Juzgado de familia de Portland. Lucas llegó antes de lo acordado. Al instante, hizo contacto visual con Zoé, quien llegaba acompañada de Emily. Lucas se acercó a ellas y las saludó con cortesía, algo que sorprendió a Zoé, ya que había imaginado una reacción muy diferente tras lo sucedido meses atrás en la granja.—Hola, Zoé. Emily —dijo Lucas, con una sonrisa que no lograba ocultar la tensión en el aire.—Hola, Lucas —respondió Zoé, sintiendo cómo el nudo en su estómago se hacía más fuerte.—No esperaba verte tan pronto —añadió Emily, intentando romper el hielo.—Sí, pensé que sería mejor llegar antes —dijo Lucas, mirando a Zoé con una mezcla de nerviosismo y determinación.Zoé se sintió atrapada entre el deseo de hablar y el miedo a lo que pudiera suceder.—¿Te gustaría ir a ese café de la esquina? —preguntó Lucas, rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos.—Claro, suena bien —respondió Zoé, tratando de sonar más tranquila de lo que se sentía.Mientras caminaban, Luc
Al llegar a casa, Zoé vio a Elijah de pie en la ventana, mirando al vacío. Se acercó con cautela, temiendo su reacción. Elijah se giró y, al percatarse de su presencia, la miró con una expresión dura y fría. De inmediato, comenzaron sus reclamos.—¿Qué estaba pasando, Zoé? —preguntó Elijah, su voz cargada de reproche. —Te vi besando a mi padre en la salida del juzgado. ¿Cómo pudiste hacerme esto?Zoé tragó saliva, sintiendo el peso de su mirada.—Elijah, no fue lo que parece. No quise que sucediera, fue un momento confuso —respondió, tratando de mantener la calma.—¿Confuso? —replicó Elijah, cruzando los brazos— ¿Cómo puedes justificar eso? ¿No piensas en cómo me hace sentir?—Lo sé, y lo siento mucho. Necesito explicarte lo que pasó —dijo Zoé, acercándose un poco más. —Por favor, escúchame. Todo fue un malentendido.—¿Un malentendido? —replicó Elijah, su voz cargada de incredulidad. — ¿Besar a mi padre es un malentendido? ¿No te das cuenta de lo que eso significa?—Elijah, por favor,
Al día siguiente, Elijah seguía apenado por su situación con Zoé. Después de hablar con el padre Tomás por teléfono, se sentía un poco más tranquilo y reflexionaba que quizás había sido demasiado duro con Zoé. Mientras su mente navegaba entre las corrientes de sus pensamientos, al salir del edificio donde trabajaba para ir a almorzar, se topó con Solange y se sorprendió al verla frente a él.—¡Solange! —exclamó Elijah, con una mezcla de sorpresa y alivio. —No esperaba verte aquí.—Hola, Elijah —respondió ella con una sonrisa. —Vine a hacer unas gestiones y decidí pasar por aquí. ¿Cómo has estado?—He estado... lidiando con algunas cosas. La situación con Zoé me preocupa mucho —admitió Elijah, sintiendo que necesitaba compartir su carga.—Lo entiendo. A veces, las cosas se complican más de lo que imaginamos. ¿Quieres hablar de ello? —preguntó Solange, mostrando interés genuino.—Sí, creo que necesito desahogarme un poco. —Elijah suspiró. —Me siento culpable por cómo han ido las cosas e
Elijah llegó a casa con un hermoso ramo de flores rojas, listo para hacer una propuesta romántica a Zoé. En su otra mano, llevaba un anillo de compromiso que brillaba con la promesa de un futuro juntos. Sin embargo, al entrar, se encontró con Zoé, que estaba triste, mirando al pequeño Joshua en su cunita, quien dormía como un angelito. Elijah le hizo una señal cautelosa, tratando de evitar que el bebé se despertara.—Zoé, ven aquí —susurró Elijah, con una mezcla de emoción y nerviosismo en su voz. —Tengo algo especial que mostrarte.Zoé, aún afligida, se acercó a él sin saber que las dudas que había tenido Elijah se habían aclarado.—¿Qué es? —preguntó Zoé, con una leve curiosidad en su mirada.Elijah sonrió, su corazón latiendo con fuerza.—Quiero que sepas cuánto te amo y lo importante que eres para mí—Se arrodilló, sacando el anillo de su bolsillo y preguntó: — ¿Te casarías conmigo?Zoé, sorprendida, miró el anillo y luego a Elijah, sintiendo una mezcla de alegría y confusión.—Eli
Zoé se encontraba en casa de su amiga Emily con el bebé en brazos. Con una sonrisa radiante, le contaba la maravillosa sorpresa que Elijah le había dado la noche anterior, cuando le propuso matrimonio con un anillo en la mano.—¡No puedo creer que finalmente haya sucedido! —exclamó Zoé, con los ojos brillantes de emoción. —Elijah se arrodilló y me pidió que pasara el resto de mi vida con él.—¡Es increíble, Zoé! —respondió Emily, sonriendo ampliamente. — ¿Qué dijiste?—¡Por supuesto que dije que sí! —dijo Zoé, riendo. —Fue un momento tan mágico. Nunca lo olvidaré.—Me alegra tanto por ti. ¿Ya tienes planes para la boda? —preguntó Emily, mientras acariciaba al bebé.—Aún no, pero estoy emocionada de empezar a planearla. Quiero que sea algo especial, algo que refleje nuestra historia.—¡Va a ser maravilloso! —dijo Emily, abrazando a Zoé. —Estoy aquí para ayudarte en todo lo que necesites.Ambas se miraron emocionadas, sintiendo que, por fin, la vida le sonreía a Zoé después de todo lo q
Grace llegó al modesto apartamento de Zoé con una actitud de superioridad que no podía ocultar. Al entrar, sus ojos recorrieron el espacio con desdén, como si cada rincón le recordara que su hija no estaba viviendo a la altura de sus expectativas.—No puedo creer que esto sea lo que has elegido, Zoé —dijo Grace, cruzando los brazos y levantando una ceja. — ¿No te gustaría algo más… acogedor? Este lugar parece más una habitación de estudiante que un hogar.Zoé, sintiendo la presión de la crítica, intentó mantener la calma.—Mamá, es un apartamento pequeño, pero es mío y estoy feliz aquí.Grace soltó un suspiro, como si la felicidad de su hija no fuera suficiente.—Pero, querida, ¿no te gustaría vivir en un lugar que reflejara tu verdadero potencial? Este sitio no hace justicia a quien eres.En ese momento, Elijah salió de la habitación y notó la tensión en el aire.—Hola, Grace. ¿Cómo estás? —saludó con una sonrisa, tratando de aliviar la situación.—Elijah, querido —respondió Grace, c
Elijah y Zoé están experimentando una inmensa felicidad tras recibir la inesperada noticia de su embarazo. Este acontecimiento no solo les llena de alegría, sino que también les brinda la oportunidad de que sus hijos crezcan juntos, prácticamente sin diferencia de edad, lo que fortalecerá su vínculo fraternal desde el principio. Además, Elijah ha sido reconocido por su dedicación y compromiso en el trabajo, lo que le ha valido un ascenso en la empresa. Este avance profesional no solo supone un aumento significativo de su salario, sino que también promete mejorar notablemente su calidad de vida. Con estos cambios, la pareja se siente optimista y emocionada por el futuro, ya que están construyendo un hogar lleno de amor y estabilidad para su creciente familia.Elijah mira el teléfono, su corazón late más rápido al ver el nombre de su hermana en la pantalla. Con un suspiro profundo, decide contestar.—Hola, Linda. ¿Cómo estás?—Hola, Elijah. No esperaba que contestaras.—Sí, bueno... no e
Portland.Era el fin de semana y el día del esperado encuentro entre Elijah y su hermana Linda. Después de todo lo que había sucedido, ambos estaban llenos de emoción por verse por primera vez. Siempre se habían tenido un cariño profundo y se querían más que a nada en el mundo.—¡Linda! —exclamó Elijah, corriendo hacia ella con una sonrisa radiante.—¡Elijah! —respondió Linda, abrazándolo con fuerza. —No puedo creer que finalmente estemos juntos de nuevo.—He estado contando los días —dijo él, separándose un poco para mirarla a los ojos. —Te he extrañado tanto.—Yo también te he extrañado —confesó Linda, con una sonrisa que iluminaba su rostro. —No importa lo que haya pasado, siempre seremos hermanos.—Exactamente —asintió Elijah, sintiendo que la conexión entre ellos era más fuerte que nunca. —Estamos juntos en esto, y siempre lo estaremos.—Elijah, ven conmigo, te tengo una sorpresa.—Linda, ¿qué sorpresa es esta? —preguntó Elijah, con una mezcla de curiosidad y emoción en su voz.—