Es difícil entender al ser humano, sus acciones lo pueden llevar por el camino de bien, o en su defecto por el camino del mal, y eso es lo que está viviendo Maya Salvatierra, la hermana gemela de Soledad, la difunta esposa de Leo, quien tomó una decisión algo difícil, pero que no está dispuesta a echar su brazo a torcer, después de todo ella también tiene derechos.—Quiero ir con mi papito, tú no eres mi mamita, ella está en el cielo y tú no me quieres —le dijo Victoria llevando sus manos a los ojos, pues había llorado tanto que ya le dolían sus ojitos.—Ya te dije que no, tu no puedes volver con él, yo soy tu tía, la hermana de tu madre. —Era la quinta vez que Maya le decía lo mismo a una pequeña Victoria, solo que la niña no podía procesar, ella solo quería ir a casa, al lado de su padre.Además Victoria aún no entendía porque Maya, su tía ahora la quería con ella, si antes de que su madre se quitará la vida, Maya había sido muy cruel y despiadada con ella.—Yo me quiero ir, no te q
Leo freno en seco, nunca pensó ver a su pequeña corriendo por las frías calles, su corazón latía con gran fuerza, pues por poco y atropella a la luz de sus ojos.—Victoria, mi amor, ¿Estás bien? —preguntó Leo, tan pronto salió del auto corriendo hacia ella, mientras la pequeña quería salir corriendo, pues aún no se había dado cuenta que tenía a su padre justo tras de ella —¡Papito!, ¿eres tú? —Leo asintió con su cabeza, mientras por la pequeña cara de victoria camina lágrimas de felicidad, pues nunca pensó ver a su padre y menos justo cuando huía de su tía.La cual estaba oculta una cuadra atrás, a Maya no le convenía que la vieran persiguiendo a Victoria, después de todo, quien le iba a creer a una mocosa que apenas tiene ocho años, además Leo piensa que ella todavía sigue fuera del país.Julia bajo del auto enseguida que Leo, corrieron y abrazaron fuertemente a Victoria quien lloraba desconsoladamente, pues no era para menos, Victoria acaba de encontrar a su papito.—¿Dónde estaba
Soledad camino a pasos agigantados hacia donde Emma todavía sobaba su cabeza, pues en verdad le dolía y más después del tremendo empujón que le dió Leo.—Callate, no digas nada —dijo Soledad llevando sus manos a la boca de Emma, la cual asintió y le indico que caminarán hacia su habitación.Las dos caminaron hacia la habitación de Emma quien al ingresar se puso seguro en la puerta.—Señora Soledad, cómo es posible que usted siga con vida. —Emma no termino de hablar —Ni se te ocurra decirle algo a Leo —dijo Soledad en tono amenazante. Pues sabía muy bien que si Leo se entera que ella no está muerta el mismo se encarga de matarla y más después de todo lo que descubrió.—No señora, yo nunca abriría mi boca, usted sabe muy bien que yo la quiero, pero no todavía no entiendo, cómo fue que la señora Maya murió y pensaron que era usted. —Era una duda muy grande la cual el destino tarde o temprano se encargaría de aclarar, pues entre el cielo y la tierra no hay nada oculto.—Eso es algo que n
Leo sentía que su cabeza iba a explotar, aún su pequeña no decía quién la había llevado a la fuerza, Victoria solo se limitaba a decir "ella es mala, no la quiero volver a ver" suena difícil de creer, pero victoria no quería pronunciar el nombre de Maya, ya basta había tenido en ese día que estuvo a su lado.Pero ya era mucho decir, su pequeña ya estaba en casa y a salvó, ahora solo quedaba seguir con lo planeado, no podía quedarse quieto y más cuando el tiempo pasaba y él no había hecho que Julia firmará todos los documentos, así que se puso manos a la obra.Leo tomó su celular y llamó a su notario, pues no era buena idea que Lucas viera el documento que estaba haciendo, después de todo no estaba bien visto la loca idea que tenía en su cabeza.Él pasó casi toda la tarde con su notario metido en la biblioteca, pero por fin podía respirar tranquilamente, llevo sus manos a la cabeza y dejo salir una sonrisa llena de satisfacción, pues ahora solo era cuestión de horas para que Julia le f
Hoy Julia decidió volver a la universidad después de mucho tiempo, ya había pasado varios días desde la muerte de su padre, así que decidió volver y así poder terminar su carrera, pues debía tomar el control de las empresas Lennox y para ello debía prepararse muy bien.Hoy había sido un día bastante largo y agotador, pero debía ir a la cita con el abogado Gómez, él la había citado en su casa, pero lastimosamente a Julia se le había hecho tarde y para colmo se había varado en medio de la nada.—¡Julia!, ¡Julia!, ¿Necesitas ayuda? —La voz de un chico hizo que Julia se girara, agachó un poco su mirada y vio a Ethan.—¡Hola Ethan! sí, el auto se me descompuso, y la verdad no sé nada de mecánica —respondió Julia, causando la risa de Ethan.—Puedo yo acercarte, no tengo ningún problema. —Julia aceptó.Ethan era un joven de buena familia, quien compartía universidad con Julia, pero quien nunca se había atrevido a hablarle a Julia a pesar de estar completamente enamorado de ella.Julia subió
Julia camino con Leo hacia la casa, pues no había nada que sospechar, el era el hombre que ella más amaba, además que la estaba trabajando como una princesa.Leo la tomó de la cintura e hizo que ella se girara, y sin que ella pudiera responder se apoderó por completo de sus labios, era fuego, deseo y quería tomarla ahí mismo, y más por qué sentía que debía hacerlo después de verla llegar con otro hombre.Pero Leo no debía sentirse así, pero si cuerpo la reclamaba y quería sentirla, antes de clavarle la daga en todo su corazón.Y qué mejor forma de hacerlo que tomarla por última vez, poseer su cuerpo era un gusto que nadie le iba a quitar, además que la deseaba como un maldito desgraciado, y su cabeza aún no daba explicación algunaLeo bajó sus labios dejando besos húmedos por todo su cuello, llevó una de sus manos a la espalda de Julia para pegarla más a él, la respiración de los dos fue aumentando, era cuestión de segundos para que se desatará toda la pasión que ellos llevaban por de
Leo se colocó de pie tomó sus pantalones y se los puso, camino hacia la puerta.—¿A dónde vas? —preguntó Julia, colocándose de pie y tomando una sábana para tapar su pecho desnudo.—No me demoro, solo voy por unos documentos que necesito que firmes —respondió parándose en el marco de la puerta.—¿Ahora?, ¿Porque no vienes?, Mañana habrá mucho tiempo, ahora solo quiero dormir en tus brazos —dijo Julia haciendo un puchero que la hacía ver más hermosa, Solo que en la cabeza de Leo no estaba dormir como una pareja de enamorados, ahora lo único que importaba era que ella firmara los dichosos documentos.Julia terminó por aceptar, aunque no le gustaba para nada la idea que después de lo que había acabado de pasar, Leo quisiera trabajar, pero bueno ella debía acostumbrarse a él y a sus costumbres, pues ella no pensaba irse de la vida de Leo así de fácil.Leo bajó las escaleras y camino hacia la sala, al llegar se percató que el ama de llaves estaba sentada tomando un café, cosa que le disgu
Julia no comprendía el actuar de Josefina, pues nunca habían tenido una relación cercana, solo en reuniones, solo que está vez era distinto.—¡Josefina!, ¿qué sucede? —pregunto Julia, alzando el mentón de Josefina, pero ella estaba hecha un mar de lágrimas, no podía articular palabra alguna.Julia le indicó que la siguiera, no era bueno seguir en la puerta hablando, Josefina la siguió, caminaron juntas hacia la sala en dónde se sentaron.Julia la miraba con bastante angustia y más por no saber que estaba sucediendo con Josefina.—Josefina, ¿dime qué sucede?, ¿Le sucedió algo a tu hijo? —Julia movió su cabeza en negación, saco un pañuelo de su bolsa, limpio su nariz, para después tomar la mano de Julia.—Mi niña, vine a decirte que ayer por la tarde George falleció, sufrió un paro cardíaco respiratorio, no llegó con vida al hospital. —Josefina se echó a llorar nuevamente, mientras Julia sentía como si un balde de agua helada recorriera todo su cuerpo.Jamás imaginó que él también la ab