Kenia
Mi cuerpo se siente extraño, puedo recordar todo por lo que pase; pero no siento nada. Entonces deduzco que he muerto. Siento correr mis lágrimas, no pude disfrutar de mis hombres. Todo acabo tan rápido. Aun cuando no siento nada, mi cuerpo se niega a moverse. Lloro desconsoladamente, no los quiero dejar.
— ¿Nena? ¿qué sucede? −escucho a Ryan a los lejos −shhhh, calma pequeña. Todo va a estar bien te lo prometo.
Entonces todo se escucha lejos, todo se vuelve negro y en silencio.
Abro los ojos, la luz me hiere. Estoy en una habitación, a mi lado las cortinas se mueven con fuerza, el viento refresca el ambiente. Respiro profundamente, veo todo a mí alrededor con más detalle, entonces lo encuentro al fondo de la habitación durmiendo desparramado en un pequeño mueble. ¡Dios, le dará torticolis!
RyanLogro escuchar cada gemido, cada suplica. Son puñaladas para mi corazón. ¿Qué más podía hacer? Era la única forma de que ella viviera. Si debía hacerlo así, pues que así sea. No me arrepiento, la amo mucho como para dejar que muera. No resisto más escucharlo y me encierro en mi despacho.Lo único que he hecho es beber, no sé qué más hacer. Me siento como un animal enjaulado, solo quiero salir y correr. No quiero enfrentarme a ella, cuando baje feliz y enamorada. No quiero escuchar cómo se despide de mí. Siento el frio de mis lágrimas. ¿Por qué tenía que conocerla?¿Cómo viviré sin ella? ¡Santa Luna! Necesito estar con ella.—Alfa, tengo la información que solicito −dice Michell, mientras entra en mi despacho. En lo que ve en el estado
RyanLe miro descansar entre mis brazos, su cuerpo es perfecto. Sin duda ella será una excelente Luna. Mi marca de posesión me hace excitarme, la pobre ha tenido un día duro. Debo hablar con Bruce. Ambos debemos cuidarla, después de todo es solo una humana. Respiro su aroma que ahora posee, mi olor y el de Bruce. La combinación genera en mis sentimientos profundos de amor. Decido llevarla a mi habitación para que descanse. La levanta y se enrolla en mí como una pequeña niña.Camino a mi habitación, huelo su olor antes de ver su cara de soberbia. Me mira y sonríe con satisfacción.—Es hermosa cuando duerme −dice, continuo mi camino hacia la habitación, sabiendo que él me seguirá.—Sí, lo es −digo mientras la coloco en el colchón, le escucho gemir. Eso me activa, volteo y le ve
KeniaAdmiro el perfecto cuerpo de Ryan. Mi cuerpo se prepara para otra batalla, no imagine que podría ser ninfómana. A este paso moriré, por sexo. Bruce me quita la sabana que cubre mi cuerpo, me observa con malicia. Pasa su lengua por sus labios, saborea lo que sea que tenga preparado para mí.Observa a Ryan solo unos segundos, al parecer logran comunicarse solo con las miradas. Bruce me toma de las piernas y me arrastra al borde de la cama. Grito mientras lo hace. Abre mis piernas, mira mi centro, este ya está húmedo a la espera de más. ¿Cómo puede ser posible? He tenido sexo ya dos veces hoy.Estoy necesitada de sus manos, al parecer logran entender mi necesidad. Ryan besa mis labios, mientras estoy disfrutando de nuestro beso. Los labios de Bruce me besan mis labios vaginales. ¡Esto es el Cielo!Ambos comienzan a besar cada parte de mi cuerpo,
LaurenEl olor fétido de la humedad, inunda mis fosas nasales, las paredes llenas de moho, la falta de luz natural, todo lo que últimamente me rodea es tan deprimente. Mi cabeza duele, llevo días oculta. La he jodido bien, ahora no solo tengo en contra a Ryan, sino a la manada y al muerto, alias vampiro. Cada ser sobrenatural me estaba buscando, sé que si me encuentran no llegaré viva al consejo.Estoy sola, abandonada, sin dinero. Me he tenido que ocultar en las cloacas de la ciudad, el olor oculta el mío. Tengo en mente un nuevo plan, no estoy vencida aún. Quizás no fuera lo más acertado; empero era mi última carta, antes de morir. Porque estoy muy segura que moriré.En los últimos días he tenido que soportar humillaciones para poder comer, dependo de un humano, que me alimenta. Él me ayuda a mantenerme en movimiento cuando sospecha que p
DeclanDespierto, siento su ausencia. Sin mirar puedo saber con certeza que no está a mi lado. Debo aceptar que cuando me deje llevar por la rabia, no pensé que me sentiría así por ella. Jamás había estado con una mujer tan enigmática. Ella es tan grosera y arrogante, se comporta como la reina del hielo. Cuando la tome, cuando la probé, supe que jamás nada se igualaría a su sabor. ¿Cómo es eso posible? ¿Será esto lo que llaman amor?Le busco a mí alrededor, no está en la habitación. ¿Habrá huido de mí? Me coloco un pantalón, necesito saber si me abandono. Cuando llego a la sala, la vislumbro sobre la colina, desde aquí observo sus temblores. ¡Dios está llorando! ¿Le abre hecho daño acaso? Quizás en mi emoción no
KeniaAbro los ojos, la luz en el cuarto me pega en las retinas. Tengo irritados los ojos de tanto llorar. Mi cuerpo está agotado, estos días has sido extenuantes emocionalmente. Toco la cama buscando su presencia. Para encontrarme sola en ella. Cada día desde lo de mis padres, me tratan como si fuese cristal, me duele su distancia. Empero, no sé cómo actuar ante esta situación, los amo, quiero estar con ello; pero ¿a costa de mi familia?Observo la habitación buscando algún rastro de Ryan o Bruce. El desaliento se apodera de mí, necesito sentir su amor. Necesito saber que no me equivoco al estar con ellos. Desde hace días las dudas se han apoderado de mí. En algunos momentos deseo salir corriendo con mis padres, decirles que no seguiré este camino, que me amen de nuevo. Por otros, imágenes de mi secuestro l
Nuestras respiraciones poco a poco se normalizan, amo escuchar su corazón irse calmando, poco a poco. Mis manos recorren su pecho, es como tocar una colcha peluda. Me siento tan segura y protegida en sus brazos. Sin embargo, algo me inquieta e incómoda, extraño a mi otro mate. —¿Dónde está, Bruce? –pregunto mientras levanto mi cabeza de su pecho y le miro a los ojos. —Está de viaje, pequeña. Tenía que arreglar algunas cosas de su negocio. Me angustio, por mi egoísmo he dejado a mi pareja sin su alimento. Y ahora salió de viaje, debe estar débil, me siento mal y terriblemente culpable si algo le pasara. Mi corazón se estremece, mi respiración se acelera, sin poder controlarme me retuerzo entre los brazos de Ryan. —Calma, no va solo. Mi Beta ha mandado un grupo de Deltas para su protección −dice mientras me abraza, dando alivio a mi alma. —No se… ha… alimentado. Debe estar débil – le miro mientras algunas lágrimas escapan de mis ojos. Co
RyanEstoy agotado, estos últimos días han sido duros. Tener a mi compañero en la puerta de la muerte. Saber que soy el causante de su debilidad, me aflige. Pensándolo bien, ahora entiendo mi necesidad de protegerlo. Los nervios que me dan cada vez que sale fuera de la manada. Decido tomar una ducha, en mi baño privado de la oficina. Pues mi cuarto esta congestionado de personas entrando y saliendo. Abro la ducha, me decido por tomar una ducha caliente. Necesito reposar mis músculos, necesito relajarme. Lo ideal sería una buena sesión de hidromasaje en mi jacuzzi. Sin embargo, me tocara conformarme con esto.Una vez que verifico que la temperatura del agua está a mi gusto, entro en la ducha. Me recuesto en la pared, mientras dejo que el agua caiga desde mi cuello y corra libre por toda mi columna. Cierro los ojos, necesito analizar como mi vi