Horas después, Salvador llegó a la granja, subió corriendo al segundo piso. Con mucho cuidado y cautela, logró desarmarlo. Este, sorprendido al verlo allí, lo miró con desdén y, lleno de rabia y desesperación, comenzó a recriminarle.—¿Tú también sabías del engaño? —gritó Lucas, y su voz tembló de furia. — ¿Por qué no me lo dijiste? ¡Eras mi amigo!Salvador, manteniendo la calma, respondió con firmeza:—No lo sabía todo, Lucas. Pero lo que sí sé es que esto no es el camino. No puedes dejar que la ira te consuma. Hay otras formas de afrontar la traición.Lucas, con la mirada fija en Salvador, sintió cómo la confusión y la rabia luchaban dentro de él. Sin embargo, seguía mirando a Elijah con ira y le volvió a propinar otro puñetazo en la cara. Esta vez, Elijah escupió sangre.—¡No, Lucas! —gritó Salvador con la voz llena de emoción. —¡Estoy aquí porque te quiero y no quiero que te metas en problemas! ¡No puedes dejar que la ira te controle! ¡Suelta a Elijah, por favor!Lucas, con la mir
Lucas, con un poco más de calma, comienza a sacar conclusiones sobre cómo llegó el correo electrónico a su ordenador y quién pudo haberlo enviado sin conocer su identidad. Llama rápidamente al jefe de tecnología para que averigüe la dirección IP de donde salió el correo misterioso que confirmó la traición de Elijah y Zoé.Lucas, en voz baja y tensa, le dice:—Camilo, necesito que me ayudes con algo. He recibido un correo electrónico anónimo que revela algo muy importante. No sé cómo llegó a mi ordenador, pero necesito que averigües la dirección IP del remitente. Hazlo con la máxima discreción, por favor.—Claro, jefe. Lo entiendo. Deme un momento y lo llamo para darle los detalles.Minutos más tarde, el jefe de tecnología llama a Lucas.—Jefe, he encontrado la dirección IP del remitente del correo electrónico. Parece que proviene de un ordenador de la Universidad de Los Ángeles.—¿De verdad? ¿Puedes decirme de qué ordenador se trata?—La dirección IP coincide con la computadora del ár
Al caer la noche, desde el silencio de su alcoba, Zoé notó algo raro en Elijah y, de inmediato, le preguntó:—¿Estás bien, Elijah? Te veo un poco distante.Elijah la miró, sorprendido por su preocupación, y respondió:—Sí, solo estoy pensando en algunas cosas. No te preocupes.Zoé frunció el ceño, sin convencerse del todo.—No me engañes. Sabes que puedes hablar conmigo.Elijah la miró con mucha seriedad y, tras un momento de silencio, decidió romper el hielo.—Zoé, escuché lo que hablabas con tu madre —dijo con voz grave y tensa. —Ella mencionó que yo no soy lo suficientemente bueno para darte una vida de lujos.Zoé se quedó boquiabierta y con los ojos como platos.—¿Qué? No debiste haber escuchado eso. Mi madre a veces habla sin pensar.Elijah suspiró, sintiendo el peso de sus palabras.—No quiero que pienses que me importa el dinero o los lujos. Solo quiero que sepas que estoy aquí por ti, no por lo que puedo ofrecerte.Zoé se acercó a él, buscando su mirada.—Elijah, lo que import
Los días pasaban más rápido de lo que Lucas hubiera querido. Se mantuvo firme en su postura y desheredó a Elijah de su fortuna. Sin embargo, el joven aún contaba con la herencia de su madre fallecida. Elijah, que nunca había sentido apego por lo material, poco le importaba reclamar esa fortuna junto a su hermana Linda.Por otra parte, Linda hablaba muy seriamente con su tía Emma sobre la situación.—No puedo creer lo que Zoé y Elijah le hicieron a nuestra familia; mantuvieron su relación en secreto y hasta tuvieron un hijo—decía Linda con voz tensa. —Eso fue un error y han llegado demasiado lejos. Pero Elijah es mi hermano y no me parece justo que siga viviendo una vida sin las comodidades que siempre tuvo por ser el hijo de un poderoso magnate.Emma la miró con preocupación:—Entiendo tu frustración, Linda, pero ¿realmente crees que forzar a Elijah a reclamar lo que le corresponde solucionará algo? La vida no siempre se trata de dinero.—Tal vez no, tía —respondió Linda. —Pero él mer
Juzgado de familia de Portland. Lucas llegó antes de lo acordado. Al instante, hizo contacto visual con Zoé, quien llegaba acompañada de Emily. Lucas se acercó a ellas y las saludó con cortesía, algo que sorprendió a Zoé, ya que había imaginado una reacción muy diferente tras lo sucedido meses atrás en la granja.—Hola, Zoé. Emily —dijo Lucas, con una sonrisa que no lograba ocultar la tensión en el aire.—Hola, Lucas —respondió Zoé, sintiendo cómo el nudo en su estómago se hacía más fuerte.—No esperaba verte tan pronto —añadió Emily, intentando romper el hielo.—Sí, pensé que sería mejor llegar antes —dijo Lucas, mirando a Zoé con una mezcla de nerviosismo y determinación.Zoé se sintió atrapada entre el deseo de hablar y el miedo a lo que pudiera suceder.—¿Te gustaría ir a ese café de la esquina? —preguntó Lucas, rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos.—Claro, suena bien —respondió Zoé, tratando de sonar más tranquila de lo que se sentía.Mientras caminaban, Luc
Al llegar a casa, Zoé vio a Elijah de pie en la ventana, mirando al vacío. Se acercó con cautela, temiendo su reacción. Elijah se giró y, al percatarse de su presencia, la miró con una expresión dura y fría. De inmediato, comenzaron sus reclamos.—¿Qué estaba pasando, Zoé? —preguntó Elijah, su voz cargada de reproche. —Te vi besando a mi padre en la salida del juzgado. ¿Cómo pudiste hacerme esto?Zoé tragó saliva, sintiendo el peso de su mirada.—Elijah, no fue lo que parece. No quise que sucediera, fue un momento confuso —respondió, tratando de mantener la calma.—¿Confuso? —replicó Elijah, cruzando los brazos— ¿Cómo puedes justificar eso? ¿No piensas en cómo me hace sentir?—Lo sé, y lo siento mucho. Necesito explicarte lo que pasó —dijo Zoé, acercándose un poco más. —Por favor, escúchame. Todo fue un malentendido.—¿Un malentendido? —replicó Elijah, su voz cargada de incredulidad. — ¿Besar a mi padre es un malentendido? ¿No te das cuenta de lo que eso significa?—Elijah, por favor,
Al día siguiente, Elijah seguía apenado por su situación con Zoé. Después de hablar con el padre Tomás por teléfono, se sentía un poco más tranquilo y reflexionaba que quizás había sido demasiado duro con Zoé. Mientras su mente navegaba entre las corrientes de sus pensamientos, al salir del edificio donde trabajaba para ir a almorzar, se topó con Solange y se sorprendió al verla frente a él.—¡Solange! —exclamó Elijah, con una mezcla de sorpresa y alivio. —No esperaba verte aquí.—Hola, Elijah —respondió ella con una sonrisa. —Vine a hacer unas gestiones y decidí pasar por aquí. ¿Cómo has estado?—He estado... lidiando con algunas cosas. La situación con Zoé me preocupa mucho —admitió Elijah, sintiendo que necesitaba compartir su carga.—Lo entiendo. A veces, las cosas se complican más de lo que imaginamos. ¿Quieres hablar de ello? —preguntó Solange, mostrando interés genuino.—Sí, creo que necesito desahogarme un poco. —Elijah suspiró. —Me siento culpable por cómo han ido las cosas e
Elijah llegó a casa con un hermoso ramo de flores rojas, listo para hacer una propuesta romántica a Zoé. En su otra mano, llevaba un anillo de compromiso que brillaba con la promesa de un futuro juntos. Sin embargo, al entrar, se encontró con Zoé, que estaba triste, mirando al pequeño Joshua en su cunita, quien dormía como un angelito. Elijah le hizo una señal cautelosa, tratando de evitar que el bebé se despertara.—Zoé, ven aquí —susurró Elijah, con una mezcla de emoción y nerviosismo en su voz. —Tengo algo especial que mostrarte.Zoé, aún afligida, se acercó a él sin saber que las dudas que había tenido Elijah se habían aclarado.—¿Qué es? —preguntó Zoé, con una leve curiosidad en su mirada.Elijah sonrió, su corazón latiendo con fuerza.—Quiero que sepas cuánto te amo y lo importante que eres para mí—Se arrodilló, sacando el anillo de su bolsillo y preguntó: — ¿Te casarías conmigo?Zoé, sorprendida, miró el anillo y luego a Elijah, sintiendo una mezcla de alegría y confusión.—Eli