Soledad pasó la peor noche de su vida, el médico hizo con ella lo que quiso, de miles de maneras, pero eso lo mantendría con la boca callada por unos días pues el médico le exigió que cada cuatro noches la quería tenerla en el apartamento dispuesta para él solo.Hoy Julia se levantaba más animada, el día anterior había tenido su primer ultrasonido el cual le indicaba que iba a ser madre de un varón, lo que hizo que sus ojos se llenarán de lágrimas por no poder compartir la felicidad con el padre de la criatura.Pero aun así estaba feliz, antes de ir a la universidad, iría a ver a Ethan a darle su beso en la frente y así después salir hacia la universidad, así que tomó su suéter y salió de su habitación.Bajo las escaleras pasó al comedor y tomó una manzana la cual se comía todas las mañanas, para después pasar a la sala en dónde dejó un beso en las mejillas de Sofía, quien tejía una hermosa mata azul para el bebé que ya estaba a escasos meses de nacer.—Julia no te vas a ir sin desayu
Julia y Vivían caminaron hacia el campus mientras empezaba su próxima clase, solo que Julia no se podía concentrar en la conversación que sostenía con vivían, los pensamientos de ella estaban en lo que había pasado hace unos minutos con el profesor.Julia no dejaba de sentirse agobiada, además de vigilada, sentía como si la observaban y la verdad estaba en lo cierto, al otro lado del campus Angel vigilaba cada paso que daba.—¡Profesor Braun!, ¿Qué hace usted ahí?, ¿Por qué no vienes con los demás maestros?. —Ángel se giró de inmediato dejando caer los papeles que sostenía en sus manos.—Disculpe profesor, no quería asustarlo —dijo la maestra quien lo miraba bastante extrañada.—Gracias y puede estar tranquila que no me asuste, pero no, no puedo ir a la sala de maestros, me gusta tomar el aire fresco, además mi próxima clase no demora en empezar. —La maestra dejó salir una sonrisa fingida, pues para ella y para muchos maestros era extraño que el nuevo profesor no tratara de acoplars
Las enfermeras entraron rápidamente y detrás de ella Vivían y Julia, todo era alboroto y caos, pues la máquina no dejaba de sonar, y ese fue el momento en que Angel aprovecho para salir sin ser descubierto, o casi descubierto, pues vivían alcanzo a mirar como su profesor de Administracion salía detrás de la puerta.Vivían le hizo señas a Julia a qué la espera, Julia le indico que si, pues a ella lo único que le interesaba era ver cómo estaba su mejor amigo.Vivían salió rápidamente de la habitación, miro havi todos lado y vio como una sombra desaparecía al terminar el pasillo, la cual decidió seguir, ella estaba más que segura que era su profesor, pero debía estar el ciento por ciento, de lo contrario Julia no le creería lo que estaba pasando.Angel vio que la silueta d luna mujer lo venía siguiendo, así que decidió camina rápidamente hacia el sótano, ahí podría esconderse y ver quién lo seguía.Vivían camino hasta llegar al sótano, en dónde vio que el hombre el cual seguía se hacía d
Ángel quiso arrollarla y quitarla de su camino, solo que justo cuando pensaba hacerlo freno en seco justo en los pies de Vivían, quien para ese entonces su alma ya había abandonado el cuerpoÁngel bajo del auto cerrado la puerta fuertemente, para caminar hacia donde estaba Vivían completamente inmovilizada, la miro a los ojos para después tomar el mentón de ella.—Metete al auto, o te juro que no respondo, ¡Ya! —grito Ángel, caminando hacia el auto y tras él Vivían, quien temblaba de miedo.Nunca había sentido tanto miedo, sus piernas temblaban, sus manos sudaban y su corazón palpitaba a mil, a tal punto que muy pronto se saldría de su pecho.Vivían subió al auto de Ángel, justo al frente de él, el cual se giró de inmediato.—No voy hacerte daño creme, pero te advierto que si llegas abrir la boca, no me va temblar la mano para destrozarte. —Ángel trato de suavizar su voz, pero por dentro estaba que le caía encima a Vivían quien estaba pálida.—Sí, siii, yo no pienso abrir mi boca te l
Dicen que el mundo está lleno de sorpresas que todo está alineado a los destinos de la vida y eso justo estaba por experimentar Victoria, que aunque con solo ocho años la vida la iba a colocar en el camino de la mejor madre que hubiera querido tener, desde luego todavía están muy pronto para saberlo y más ahora cuando margarita se disponía a terminar de alistar al última valija de Victoria.Soledad no había querido esperar ni siquiera una semana para tener a Victoria junto a ello, se había encargado personalmente en buscarle el internado fuera del país.Por más que Victoria lloro e imploro no hubo respuesta de Leo, quien se había convertido en un maniquí en las manos de Soledad.—Nana, ¿Y tú sabes cuándo voy a volver? —dijo Victoria llevando sus manos a la cara en dónde limpio la última lágrima que resbalaba por sus mejillas.—No lo sé mi niña, pero espero que en tres meses cuando la señora Maya este bien, tu ya puedas regresar —dijo Emma con un nudo en la garganta.—Ella no me quiere
Mientras Victoria viajaba a su nuevo destino, Julia se encontraba luchando por su vida y la de su pequeña criatura, que decidió llegar al mundo aun cuando todavía le quedaban dos meses para nacer. Sofía caminaba de lado a lado, las horas y cada minuto que pasaban se hacían eternos, además de regañarme por dejar a Julia sola en casa, si no hubiera sido por el profesor quien cruzó para saber de Ethan Julia y su bebé estarán muertos, bueno al menos esa fue una parte de la versión que dio Ángel. Ya que no había forma de explicar que hacía él a esas horas de la noche en la casa de Julia y más al ver en las condiciones en que ella llegó, pues aparte de estar desmayada traía solo una bata puesta. Pero aun así, Sofía y Margarita estaban agradecidas, ahora solo faltaba que la cesárea saliera bien, pues debido a la complejidad de Julia tuvieron que hacerle cesárea. Sofía y Margarita se pusieron de pie al mirar al ginecólogo de Julia venir hacia ellas. —¡Doctor!, ¿Cómo están mi hija y mi nie
En toda la noche Leo no pudo dormir, el dolor, la culpa no lo dejaban tranquilo, se lamentaba por enviar a su pequeña lejos de él, cuando él sabía muy en el fondo que ella lo único que quería era amor, un amor que él por el momento no estaba dispuesto a dar, se sentía miserable y cobarde.Además de ser un ser inservible que no podía movilizarse por sí solo, como todas las mañanas siempre debía esperar a que el chófer viniera y lo ayudará, eso hacía que su humor se volviera un como un demonio.Al otro lado del pasillo en una de las habitaciones estaba Soledad caminando de lado a lado, pues está noche el médico había pedido verla, y lo peor es que ni siquiera había pasado cuatro noches, además que Lucas también quería verla así que estaba entre la espada y la pared.—Me imaginé que era cierto, y que la niña Victoria no decía mentiras —dijo Emma al ver a Soledad caminando de lado a lado.—Tú no te metas en lo que no te importa, no es de tu incumbencia —respondió Soledad, mientras se sent
Soledad alzó su mirada y vio al ser más asqueroso que se hubiera imaginado, si, ya habían estado los dos, solo que está vez verlo sentado sobre la cama y solo con una bata, la cual tenía toda abierta, hizo que Soledad quisiera vomitar en ese mismo momento.——Pasa muñeca. —Soledad entró en la habitación, no sin antes sentir unas ganas profundas de matar al hombre que tenía justo enfrente.—No entiendo porque cambia los días que me pido verme, se supone que son cada cuatro días y apenas llevamos dos días de estar los dos. —Soledad reclamo, pues ella no quería seguir acostándose con un hombre además de ser bastante mayor era gordo y calvo, cosa que le causaba repugnancia.—Yo hago lo que me plazca, si no te gusta, en este momento voy hablo con el señor Rossi —dijo con el mayor del cinismo el doctor, quien encendió un puro, mié mientras Soledad lo miraba asqueada.—Está bien, no te enfades cariño, es solo un decir, bien sabes que se supone que no puedo salir de casa, no tengo excusas —dij