traje y las ADD en general, siempre quise explicarlo con palabras y terminologías sencillas, para que la gente me entienda y no piense que estoy loco.

—¿Qué son las ADD? —Pregunto Michael.

—ADD significa Armas de Destrucción Divinas.

—Arnold —le repitió Goslong con ladilla, haciéndole saber que debía ir al grano y explicar lo del traje.

—O si, claro, claro, lo siento, el traje está compuesto por un sistema muy parecido al de la piel humana solo que es completamente distinto, je, je, en los poros y tejido del traje se encuentran inactivas unas células que al hacer contacto con una bacteria que existe en tu sangre Michael, activa una carga de un tipo raro de energía que nosotros le llamamos la Electroida de glóbulos rojos, que lo que hace es darle vida al traje y activar sus propiedades sobrehumanas... como saltar grandes alturas, resistencia a casi cualquier daño, superfuerza bueno mejor dicho hiperfuerza, velocidad y reflejos incrementados a porcentajes incalculables, agilidad, crecimiento instantáneo de musculatura y altura, y hasta puede compensar extremidades faltantes del portador con la misma energía que lo potencia y lo mantiene activo.

Los tres llegaron hasta donde se encontraba el traje colgado, y Arnold continuo explicando:

—Prácticamente el traje es nada sin un núcleo, el traje tiene el poder, las habilidades, todo allí guardado, pero sin un núcleo que vendrías siendo tu Michael, el traje no serviría, tu eres el detonador... que explota y saca a la luz todas estas habilidades.

Michael se quedo mirando el traje perdidamente mientras que dijo en voz baja:

—Con el seria indestructible.

Arnold tiro una risa nerviosa y respondió:

—No, je, je, mejor dicho, no exactamente, el traje tiene una carga—explico Arnold con sus temblorosas manos—esa carga de energía es la que mantiene el traje activo, cuando la utilizas, esa energía se distribuye por todo el cuerpo con esas líneas.

Arnold señalo las líneas del traje que estaban apagadas.

—Esas que se ven negras es porque están inactivas, cuando están activadas se encienden de color rojo, eso significa que la Electroida está corriendo por los poros... la energía se podría decir que tiene un porcentaje de doscientos porciento y a medida que lo utilizas, dicho porcentaje se reduce, si recibes ataques críticos la energía misma en un intento de aplacar el impacto para proteger al portador, se utilizara mas, reduciendo el porcentaje, si utilizas un ataque muy potente también se reducirá, debes conseguir un balance para que la carga dure más... evitar recibir grandes daños y dar ataques contundentes y certeros, si tu traje se reduce hasta el sesenta por ciento, la resistencia se reducirá cada vez más, los ataques dañaran tu cuerpo, tus golpes se volverán más débiles al igual que cualquiera de tus habilidades, y cuando llegue a un daño critico el traje simplemente se apagara y entrara en un estado de reposo.

Arnold señalo el traje colgado haciendo referencia a como se ve el traje estando inactivo.

 —En este estado la energía se acaba dejándote vulnerable como un humano cualquiera.

Michael se quedo serio y pensando mientras que miro el traje frente a él.

Goslong le comento a Michael frívolamente:

—Según la teoría morirías.

Arnold le respondió a ambos con una cara de incomodidad:

—Pues sí, je, je

Así transcurrió ese día siendo cargado de información y de explicaciones científicas de cómo utilizar el traje, el cual según el entendimiento de Michael funcionaba por un complejo sistema de nervios que eran alineados con una energía roja desconocida, resultaba que cada línea o punto rojo en el traje se encargaba de distribuir esta energía por los músculos, para poder acertar grandes golpes, enormes saltos, poder levantar pesos descomunales, y resistir casi cualquier golpe, además de saber utilizar los tentáculos de la espalda los cuales se mantenían con vida gracias a la energía roja que los reanimaba.

Pero este increíble traje tenía esa desventaja que preocupaba a Michael y esta era que el portador debía saber distribuir las cargas de energía a través del cuerpo, si toda la energía era utilizada el traje perdería su poder por un lapso de tiempo haciendo al portador vulnerable a cualquier tipo de daños.

Llego la noche y Michael regreso a su habitación con su cabeza aturdida de tantas cosas, confusión, miedo, pesadez, adrenalina, responsabilidad, se sentó en la orilla de la cama y dio un gran suspiro, Goslong entro a la habitación y noto la cara pálida de Michael y su mirada perdida, seguía incrédulo aun por todo lo que estaba pasando, hasta que Goslong le pregunto amablemente:

—¿Qué te ocurre aun sigues impresionado? ¿O simplemente quedaste abrumado por pasar todo el día teniendo que soportar a Arnold?

—No, no es por eso, es solo que... —respondió Michael dudoso—no creo que esto sea real.

Goslong puso un rostro de incógnita y guardo sus palabras para escuchar a Michael hablar.

—Esto no es real —se auto comento Michael con miedo y temblor en su voz, viéndose a sí mismo de arriba abajo—el traje purpura, la capa amarilla, todo...

—¿Qué? —Interrumpió Goslong—¿Piensas que todo esto es una ilusión?

—Todo es un paralelismo, el traje purpura, la capa amarilla representando los tentáculos.

—¿Crees que esto es un sueño?

—No lo sé —dijo Michael sintiendo una jaqueca al imaginarlo.

—¿Qué crees? Te quedaste dormido sobre el sofá de la habitación de hospital de tu hija, y tienes esta pesadilla súper desarrollada, esta pesadilla donde todo sale mal.

—No —respondió Michael caminando con ansiedad de un lado a otro.

—¿Piensas que te intentaste suicidar, una ambulancia te salvo y te inyecto drogas potentes que te dejaron en coma y alucinando disparates como esto?

—¡Pero mira, todo lo que está ocurriendo! El traje, lo dijo mi hija, ¡El purpura era su color favorito! —Recalco Michael analizando piezas del pasado—todo esto es mucha coincidencia.

—Yo, no sé lo que te decía tu hija Michael, solo tu entiendes lo que hay en tu cabeza —respondió Goslong señalándole la cabeza—por lo que veo de ti Michael dudas demasiado de tu cordura y tu capacidad de distinguir la realidad de la ficción, eso no es bueno. Tú sabes que todo esto es verdad.

—Lo sé, lo sé pero…

—Entiendo tu crisis existencial —le interrumpió Goslong—en tu mente hay dudas, tu vida no ha sido fácil, yo lo sé en tu mente hay cosas como: “¿Cómo sabes que el golpe que tu hija recibió en el cráneo no le otorgó una capacidad de ver el futuro?” “¿O como sabes que toda tu vida es real?”

—¿De qué estás hablando?

—¡Vamos hombre! ¡Sé lo que piensas! ¿Y si todo este tiempo fuiste un alcohólico o drogadicto fantaseando tener una esposa y una hija? ¿A? ¿No lo sabes verdad?

—¡Eso no es cierto! —Respondió Michael resignado pero al mismo tiempo dudoso.

—¿Lo ves? Si sabes distinguir la realidad de la ficción, lo que dije tiene sentido, sin embargo de ti depende que realidad creer, y recuerda que es esta… debes componerte haz pasado por mucho y mira, ahora estas con nosotros, te guiáramos a tu verdadero propósito... cumplir tu único destino.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo