Leo se llevó sus manos a la cabeza mientras sentía que ya no aguantaba más, pero de algo estaba seguro Maya se quedaría con él, pues él necesitaba ayuda con Victoria, además que no quería tomar el control de las empresas Lennox, así que en la cena de la noche le propondría a Maya que se hiciera a cargo, ya que él no podría, pues el remordimiento y la ganas de clavarse un puñal en el pecho no se le iban a quitar.Por otro lado, Soledad había salido de la habitación de Leo totalmente sonriendo, estaba feliz y no habría nada ni nadie que le quitará su felicidad, bueno casi nadie.Soledad camino hacia su habitación entró y cerró con llave, quería guardar muy bien la foto de Julia, pues en su mente tenía algo que de seguro Leo se desengañaría de Julia y de eso estaba completamente segura.Solo que busco su bolsa en donde guardaba sus cosas importantes, pero no lo encontraba, saco casi todo lo que había en su closet y no encontró absolutamente nada, en la habitación de Soledad era como si h
Leo escucho como un fuerte golpe se había oído además de dos gritos, uno de ellos desde luego era el de Victoria, lo cual hizo que Leo se pusiera pálido por completo, pues su pequeña estaba pidiendo ayuda y él no había acudido a su ayuda, Leo pensó lo peor y quiso morir, así que empezó a rodar con más fuerza la silla de ruedas, pues temía encontrar el peor escenario.Al llegar vio a Maya tirada en el piso y a Victoria escalones más arriba, quiso pararse y bajar ayudar a Maya quien se quejaba de dolor, la impotencia empezó apoderarse de Leo, pues estaba en una silla de ruedas, así que se sentía como un completo estorbó.—Maya, ¿Estás bien? —dijo Leo acercándose al borde de las escaleras.—Ayúdame Leo —dijo Soledad con su voz entrecortada.Mientras Victoria estaba completamente asustada, pues no supo como se cayó Maya por las escaleras, si ella no la empujo.—¡Emma!, ¡Emma! —gritaba Leo desesperadamente, pues sentía impotencia al no poder hacer absolutamente nada.Emma acababa de hacer
Leo no la estaba pasando para nada bien, tenía la cabeza grande, aunque Maya no fuese mucho de su agrado no quería que nada malo le pasará, sin contar que también estaba preocupado por Victoria, quien estaba sola y asustada por lo que había pasado.—Señor Rossi. —Leo giro su cabeza y vio al médico el cual atendía a Maya.—Dígame doctor, ¿cómo sigue la señorita Salvatierra? —preguntó Leo alzando su vista para mirar al médico.—Sígame señor Rossi. —Los dos fueron directamente al consultorio.—Bueno señor Rossi lamento mucho decirle que su prometida —Leo abrió sus ojos como platos y frunció el ceño. —Sufrió una fractura simple de fémur, la señorita Salvatierra va a estar enyesada por lo menos tres meses.—Doctor la podemos llevar a casa. —Para Leo esto era un verdadero problema, y más ahora qué Maya iba a necesitar una enfermera.—Sí, claro en una hora la puede llevar a su casa, por ahora puede pasar a verla, creeme que lo va a necesitar —dijo el médico mientras estiraba su mano y desped
Victoria subió rápidamente a su habitación y se tiró a la cama y se echó a llorar, le dolía ver cómo por primera vez en su vida su papito no creía en sus palabras, cómo extrañaba los días en que era feliz, cuando su papito caminaba, o cuando su madre todavía vivía, que aunque no solía ser tan buena con ella, al menos disfrutaba cuando estaban los tres juntos.Eran los momentos más hermosos que victoria atesoraba en su corazón y que ya nunca iban a volver, pues ahora sí tía la mujer que nunca la había querido y ahora estaba en su casa su único lugar seguro, que había dejado de serlo en el mismo instante que ella puso un pie en la casa Victoria lloró por más de una hora, sin nadie que la consolara, ni siquiera Leo fue capaz de alentar el corazón de su pequeña, él tenía su propio dolor un dolor que no cesaba y que al contrario se estaba haciendo cada vez más grande.El día pasó rápidamente y Soledad estaba de nuevo en casa, ella al igual que Leo estaba en una silla de ruedas, la dejaron
Soledad pasó la peor noche de su vida, el médico hizo con ella lo que quiso, de miles de maneras, pero eso lo mantendría con la boca callada por unos días pues el médico le exigió que cada cuatro noches la quería tenerla en el apartamento dispuesta para él solo.Hoy Julia se levantaba más animada, el día anterior había tenido su primer ultrasonido el cual le indicaba que iba a ser madre de un varón, lo que hizo que sus ojos se llenarán de lágrimas por no poder compartir la felicidad con el padre de la criatura.Pero aun así estaba feliz, antes de ir a la universidad, iría a ver a Ethan a darle su beso en la frente y así después salir hacia la universidad, así que tomó su suéter y salió de su habitación.Bajo las escaleras pasó al comedor y tomó una manzana la cual se comía todas las mañanas, para después pasar a la sala en dónde dejó un beso en las mejillas de Sofía, quien tejía una hermosa mata azul para el bebé que ya estaba a escasos meses de nacer.—Julia no te vas a ir sin desayu
Julia y Vivían caminaron hacia el campus mientras empezaba su próxima clase, solo que Julia no se podía concentrar en la conversación que sostenía con vivían, los pensamientos de ella estaban en lo que había pasado hace unos minutos con el profesor.Julia no dejaba de sentirse agobiada, además de vigilada, sentía como si la observaban y la verdad estaba en lo cierto, al otro lado del campus Angel vigilaba cada paso que daba.—¡Profesor Braun!, ¿Qué hace usted ahí?, ¿Por qué no vienes con los demás maestros?. —Ángel se giró de inmediato dejando caer los papeles que sostenía en sus manos.—Disculpe profesor, no quería asustarlo —dijo la maestra quien lo miraba bastante extrañada.—Gracias y puede estar tranquila que no me asuste, pero no, no puedo ir a la sala de maestros, me gusta tomar el aire fresco, además mi próxima clase no demora en empezar. —La maestra dejó salir una sonrisa fingida, pues para ella y para muchos maestros era extraño que el nuevo profesor no tratara de acoplars
Las enfermeras entraron rápidamente y detrás de ella Vivían y Julia, todo era alboroto y caos, pues la máquina no dejaba de sonar, y ese fue el momento en que Angel aprovecho para salir sin ser descubierto, o casi descubierto, pues vivían alcanzo a mirar como su profesor de Administracion salía detrás de la puerta.Vivían le hizo señas a Julia a qué la espera, Julia le indico que si, pues a ella lo único que le interesaba era ver cómo estaba su mejor amigo.Vivían salió rápidamente de la habitación, miro havi todos lado y vio como una sombra desaparecía al terminar el pasillo, la cual decidió seguir, ella estaba más que segura que era su profesor, pero debía estar el ciento por ciento, de lo contrario Julia no le creería lo que estaba pasando.Angel vio que la silueta d luna mujer lo venía siguiendo, así que decidió camina rápidamente hacia el sótano, ahí podría esconderse y ver quién lo seguía.Vivían camino hasta llegar al sótano, en dónde vio que el hombre el cual seguía se hacía d
Ángel quiso arrollarla y quitarla de su camino, solo que justo cuando pensaba hacerlo freno en seco justo en los pies de Vivían, quien para ese entonces su alma ya había abandonado el cuerpoÁngel bajo del auto cerrado la puerta fuertemente, para caminar hacia donde estaba Vivían completamente inmovilizada, la miro a los ojos para después tomar el mentón de ella.—Metete al auto, o te juro que no respondo, ¡Ya! —grito Ángel, caminando hacia el auto y tras él Vivían, quien temblaba de miedo.Nunca había sentido tanto miedo, sus piernas temblaban, sus manos sudaban y su corazón palpitaba a mil, a tal punto que muy pronto se saldría de su pecho.Vivían subió al auto de Ángel, justo al frente de él, el cual se giró de inmediato.—No voy hacerte daño creme, pero te advierto que si llegas abrir la boca, no me va temblar la mano para destrozarte. —Ángel trato de suavizar su voz, pero por dentro estaba que le caía encima a Vivían quien estaba pálida.—Sí, siii, yo no pienso abrir mi boca te l