Julia estaba más impaciente que nunca sentía que su corazón iba a salir de su cuerpo cada vez que veía a Leo, al mismo tiempo que solo quería destruirlo, Julia no se podía permitir que su corazón siguiera traicionándola de esta forma lo mejor sería ocuparse en el trabajo, cómo siempre decía los "problemas del alma los negocios lo solucionan" y por ello hoy quiso levantarse más temprano ir a la habitación de sus pequeños darle su beso, hoy no había razón para levantarlos temprano, era sábado y ella solo quería distraer su mente.Así que mejor opción que ir a la empresa que muy pronto volvería a sus manos, de eso estaba más que segura, se puso una falda de tubo la acompañada de una blusa que resaltaba su pecho, sus tacones de punta y salió de su habitación.Era demasiado temprano, no había nadie despierto así que prefería salir sin hacer mayor ruido.En la casa de Leo Rossi no era nada distinto a lo que estaba viviendo Leo, no había podido dormir, su cabeza su pecho y corazón estaban co
Julia no quería sentir más, así que retiro rápidamente la mano de la mano de Leo, quien alzó la mirada totalmente agobiado, su corazón quería saber, y le dolía el alma a ver qué Julia lo odiaba tanto, pero que más da, el mismo se lo había ganado a pulso el odio de Julia.—¡Julia! —dijo Leo en un hilo de voz.Julia alzó su mirada con desprecio era obvio que Leo no la iba a dejar tranquila, así que era mejor marcharse, si él no se iba a ir, pues la que se iría era ella.—En vista que usted no quiere irse de mi oficina, tendré que hacerlo yo —vociferó Julia, se puso de pie, tomó su bolsa y empiezo a caminar hacia la salida.Solo que Leo, no se iba a quedar, no, así tuviera que ir detrás de ella y acorralar hasta que ella le dijera la verdad, lo haría, así que así lo hizo.Tan pronto vio que Julia salió de la oficina él siguió detrás de ella.Julia giro al sentir que Leo venía detrás de ella, «Acaso no me piensa dejar en paz» pensó Julia, sus pasos se volvieron mucho más rápido, hasta lle
Leo miraba con angustia a Julia, quien al ver la forma que Leo la observaba con preocupación quiso colocarse de inmediato de pie, no quería que él la mirara derrotada.Puso sus manos sobre las paredes del elevador y trato de mantenerse de pie, pero sus intentos fueron en vano, su miedo a la oscuridad era tanto que un fuerte mareo vino a su cabeza, quiso sostenerse, solo que no pudo y cayó, Afortunadamente Leo corrió rápidamente su silla logrando recibir a Julia en sus brazos.—¡Julia!, ¡Julia! —Leo movía la cabeza de la pobre Julia quien acababa de caer desmayada.Julia abrió sus ojos con dificultad, estaba mareada, solo que al mirar encima de quien estaba su mareo se fue de inmediato, su corazón quiso salirse de su pecho.En el otro lado de la puerta estaba Soledad a punto de estallar de la ira si los hombres que estaban abriendo la puerta no lo hacían rápido.—Acaso no pueden agilizar, adentro está mi prometido —chillo Soledad.—Señorita tenga paciencia, no es tan fácil —respondió u
Durante todo el camino a casa Julia no tuvo la mente tranquila, al contrario, era un ocho, aún recordaba la mirada de Leo sobre ella, negó repetidas veces, claramente no quería seguir pensando en ella, así que mejor respiraba profundo y pondría su mejor cara, la idea era pasar niños la mejor tarde.Julia llegó a casa y lo primero que hizo fue ir a dónde Victoria y Alex quien jugaban en el enorme jardín que había en su mansión, camino sonriente a dónde estaban.—Mamita —gritaron los dos al unísono.—Hola mis amores, listos para una tarde de películas —comentó Julia, mientras tomaba a Alex en sus brazos, y a Victoria la tomaba de una mano.—Hija, que bueno que llegaste, Victoria estaba desesperada porque hoy no estabas en casa —le dijo Sofía tan pronto sintió la casa llena de risas.Sofía, Julia y desde luego los niños pasaron una excelente tarde, haciendo que todo, lo que Julia vivió en las empresas Lennox se olvidará, pero ya era de volver a casa, sin contar que Alex se había dormido
Vivían caminaba detrás de Julia observando a Ángel, era obvio que no le gustaba para nada ver que su amiga estuviera en peligro.—Hola hermosa —dijo Ángel caminando hacia Julia y darle la mano.Todos se sentaron, mientras Margarita traía un café, pero ni vivían y mucho menos Ethan podían contener las ganas de sacar a Ángel de ahí.—Ángel todavía no me has respondido lo que te pregunté —pregunto Sofía, mientras Ángel maldecía por dentro.Su pecho empezó a tornarse intranquilo, Ángel lo único que le interesaba era que nadie lo interrumpa cuando el estuviese cerca de Julia.—No entiendo señora Sofía —respondió Ángel.—Ya madre, no lo atosigues con preguntas. —Julia sintió la incomodidad de Ángel y quiso ayudarlo ante el inminente bombardeo de preguntas.—Si profesor, respóndele a Sofía, ¿Por qué dejaste todo si te devolviste a este país? —Ángel alzó la mirada y fulminó a Vivian con la mirada.—Además, si Julia no te había dicho en donde vivían, ¿Por qué llegaste justo a esta casa?, ¿Acas
Sofía quiso gritar, pero su corazón empezó a sentir una fuerte punzada, que la hizo que llevará su mano al pecho.—¡Julia!, Mi niña —gritó Sofía con sus últimas fuerzas.Ángel al escuchar el grito de Sofía soltó Vivían, para después salir corriendo hacia la entrada de la cocina en dónde estaba Sofía tirada en el piso.—Sofía, Sofía —grito mientras vivían, llegando a dónde estaba Sofía.—¡Mamita!, ¿Vivían qué sucedió? —preguntó Julia llegando a dónde Vivían trataba de mover a Sofía.—No lo sé amiga, escuché el grito y vine —despidió Vivían.Ángel se agachó y tomó en sus brazos, se puso de pie y la llevó al sofá.Ethan se acercó al sofá tan pronto Ángel puso a Sofía en el sofá, agarró su muñeca y tomó su pulso.—Julia llama rápido una ambulancia, mi tía está débil —le dijo Ethan y Julia asintió.La ambulancia no demoró mucho en llegar afortunadamente, Julia se fue en la ambulancia junto con Sofía, mientras Ethan y Ángel en un auto atrás, mientras Vivían y Margarita se quedaron con los n
Ángel observaba con atención a Julia y a Leo, quien no dejó de maldecir por qué Julia estaba con Leo, pero su corazón volvió a respirar tranquilamente al ver que Leo se fue y lo mejor, no le dijo absolutamente nada a Julia, claramente Ángel llevaba la batalla ganada, pero faltaba mucho para la ganar la guerra.Ángel se giró al ver que Leo se fue y era el momento preciso para ir por un ramo de rosas, ganar más puntos con Julia y desde luego ganarse de una vez por todas a Sofía.Pero Julia no había quedado tranquila, así que decidió ir detrás de Leo, quería ver que estuviera bien, así que después de ver cómo se marchaba, empezó a caminar hasta que lo vio detenerse más adelante.Leo Rossi sentía que su paciencia había llegado a su fin y más al ser humillado de tal forma.—¡Todo por estar en esta maldita silla de ruedas! —vociferó Leo, mientras golpeaba sus piernas.Julia sintió una punzada en su pecho, pues verlo frustrado, no le gustaba para nada.—Leo, ¿Necesitas ayuda? —preguntó Julia
Ethan como todo un caballero acompañó a Julia al auto, en dónde dejó un beso en la mejilla de la joven, Julia sonrió en verdad Ethan alegraba sus días.Ángel miró de cerca la escena, la cual le hizo tomar una determinación, era la única solución que podía tomar y estaba seguro que Julia no se iba a negar.Julia no demoró mucho en llegar a la gran mansión, en dónde lo primero que hizo al bajar del auto fue tomar el ramo de rosas que Ángel le había dado.Sus pasos eran firmes y llenos de cansancio, pero antes de ir a descansar un poco primero iría con sus pequeños, quien después de buscarlos por toda la casa, los encontró en el enorme jardín que daba a un hermoso lado jugando con Vivían.Julia abrió sus ojos, al ver aquella escena tan bonita, mientras Victoria se columpiaba, Alex jugaba a la pelota. Julia no dejó de sentirse vulnerable, ellos eran su polo tierra, su motor y sus ganas de salir adelante, lo cual nunca imaginaría la vida sin ellos.—Mamita —dijo Alex con su pequeña voz dej