Un día después del incómodo momento en que Janet fue chantajeada por el señor de la casa, estaba muy triste y quería irse, pero no tenía dinero para huir de ese lugar y comenzar desde cero. Agobiada por esta situación y por los problemas, se dirigió a la oficina de él para negociar los términos de esa relación. Sin embargo, en su camino vio a Armando, que estaba por ahí, como si la estuviera esperando.Solo pasó por su lado, y él le metió algo en la blusa que llevaba. Algo confundida, lo miró, y por miedo a que alguien los viera, decidió no llamarlo ni nada, solo trató de leer lo que decía el papel. Al desenvolverlo, vio que tenía un mensaje:*(Ven a la madrugada a mi habitación)*Ella trató de ignorar la invitación; no quería más problemas para ninguno de los dos. Guardó el papel de nuevo y siguió su camino hasta la oficina del señor de la casa, pero la curiosidad la carcomía, por más que se negaba a hacerle caso. Deseaba saber qué le iba a decir su amado.[...]En la oficina, aquel
Había pasado una semana desde las conversaciones entre el señor de la casa y sus hijos. Él ya se había ido a un pueblo con Víctor.Antes de que amaneciera, Armando ya estaba levantado y listo para ir a otro pueblo a casarse. Tenía que regresar a su casa antes de que terminara el día para que nadie sospechara. Había dejado el coche que había prestado a dos cuadras de allí.Había planeado todo meticulosamente, sin embargo, Janet aún no se había despertado, así que trató de hacer que se levantara. Se dirigió a la habitación que el señor de la casa le había asignado, ya que no sería más una empleada. Sabía que todos en la casa estaban ocupados y que no había nadie cerca en ese momento, así que fue por ella. Abrió la puerta y entró.—Janet, nos tenemos que ir.—Me siento un poco mal...—Tienes que sacar fuerzas para levantarte. Nos vamos.La besó dos veces en la boca, hasta que ella abrió los ojos. Él la abrazó y le habló.—Nos vamos a una notaría. Ya cuadré todo, solo falta nuestra firma
Una semana después, Harold ya había llegado a la casa y la persona encargada de cuidarlo fue María, ya que la llegada de las nuevas empleadas ayudaba a equilibrar la carga de la casa. Aunque ella no quería hacerlo. Llevaba varios días así. Siempre estaba en el segundo piso de la casa y desde allí vio cómo llegó Janet.Sintió una rabia, su cara se deformó y mostró su odio. Fue tanto que asustó al pobre chico que estaba a su lado."¿Qué pasa, María? ¿Esa mirada de odio? ¿Hice algo que te molestó?""No, es solo que vi a la futura esposa de tu hermano.""Ah... ella... Bueno, hay que acostumbrarse. Antes pensé que ella y Armando tenían algo.""¿Por qué?""Cuando mi papá castigaba a Armando, ella siempre estaba ayudándolo a curar sus heridas y se pasaban la tarde juntos. Siempre creí que tenían algo."María, al escuchar eso, dio por perdida la venganza. Pero al escuchar eso, se le ocurrió que tal vez algo podría pasar entre ellos dos. Así que, sigilosamente, intentó salir de allí. Sin embar
Por los pasillos de la casa, Damián le daba un último recorrido mientras se llevaba al esposo de su sobrina, a quien había criado como a su propia hija. Debido a la guerra con otras manadas, perdió a sus dos hijos mayores, y ante la falta de descendientes, decidió buscar a alguien de su familia para continuar su legado. No quería tener más hijos, sentía que ya había sufrido bastante y sabía que en cualquier momento podría morir. Para él, era más fácil instruir a un joven adulto que empezar de nuevo con un niño y enseñarle paso a paso.Mientras caminaba, vio a una mujer que no estaba vestida de sirvienta, lo cual le llamó la atención. Además, la vio muy pálida y algo rara. Supuso que era la chica con la que se iba a casar Víctor y tuvo un mal augurio. Se paró frente a ella y le habló."Eh... chica, ¿estás bien?""Eh... sí... estoy bien... es solo que vengo llegando de un viaje largo.""Mmm, si quiere puede ir con nosotros. Armando se irá de esta casa. Yo la puedo llevar hasta el hospit
Armando y Janet disfrutaban del momento. Era la tercera vez que alcanzaban el clímax juntos, y tal vez el último, ya tenían miedo de que los descubrieran. Se habían desnudo para satisfacer sus deseos, ya que sabían que sería difícil tener otro encuentro.El la tenía de frente apoyada en la pared. La alzaba y la penetraban. Estaban muy feliz, pero sabía que debían parar en cualquier momento, antes que alguien los viera. Cuando sintió que ya se había venido y Janet también, se detuvo y la beso en la frente. Aún cansado trato de explicarle lo que pasó. "No tenemos mucho tiempo... Me obligaron a firmar papeles...... Y te haran lo mismo..... Necesito que quedes embarazada antes que se casen..... Yo vendré en las noches.... Por ti.... Recuérdalo.."Janet empezó a hablarle."Te estaré esperando todas las noches, pero que tomaste, esto es raro es demasiado parece que me hubiera orinado""Me tomé algo para hombres infértiles y tal vez vamos a ser papás en unos meses""Eso... Pensé que esta
La familia Walsh era un conjunto de cinco individuos que habitaban una imponente mansión en las afueras de la ciudad. El padre, un hombre de mirada seria y distante, lideraba el hogar junto a su esposa, una mujer de elegante porte y voz suave. Sus tres hijos completaban la familia: el primogénito, Victor, un joven de carácter dominante y agresivo; Armando, el segundo hijo, considerado un bastardo debido a su origen; y el hijo menor, cuya presencia era más discreta en comparación con sus hermanos.La tensión en la familia residía principalmente en la relación tumultuosa entre Victor y Armando, ambos alfas bastante dominantes. Desde temprana edad, Victor había demostrado su predisposición hacia la violencia y el dominio. En más de una ocasión, había golpeado severamente a Armando en peleas desencadenadas por el más mínimo desacuerdo. Esta situación había llevado a que Victor tuviera que ser sedado en momentos de estrés, para contener su ira y evitar daños mayores. Él tenía el cabello ru
La noche de la celebración en la casa de los Walsh estaba envuelta en una atmósfera tensa y llena de secretos. Armando, el segundo hijo de la familia y bastardo de la misma, había decidido finalmente insistirle Janet, temiendo que Victor, su hermano mayor, también intentara conquistarla y aprovechar los momentos en los que ella lo ayudaba a calmarse para enamorarla. Solo de pensarlo, la rabia lo atormentaba.Tomó una copa de licor para reunir el coraje necesario. Sentía una ligera vergüenza ante lo que podría suceder, pero también sabía que esta era su última oportunidad para estar con la chica que amaba. No la encontró ni en la sala ni en la cocina, por lo que supuso que tal vez estaba en su habitación, así que empezo a caminar entre decenas de personas que disfrutaban de la fiesta. La mayoría eran personas desconocidas para el.Todo fue un molesto recorrido. Hasta que llegó al pasillo que conducía a la habitación de las empleadas. Sin embargo, en medio del silencio vislumbró a dos
La pareja se despertó abrazada después de una noche, deseo y placer. Armando, al sentir los rayos de luz filtrándose por las rendijas de la ventana, fue el primero en abrir los ojos. Al observar su entorno, una oleada de sorpresa se apoderó de su mente, no podía creer lo que había sucedido. Había tenido sexo con Janet y ahora se encontraba en su habitación abrazándola cómo si la protegiera de algo.No se arrepentía de sus acciones, pero deseaba fervientemente que ese encuentro hubiera tenido lugar en un entorno más especial y significativo para ambos. Con premura, se vistió rápidamente, temeroso de ser descubierto al abandonar la habitación. Antes de partir, decidió despertar a Janet con un beso en los labios y acariciarla suavemente, tratando de transmitir un sentimiento de afecto y disculpa.La joven abrió los ojos y lo observó, confundida por la proximidad de su desnudez.“Joven Armando, ¿qué estás haciendo aquí desnudo?”, preguntó, luchando por comprender la situación.“Eh… anoch