Estaba bastante sorprendida de tener a Duncan detrás de mí. Ni siquiera escuché la puerta del auto abrirse nuevamente. Kevin le sonrió enseñando todos los dientes. -¿Quién eres tú? -Su novio. Kevin giró su atención hacia mí. -¿Desde cuándo te gustan los humanos? -Desde que me conoció. - Contestó Duncan en tono amenazante. -Aléjate. -Ella tiene voz. - Dijo Kevin burlonamente. - ¿Qué es lo que sucede con el humano? -Deja de provocarlo. - Dije finalmente con un suspiro. - Apártate, Kevin. Ha sido un largo día y no quiero lidiar contigo.-¿Ah si? Puedes contarme todo en...Él se había acercado hacia mí sin importarle que Duncan estuviera sujetándome por detrás, por lo que el movimiento solo hizo que el humano se tensara e hiciera algo así como un gruñido.Kevin y yo parpadeamos y luego miramos a Duncan. Él parecía sumamente molesto. ¿Todos los humanos eran territoriales?Mientras yo me plantebaa que no tenía ni idea de cómo saber sobre las relaciones entre humanos, la puerta del
Papá acalló las risas con calma antes de seguir hablando.-Debido a que el celo de mi hija se adelantó y tuvimos un par de peleas en estos días... - Dijo estrechando su mirada sobre los solteros que murmuraban sobre la injusticia de habérselo perdido. - ... no les he hablado de la situación en nuestro nuevo negocio.Me tensé nuevamente, pero ahora por un motivo diferente.-Y quién mejor para hablarles sobre el tema que nuestra pequeña Lilian. Por favor, danos un reporte.Yo intenté levantarme mientras me aclaraba la garganta, pero Duncan me jaló de nuevo hacia su regazo así que solo me encogí de hombros y comencé a hablar.-La decoración estaba muy bien hecha, los platillos fueron deliciosos y, en general, me parece que los invitdos disfrutaron de las instalaciones... hasta que una pantera entró en celo.Les hablé sobre la mierda que la abuela de la novia había puesto en la comida para los humanos, del estado dudoso en el que se encontraban los baños, de los lobos divirtiéndose con el
-Apruebo al humano. - Dijo cuando terminó de reírse. - Ahora, con el negocio solucionado, ¿Qué tal si cenamos ahora?Afuera habían hecho una fogata en la que dejaron cocinándose algo de carne de venado para la cena. Para cuando fueron por ella ya se encontraba en el punto exacto en el que me encantaba.-Me sorprendiste. - Dije entre mordiscos aun sobre sus piernas. - ¿Dónde aprendiste tus habilidades de "negociación"?-En el restaurante. - Dijo comiendo también. - Megan se encargaba de tratar con los tipos que de vez en cuando causaban problemas. Yo me encargaba de los proveedores que no llegaban a tiempo o cuyos productos eran una mierda, y Stella... bueno, ella nos hacía reír con su complicada vida familiar y amorosa. Alguien tenía que aligerar el ambiente tenso.-Un buen equipo. - Murmuré.-Lo somos. De alguna forma hicimos que solo tres personas hicieran funcionar un restaurante que debió de haber tenido al menos unas quince personas.-Debió de haber sido difícil.-No tanto como u
-Buenos días. - Dijo mi hermano abriendo la puerta ruidosamente. Yo gemí molesta, pero los machos de la habitación solo se rieron. - Vamos, hermanita. Alguien tiene que ir y vigilar que los lobos cumplan su palabra en el salón. -Ve tú . - Dije acurrucándome más en mi almohada. Sin embargo, mi almohada se movió y yo fruncí el ceño. -Ah, no. Tú querías el negocio, ve y arregla las cosas. Cuando te despiertes, pueden ir al comedor, papá les dejó el desayuno.Cuando se alejó por fin abrí los ojos y miré a un Duncan muy divertido.-¿No te gusta levantarte temprano, no es así?-Ni un poco.-Anotado. ¿Desayuno?Bajamos después de que él se pusiera algunas ropas que mi hermano le dejó mientras discutía conmigo. Yo me puso cualquier cosa, no es como si ese día esperara clientes de todas formas... y no los dejaría entrar al salón, por supuesto. No hasta que estuviera presentable.-¿Necesitan un aventón al salón? Voy a la ciudad. - Preguntó uno de los lobos mayores mirando a Duncan.-Eso estar
El hospital se encontraba a un par de pueblos de distancia. Duncan decía que era porque había dejado instrucciones de que en caso de que su madre empeorara, solo podían llevarla a este lugar.Parecía lo suficientemente caro como para que me encogiera, pero a él parecía no molestarle.-Hola, estoy aquí para ver a la paciente Martha...Nos indicaron un cuarto en el tercer piso al que llegamos por medio de un elevador. Duncan había tomado mi mano todo el camino, así que antes de entrar traté de soltarme pero él solo apretó aun más firmemente.En la camilla, la versión femenina de Duncan se encontraba conectada a un montón de tubos y máquinas.Ella abrió los ojos en cuanto nos acercamos.-Madre...-Ah, mi pequeño. - Dijo con un intento de sonrisa antes de mirarme a mí. - Vaya, no eres Megan ni Stella. ¿Cuál es tu nombre, cariño?-Soy Lilian. - Dije tímidamente.-Lindo. Acércate un poco, quisiera verte mejor.Yo lo hice tratando discretamente de soltar la mano de Duncan sin éxito. Un hecho
Duncan parecía sumamente sorprendido, así que supuse que lo del transplante era nuevo. -Disculpe, creo que no entendí... ¿Usted acaba de decir...? -Necesita un transplante de riñón. Con urgencia. - Dijo el doctor mirándolo extraño. - Viene escrito en su expediente, ¿Acaso no habló con su médico hace un año? -Yo... lo siento, hablé con él pero no mencionó nada de eso. El doctor asintió y comenzó a hablar sobre la enfermedad de su madre y lo mucho que había empeorado. -Y lamento ser el portador de malas noticias pero... los formularios que debe de llenar son porque el seguro médico de su madre ya no cubre los gastos de los medicamentos y... -¿Cuánto tiempo? - Preguntó tenso Duncan. -Una noche más, después de eso, si quiere conservarla en este hospital me temo que será con sus propios medios. Duncan salió como en un transe del lugar. Yo solo podía sujetar su mano... o quizás no. -¿Podrías esperarme en el auto? Necesito ir al baño. -Claro. Corrí de vuelta al hospital y luego hic
Duncan. Tenía muchas cosas en la cabeza. Había llamado a mi jefe para informarle sobre no volver al trabajo después de las cortas vacaciones que nos dió a Megan y a mí con lo de la boda de Stella. La conversación fue corta, sobre todo cuando me dijo que Megan ya había renunciado, así que de todas formas me había quedado sin trabajo. Enseguida traté de contactar a Megan, pero su móvil estaba muerto. El teléfono de su casa solo siguió sonando. Era tan impropio de Megan... Iba a ir a su casa en cuanto terminara con Lilian aquí. Aún no habíamos hablado de un sueldo, así que solo esperaba que fuera lo suficiente como para no tener que ir a la clínica de fertilidad a vender mi esperma al mejor postor. Porque si, eso había pasado por mi cabeza cuando los del banco directamente me negaron un préstamo. No los culpaba. Por años me había atrasado en los pagos de los últimos así que era un resultado que esperaba más o menos. Llamé a los del seguro también y así fue como supe que,
Lilian. Duncan llamó a la abuela de Stella en cuanto terminó esa llamada. Se le oía la emoción en la voz y eso me hizo sonreír. -... si, por favor. Necesito transporte rápidamente, muchas gracias abuela. Guardó su teléfono y por unos segundos se quedó quieto. -¿Estás...? No me dejó terminar la pregunta. Sus labios ya estaban sobre mí y sus brazos me rodeaban con fuerza. Yo solo me rendí ante su beso y disfruté de su fuerza. Nos separamos lentamente con la respiración entrecortada. -Eres tú... - Murmuró poniendo su frente contra la mía. -¿Qué? Él comenzó a reírse. -Tú eres mi amuleto de la buena suerte. - Dijo antes de volver a mis labios. Tenía una vaga idea de lo que estaba diciendo, pero no le preguntaría en este momento a qué se refería exactamente. No cuando me había alzado y colocado mi trasero contra el escritorio. Esto era emocionante en más de un sentido. Quizá pasó un tiempo, porque escuchamos una bocina a lo lejos. Duncan se apresuró a acomodar mi ropa. -Me enca