Soledad alzó su mirada y vio al ser más asqueroso que se hubiera imaginado, si, ya habían estado los dos, solo que está vez verlo sentado sobre la cama y solo con una bata, la cual tenía toda abierta, hizo que Soledad quisiera vomitar en ese mismo momento.——Pasa muñeca. —Soledad entró en la habitación, no sin antes sentir unas ganas profundas de matar al hombre que tenía justo enfrente.—No entiendo porque cambia los días que me pido verme, se supone que son cada cuatro días y apenas llevamos dos días de estar los dos. —Soledad reclamo, pues ella no quería seguir acostándose con un hombre además de ser bastante mayor era gordo y calvo, cosa que le causaba repugnancia.—Yo hago lo que me plazca, si no te gusta, en este momento voy hablo con el señor Rossi —dijo con el mayor del cinismo el doctor, quien encendió un puro, mié mientras Soledad lo miraba asqueada.—Está bien, no te enfades cariño, es solo un decir, bien sabes que se supone que no puedo salir de casa, no tengo excusas —dij
Soledad estaba a punto de abandonar su alma, en verdad este hombre no tenía pulso, pues ya había tomado varias veces la muñeca del hombre y no sentía absolutamente nada.—Y ahora ¿qué hago? ¡maldita sea!, no puedo salir así —ella habla furiosa.Soledad caminaba de lado a lado, por lo visto el día de hoy era lo único que se la había pasado haciendo, además de no ser uno de los mejores días de ella.Se sentó una vez más en una silla que había y después de mucho pensarlo decidió llamar a Lucas, pues no sabía en quien confiar, y así ella no lo hubiese matado, sabía que no podía salir de allí sin dar explicación alguna, pues la expondría a un escándalo y todo lo que había avanzado con Leo se iría a la basura.Soledad sacó su celular de su bolsa y aunque sus manos temblaban marco cada número telefónico, espero unos segundos hasta que escucho la voz ronca de Lucas al otro lado de la línea.—¿Dime qué ya vienes?, O de lo contrario voy a ir por ti, ya no quiero que me sigas tomando por estúpid
Esta mañana Julia se levantó más feliz, cada vez las cosas le salen más como ella las planeo, después de Leo nada ha sido fácil y ella ha sido perseverante y constante. Saber que su pequeño estaba bien, que poco a poco tenía más fuerzas para poder luchar contra el mundo era algo que en verdad la emocionaba totalmente. Ella quería que su hijo fuera fuerte, que su hijo tuviera todo para que en su futuro no tuviera que buscar a su padre para nada. Algunas veces, Julia miraba al niño, le era inevitable no hacerlo, encontrarle un parecido a Leo era algo que la mortificaba. Aunque claramente la genética hace de las suyas, por más que Julia quisiera evitarlo, él en algún momento podría ser tan idéntico a su padre, que haría que los días de Julia le fuera inevitable no pensar en él. Hoy Julia quería hacer algo especial, sentía la necesidad de visitar a Ethan, habían pasado unos días en los que no había podido ir y lo que menos quería es que él sintiera que Julia se olvidó de él, porque clar
Julia miró todo lo que estaba sobre la mesa, todos se habían vuelto locos. Obvio ella también estaba feliz por este día, también estaba emocionada por todo esto, pero no pensaba que era para tanto. Sofía entró con el último vestido, Julia sonrió porque sabía que todos estaban junto a ella para apoyarla, que independientemente las decisiones que tomara en su vida, siempre iba a tener a su lado personas que la amaran por sobre todas las cosas. Julia termina de medirse el último vestido, cuando sale a mostrarlo y escucha los aplausos por parte de Sofía. Julia respira profundo y se mira en el espejo, su reflejo es el de una mujer feliz y completa. —¿Y bien? ¿Crees que es el indicado hija mía? —Julia asiente con su cabeza, mientras sonríe y se observa, se ve completamente bien, irradia hermosura y felicidad. —Sí, este es el vestido. Aunque la verdad creo que no era necesario hacer todo esto. Te vas a graduar mi niña, claro que es importante. Porque no tienes idea lo orgullosa que estoy
Once meses después Los días no iban nada bien para Leo, las problemas en las empresas Lennox y Rossi después de la fusión no iban para nada bien, al contrario todo era un maldito caos, los malos negocios que había hecho Soledad en el estos dos últimos meses tenían a las empresas casi al borde de la quiebra.El dolor había consumido tanto a Leo que se había olvidado de todo incluida su propia vida, y a su pequeña victoria, a la cual solo la había llamado dos veces en los últimos tres meses, el remordimiento y la culpa no lo dejaban tranquilo y ahora todo le estaba cobrando factura.—¿Dónde están los malditos documentos de exportación de este mes? —grito Leo a soledad, quien pegó un brinco del susto que dio—Están ahí, yo los puse ahí —respondió Soledad totalmente nerviosa.—No entiendo cómo fuiste capaz de destrozar toda una fortuna en solo meses, ¿Acaso en qué estabas pensando? —dijo con su mirada más fría que nunca.Pues si no conseguían una solución en menos de una semana, de segur
Después de llevar a Victoria al internado en dónde Julia tenía un acuerdo demasiado jugoso con la directora, partió de allí para las empresas, mientras Sofía y Margarita quedaban con Alex, ellas eran las más felices de cuidar a tan bello angelito.Después de llegar a las empresas Ruiz, Julia y Ethan bajaron del auto, para después dirigirse a las oficinas.—Hola jefa, que bien que llegas los teléfonos no han dejado de sonar —dijo vivían corriendo a los brazos de Ethan, quien la tomó en sus brazos y dejo un beso grande en sus labios.—Está bien, en unos minutos me pongo al día en cuanto a llamadas, ahora tenemos un asunto muy importante que hacer. —Julia camino hacia su oficina, y como siempre Ethan la siguió y detrás Vivian.—¿Y bien?, ¿Dime quien llamo? —Julia estaba ansiosa y ahora más que nunca.—Bueno, jefa —dijo Ethan.—¡Ya les he dicho que no me llamen así!, soy Julia. —Los tres sonrieron.—Bueno Jefa, te voy a decir Julia, o como tú prefieras —dijo Vivían antes de salir de la of
Después de colgar la llamada Soledad estaba más que furiosa incluso se podría pensar que por su cabeza estaba pasando la loca idea de no firmar absolutamente nada con las empresas Aguirre.—Lucas arregla todo para la llegada del abogado, mientras Maya y yo leemos el documento que acaban de enviar —le dijo Leo con tono firme.La noche anterior no había podido dormir absolutamente nada, la preocupación rondaba su cabeza, sin contar que se podría decir que ya llevaba un día sobrio, en verdad todo lo que estaba pasando en la empresa le preocupaba y más por qué no quería despedir a miles de trabajadores, lo cuales llevaban años trabajando para elPor eso hoy después de pensarlo y tragarse su orgullo se levantó y vino a la dichosa llamada que tenían programada para la tarde.—Soledad imprimió los documentos, para después sentarse a un lado de Leo a leerlo con atención.—Pero quienes se creen para pedir tanto —dijo Soledad al llegar a la parte en donde se sabía que no le iba a gustar nada.—
Julia llegó a casa, estacionó su auto y mientras bajaba a oprimir el botón para ingresar a la mansión, sintió que alguien la observaba.—¡Hola hermosa! —Julia giró su cuerpo al escuchar la voz de Ángel detrás de ella.—Hola Ángel, ¿Qué haces aquí, y a esta hora? —preguntó Julia, mirando el enorme ramo de flores rojas que Ángel traía en sus manos.—Solo venía a verte y atraerte tu ramo de rosas diario —respondió con un beso en la comisura en sus labios.—Si me sigues dando tantas rosas no voy a tener en donde ponerlas, creo que voy a empezar a donarlas. —Julia se echó a reír.—Por mí no hay ningún inconveniente, con tal de ver tu sonrisa todos los días me conformo, ¿Quieres tomar un café conmigo a la luz de la luna? —preguntó Ángel, mientras sus manos jugaban en el bolsillo de su pantalón.—Sabes que a esta hora, no. —Ángel bajo su rostro dejando salir una sonrisa fingida. —Pero no he dicho que no, sabes que nunca me negaría a un rico café acompañado de mi profesor favorito.Ángel quis