Un hombre de seguridad es el que los acompaña hacia la mesa VIP que Jane había reservado con anterioridad.
La mujer había escuchado cuando Francis propuso salir y antes de que le dijera al rubio entre risas de que no terminaría de nuevo en aquel club de strippers que la había llevado la última vez, buscaría alguno que sea para que todos pudieran pasar una buena noche.
—Este club también es de Russell, así que no me quejo —responde Francis con una sonrisa burlona cuando Jane lo molestaba con el club de strippers.
—¿Que te hizo pensar que me gustaría ir a ese club la primera vez que salimos juntos? —dice ella entre medio de risas
—Hey, es un buen club. Fuimos antes de las presentaciones, no tengo la culpa de que te hayas querido quedar después de medianoche.
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Louis curva sus labios y los reclamé luego, tratando de encontrar las palabras adecuadas para decirle a esa bella mujer.Michelle por otro lado se mantiene en el asiento, clavando sus tacones en uno de los soportes mientras espera por su respuesta.—¿Y porque no? —responde él— ¿Ser bailarina no te hace una persona interesante?—No creo que de las que te puedan interesar.—Eso deja que lo descubra. Y por cierto, bailas increíble, eso es algo extra que tienes —sonríe—¿Cuál es el juego? —ella entrecierra los ojos—. ¿Cuál es tu plan?—¿Mí plan? ¿Cuál plan?—¿Pretendes chantajearme con decirle a Russell? ¿O quizás sacar provecho de algo más? —Louis
Los ojos de Rob y de Louis se conectan, está a claro que el hombre estaba furioso y el otro se puso frente a las dos mujeres, viendo el claro problema allí.—¿Las está molestando?—Él se iba —dice Zoe—¿Y tú quién eres?—Es mejor que te vayas, Robert. Estás complicando la situación —Michelle se pone frente a ambos y lo mira—Te vienes conmigo.—Tranquilo, eh. Ella se quedará con nosotros ¿Que te pasa? —Louis le cuestiona mirándolo—. Vete de una vez, deja de molestar a las chicas.—¿Tan rápido te conseguiste uno nuevo? —se ríe Robert—. Ya veo porqué te fuiste, eres una zorra como todas.No alcanzó a terminar aquellas p
La risa de Olivia llega a sus oídos y ella se gira con rapidez, encontrándose con su amiga y golpeándola en el hombro.—No seas idiota. Me asustaste, ¿Cómo se te ocurre?—Lo siento —se ríe—. Solo quería hacerte una broma —Michelle hace una mueca— ¿Estás bien? ¿Que sucede?—Nada, no importa —suspira—¿De dónde vienes?—Salí a tomar algo, pero terminó siendo una noche de mierda —Olivia hace una mueca— ¿Que hay de ti?—¿Qu
. Pov Michelle Esa noche era especial, salí al escenario sabiendo que él estaba allí para mí, que me esperaba exclusivamente y debía dar lo mejor de mí. Podía balancear mis caderas intentando fingir que su mirada no me hacía sentir sexy, que sus ojos no provocaba mi cuerpo, y que sin dudas, estaba bailando solo para él aunque tuviera que fingir que no lo hacía. Hubo momentos donde tuve que apartar mis ojos de su ardiente mirada y concentrarme un poco en la audiencia, no quería tener problemas con Russell pero al notar como me guiñaba un ojo y me daba a entender que lo sabía, sonreía y le regalaba algunos movimientos. Todo fue una jodida locura, salí prácticamente jadeando del escenario mientras sentía aún sus ojos pegados a mi cuerpo. Tuve que ir con rapidez hacia el baño para tomar un largo respiro, porque si fuera por mi, hubiera salido directamente al estacionamiento y le diría que nos vayamos de allí. Me desnudo antes de tomar mi celular, tengo que hacer mi jugada y sé que él
Michelle gime por lo bajo al sentir el aroma a café recién hecho. Se había prácticamente arrastrado al departamento de su amiga luego de darse una larga ducha y arreglarse un poco. Thomas la esperaba, hoy era viernes de colegio y tanto Olivia como Leslie tenían compromisos que no podía atrasar, por lo que estaba más que encantada de llevarlo y buscarlo al mediodía.—Buenos días —Michelle va hacia el pequeño Thomas y lo abraza por detrás mientras él está sentado en la banqueta alta, llenando su mejilla de besos— ¿Cómo está mí bebé favorito?—Hola tía —el niño sonríe a pesar de estar aún dormido—¿Cómo te fue ayer en el cine con mamá?—Bien. Me compró un peluche de Stitch, es
—¿Estás segura de que puedes traerlo a casa luego? —pregunta Olivia desde el otro lado de la línea—No te preocupes, O. Además está entusiasmado en ir, no me cuesta nada. ¿A qué hora estarás por casa luego?—Estoy por regresar en dos horas, quizás.—Bien. Nos vemos allí, entonces. Cuídate, te quiero.—Y yo a ti. Gracias.Da un largo suspiro al terminar la llamada y se gira sobre sus pies para encontrarse con Louis recargado sobre su camioneta mientras que los niños juegan a un costado.—¿Y bien? —pregunta él con diversión—Puede ir a su casa —muerde su labio inferior—¿Y que hay de ti?Louis la mira con una sonrisa d
Demasiada tensión en cada encuentro, ambos se habían resistido a ir más allá y lo único que siempre desearon fue tocar aquellos labios que tan cerca estaban. El corazón de Michelle se disparó al escuchar aquella confesión, porque ella también quería besarlo desde que lo vio sobre el escenario, mirándola de aquella manera. Sus sentidos se nublaron, no podía pensar con claridad cuando sentía su calor tan cerca, sus manos sosteniendo su cintura una vez más y su boca a unos pocos centímetros. La mujer se dejó ir, después de todo no tenía tanta resistencia cuando se trataba de Louis. Su boca comenzó a rozar la suya, sus bocas se abrieron dispuestas a probarse por fin, aunque el plan no les salió como querían. —¿Puedo mostrarle a Thomas mi videojuego? —la voz de Luna provoca que ambos se separen con rapidez. Louis rasca su cabeza, mirando a la niña que parece ajena a lo que está ocurriendo con ellos dos. La mujer relame sus labios y se gira sobre sus pies, mirando si el horno va bien mi
Agradece en este momento que las luces estén apagadas, porque no sabría como disimular su sorpresa ahora mismo. No solo había vuelto a ver a Louis después de tantos días, sino que aquella mujer que le había hablado el otro día estaba con él, y acababa de besarlo. Maldice internamente por ser tan idiota, era obvio que el hombre tenía a alguien más y solo estaba intentando tener una aventura con ella. Ni siquiera quiere imaginar lo que eso hubiera sido de haberse besado aquel día en su casa. Toma una larga bocanada de aire, escuchando el compás de la música y sabiendo que este era el momento donde ella comenzaría y tenía que meterse en el papel de Kendall. Su mirada cambia cuando aquella luz la ilumina, comienza a mover sus caderas y a crear aquel ambiente sensual que está acostumbrada, ese que a todas las personas de allí le gusta tanto. A pesar de la molestia que siente en su pecho, por fuera parece que en realidad quiere conquistar a todos los presentes, que gritan su nombre y fes